12 Noviembre 2014
ARCHIVO LA GACETA
Cuando se enteró de que su papá tenía una enfermedad terminal, Susana (el nombre es ficticio para proteger su identidad) se vio en la obligación de ahorrar dinero para afrontar los futuros gastos médicos. Como todavía es estudiante, comenzó a hacer reemplazos en algunos comercios y a vender ropa por su cuenta. De esa manera, y con la ayuda de su mamá jubilada, pudieron reunir casi $ 25.000.
Ambas invirtieron la plata en Cofin SA, pensando que podrían retirarla en cuanto la necesitaran. Pero eso no ocurrió. La salud del papá de Susana empeoró, lo internaron, finalmente falleció y su familia no pudo utilizar nunca el dinero ahorrado para pagar los gastos. Según contó la mujer, cada vez que iba a pedir su plata en la financiera le respondían que ahora no tenían fondos, que volviera la próxima semana, que ya venderían una propiedad y le reintegrarían el efectivo... Pero jamás sucedió.
Otro engañado es José (su nombre también es ficticio), quien cayó en la trampa hace seis años. “Soy amigo de una de las personas que trabaja ahí, tenía mucha confianza”, relató. Al principio, sacaba la plata cada vez que la necesitaba y después volvía a depositar. Pero, desde este año, comenzaron las excusas. “Pasaron meses y nunca pude sacar nada, y hasta el día de hoy no tuve respuestas de esta persona que no da la cara. No aparecen ni Rigourd ni alguno de los otros operadores”, afirmó.
José intentó rastrearlos de todas las maneras posibles: por teléfono, por mensaje de texto y hasta por internet. “Tienen dadas de bajas sus redes sociales”, señaló. Al igual que a Susana, a él tampoco le dieron ningún papel donde constara que había invertido 8.000 dólares y que debían devolvérselos dentro de determinado plazo. “Estoy un poco resignado, tengo la esperanza de aparecer en la base de datos de ellos. Lo único que tengo como prueba son conversaciones de Whatsapp y mails”, lamentó.
Una situación peor es la de Carlos: cinco miembros de su familia fueron estafados por Cofin SA. Todos depositaron allí sus ahorros hace cinco años, convencidos por un amigo que trabajaba en la financiera. “Además, varios te decían: ‘Rigourd es un empresario conocido, no vas a tener problema con esa empresa’”, recordó Carlos.
Según contó, no eran grandes cantidades de dinero sino pequeños ahorros familiares. “No nos hacíamos millonarios, como se dice por ahí. Lo que se buscaba era mantener la plata con la inflación. La financiera me ofrecía un interés del 24% anual, contra el 13% que me daba el banco”, agregó.
Como le pasó a José, al principio no tuvo inconvenientes para sacar dinero, sino que los problemas se presentaron este año. “Hace seis meses que vengo pidiendo que me den algo de plata y me decían que no había, que no entra plata porque no había venta de terrenos pero que ya iba a entrar, que estaban por vender un terreno grande...”, recordó. Y añadió: “como no había efectivo, nos categorizaban a los clientes según la urgencia, pero tengo entendido que la poca plata que entró se la dieron a los amigos de Rigourd”.
Sigue el temblor
Las derivaciones del caso Cofin son múltiples. Por un lado, algunos operadores de la city financiera creen que las operaciones con ciertas financieras se paralizarán, si es que no hay garantías acerca de la constitución de patrimonio real. Por otro, analistas sostienen que las presuntas estafas derivarán en un mayor celo por parte de los organismos reguladores que, hasta ahora, no se han pronunciado acerca del movimiento en el circuito financiero alternativo. Ayer, durante la mañana, circuló el rumor que, en los próximos días, se acelerarán las auditorías en las entidades financieras, con el fin de evitar situaciones como las de Cofin. La fiscalización -en principio serían de entidades regulatorias- buscarían además detectar el funcionamiento y los servicios que prestan estas compañías a sus clientes.
Según pudo averiguar LA GACETA, por ahora los organismos impositivos no actuarán en el tema, ya que esperan las resoluciones de la causa judicial que se instruye en la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación, subrogada por Guillermo Herrera contra Jorge Rigourd, presidente de Cofin, por presuntas estafas reiteradas. Particularmente, estas instituciones aguardan conocer si existen elementos probatorios del movimiento de dinero, cuánto es el monto afectado y quiénes han sido afectados por estas operaciones. “Es fundamental saber con qué documentos se cuentan y luego poder definir actuaciones de rigor”, comentó una fuente ligada a organismos tributarios. El propio Herrera había señalado, en oportunidad de haber encabezado dos allanamientos el viernes último, la existencia de documentación. “Tenemos dos camionetas llenas de papeles, cheques y documentos”, dijo en aquella oportunidad. Fuentes del mercado estiman que del total de damnificados, un 20% serían pequeños ahorristas.
