Por Silvina Cena
11 Noviembre 2014
CONVOCANTE. René cantó por más de una hora, con un homenaje a los estudiantes mexicanos asesinados. TÉLAM
El torbellino enérgico de Calle 13 pasó el domingo por el estadio GEBA, en Buenos Aires, para despedir la décima edición del Personal Fest. Aunque no fue el show final (el cierre estuvo a cargo de MGMT, la banda de Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser), definitivamente fue el que más hizo bailar y saltar al público. Antes, Molotov también había sacudido a las masas con el power de sus canciones, el que podremos sentir en Tucumán en su escala de dentro de 10 días en el “Agua maldita tour 2014”.
René inauguró el show con “Fiesta de locos” y, desde el minuto cero, se mostró complaciente y entregado a las miles de personas que, frente a él, coreaban su nombre y desplegaban distintas banderas.
Aunque los puertorriqueños lanzaron este año un último disco, “Multi Viral”, la lista de temas que desplegaron en la segunda (y última) jornada del festival estuvo compuesta mayoritariamente por los clásicos de los álbumes anteriores. Después de “El baile de los pobres”, la presentación de lo nuevo llegó de la mano de “El aguante” y, aunque el cantante había prometido no hablar mucho, antes de esta canción quiso explayarse sobre el asesinato de 43 alumnos en el estado mexicano de Guerrero, donde se mezclan narcos con políticos. “Queremos dedicar este recital a los estudiantes desaparecidos en México. Y decirles que nos debemos unir para que eso no ocurra. Es importante aguantar, así que vamos a brindar por el aguante”, afirmó, extendiendo un vaso rojo en el que, aseguró, “sólo había agua”.
La reflexión fue aplaudida, pero no menguó las ganas de fiesta: al toque llegaron “No hay nadie como tú” y “La cumbia de los aburridos”, en la que la banda instó a la gente del público a abrazarse entre sí.
“¡Buenos Aires! ¿Estamos vivos? Esa energía tiene que estar al tope. Quiero que todos se den un abrazo, aunque no se conozcan. Porque todos somos hermanos incluso sin quererlo, somos hermanos de época”. Las risas y las muestras afectivas quedaron diluidas con la irrupción inmediata de “Adentro”, otra del nuevo CD, que el cantante dijo haber compuesto para repudiar las peleas entre raperos.
Temas dedicados
René ya no es -o no lo fue en este recital- la máquina incansable de correr de un lado a otro ni tampoco agitó al público femenino sacándose la remera, como sí lo había hecho otras veces.
Permaneció más bien en el centro del escenario, abrazado por sus formidables músicos, aunque eso no lo hizo perder energía, porque en ningún momento dejó de saltar y porque la vitalidad que antes mostraba recorriendo el lugar a trancazos, ahora la concentró en los sentimientos que imprimía a sus gestos.
Se mostró particularmente radiante, por ejemplo, cuando habló de su esposa, Soledad Fandiño, al presentar “Ojos color sol”. “Escribí este tema pensando en ella y también en mi hijo, que es parte argentino, y sus ojos son color sol, como los de todos ustedes. Así que se los dedico”, concedió.
Hubo más temas con dedicatorias: “Pa’l norte” fue dirigida a los emigrantes; “Multi viral”, a la familia de Luciano Arruga y a la gente en Palestina; y “Calma pueblo” a la industria musical. “Latinoamérica” no necesita presentaciones ni tampoco “Por ti”, pero esta canción agregó una cuota emotiva hacia el final, cuando se desplegó sobre el escenario una bandera con el dibujo de las Islas Malvinas y la leyenda “Latinoamérica unida para recuperarlas”.
Una orden del cantante difuminó luego todos los mensajes reivindicativos: “Visitante -le dijo a su hermano Eduardo, a cargo de varios instrumentos en la banda-, vámonos pa’l 2005”. “Atrévete” se adueñó entonces del fervor de la multitud y fue el preludio perfecto para la canción definitiva, “Vamos a portarnos mal”, con la que Calle 13 desapareció de escena. Tras más de una hora de show, el aguante se había cumplido perfectamente.
René inauguró el show con “Fiesta de locos” y, desde el minuto cero, se mostró complaciente y entregado a las miles de personas que, frente a él, coreaban su nombre y desplegaban distintas banderas.
Aunque los puertorriqueños lanzaron este año un último disco, “Multi Viral”, la lista de temas que desplegaron en la segunda (y última) jornada del festival estuvo compuesta mayoritariamente por los clásicos de los álbumes anteriores. Después de “El baile de los pobres”, la presentación de lo nuevo llegó de la mano de “El aguante” y, aunque el cantante había prometido no hablar mucho, antes de esta canción quiso explayarse sobre el asesinato de 43 alumnos en el estado mexicano de Guerrero, donde se mezclan narcos con políticos. “Queremos dedicar este recital a los estudiantes desaparecidos en México. Y decirles que nos debemos unir para que eso no ocurra. Es importante aguantar, así que vamos a brindar por el aguante”, afirmó, extendiendo un vaso rojo en el que, aseguró, “sólo había agua”.
La reflexión fue aplaudida, pero no menguó las ganas de fiesta: al toque llegaron “No hay nadie como tú” y “La cumbia de los aburridos”, en la que la banda instó a la gente del público a abrazarse entre sí.
“¡Buenos Aires! ¿Estamos vivos? Esa energía tiene que estar al tope. Quiero que todos se den un abrazo, aunque no se conozcan. Porque todos somos hermanos incluso sin quererlo, somos hermanos de época”. Las risas y las muestras afectivas quedaron diluidas con la irrupción inmediata de “Adentro”, otra del nuevo CD, que el cantante dijo haber compuesto para repudiar las peleas entre raperos.
Temas dedicados
René ya no es -o no lo fue en este recital- la máquina incansable de correr de un lado a otro ni tampoco agitó al público femenino sacándose la remera, como sí lo había hecho otras veces.
Permaneció más bien en el centro del escenario, abrazado por sus formidables músicos, aunque eso no lo hizo perder energía, porque en ningún momento dejó de saltar y porque la vitalidad que antes mostraba recorriendo el lugar a trancazos, ahora la concentró en los sentimientos que imprimía a sus gestos.
Se mostró particularmente radiante, por ejemplo, cuando habló de su esposa, Soledad Fandiño, al presentar “Ojos color sol”. “Escribí este tema pensando en ella y también en mi hijo, que es parte argentino, y sus ojos son color sol, como los de todos ustedes. Así que se los dedico”, concedió.
Hubo más temas con dedicatorias: “Pa’l norte” fue dirigida a los emigrantes; “Multi viral”, a la familia de Luciano Arruga y a la gente en Palestina; y “Calma pueblo” a la industria musical. “Latinoamérica” no necesita presentaciones ni tampoco “Por ti”, pero esta canción agregó una cuota emotiva hacia el final, cuando se desplegó sobre el escenario una bandera con el dibujo de las Islas Malvinas y la leyenda “Latinoamérica unida para recuperarlas”.
Una orden del cantante difuminó luego todos los mensajes reivindicativos: “Visitante -le dijo a su hermano Eduardo, a cargo de varios instrumentos en la banda-, vámonos pa’l 2005”. “Atrévete” se adueñó entonces del fervor de la multitud y fue el preludio perfecto para la canción definitiva, “Vamos a portarnos mal”, con la que