Ambas invirtieron la plata en Cofin SA, pensando que podrían retirarla en cuanto la necesitaran. Pero eso no ocurrió. La salud del papá de Susana empeoró, lo internaron, finalmente falleció y su familia no pudo utilizar nunca el dinero ahorrado para pagar los gastos. Según contó la mujer, cada vez que iba a pedir su plata en la financiera le respondían que ahora no tenían fondos, que volviera la próxima semana, que ya venderían una propiedad y le reintegrarían el efectivo... Pero jamás sucedió.
Otro engañado es José (su nombre también es ficticio), quien cayó en la trampa hace seis años. “Soy amigo de una de las personas que trabaja ahí, tenía mucha confianza”, relató. Al principio, sacaba la plata cada vez que la necesitaba y después volvía a depositar. Pero, desde este año, comenzaron las excusas. “Pasaron meses y nunca pude sacar nada, y hasta el día de hoy no tuve respuestas de esta persona que no da la cara. No aparecen ni Rigourd ni alguno de los otros operadores”, afirmó.
José intentó rastrearlos de todas las maneras posibles: por teléfono, por mensaje de texto y hasta por internet. “Tienen dadas de bajas sus redes sociales”, señaló. Al igual que a Susana, a él tampoco le dieron ningún papel donde constara que había invertido 8.000 dólares y que debían devolvérselos dentro de determinado plazo. “Estoy un poco resignado, tengo la esperanza de aparecer en la base de datos de ellos. Lo único que tengo como prueba son conversaciones de Whatsapp y mails”, lamentó.
Una situación peor es la de Carlos: cinco miembros de su familia fueron estafados por Cofin SA. Todos depositaron allí sus ahorros hace cinco años, convencidos por un amigo que trabajaba en la financiera. “Además, varios te decían: ‘Rigourd es un empresario conocido, no vas a tener problema con esa empresa’”, recordó Carlos.
Según contó, no eran grandes cantidades de dinero sino pequeños ahorros familiares. “No nos hacíamos millonarios, como se dice por ahí. Lo que se buscaba era mantener la plata con la inflación. La financiera me ofrecía un interés del 24% anual, contra el 13% que me daba el banco”, agregó.
Como le pasó a José, al principio no tuvo inconvenientes para sacar dinero, sino que los problemas se presentaron este año. “Hace seis meses que vengo pidiendo que me den algo de plata y me decían que no había, que no entra plata porque no había venta de terrenos pero que ya iba a entrar, que estaban por vender un terreno grande...”, recordó. Y añadió: “como no había efectivo, nos categorizaban a los clientes según la urgencia, pero tengo entendido que la poca plata que entró se la dieron a los amigos de Rigourd”.
Sigue el temblor
Las derivaciones del caso Cofin son múltiples. Por un lado, algunos operadores de la city financiera creen que las operaciones con ciertas financieras se paralizarán, si es que no hay garantías acerca de la constitución de patrimonio real. Por otro, analistas sostienen que las presuntas estafas derivarán en un mayor celo por parte de los organismos reguladores que, hasta ahora, no se han pronunciado acerca del movimiento en el circuito financiero alternativo. Ayer, durante la mañana, circuló el rumor que, en los próximos días, se acelerarán las auditorías en las entidades financieras, con el fin de evitar situaciones como las de Cofin. La fiscalización -en principio serían de entidades regulatorias- buscarían además detectar el funcionamiento y los servicios que prestan estas compañías a sus clientes.
Según pudo averiguar LA GACETA, por ahora los organismos impositivos no actuarán en el tema, ya que esperan las resoluciones de la causa judicial que se instruye en la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación, subrogada por Guillermo Herrera contra Jorge Rigourd, presidente de Cofin, por presuntas estafas reiteradas. Particularmente, estas instituciones aguardan conocer si existen elementos probatorios del movimiento de dinero, cuánto es el monto afectado y quiénes han sido afectados por estas operaciones. “Es fundamental saber con qué documentos se cuentan y luego poder definir actuaciones de rigor”, comentó una fuente ligada a organismos tributarios. El propio Herrera había señalado, en oportunidad de haber encabezado dos allanamientos el viernes último, la existencia de documentación. “Tenemos dos camionetas llenas de papeles, cheques y documentos”, dijo en aquella oportunidad. Fuentes del mercado estiman que del total de damnificados, un 20% serían pequeños ahorristas.
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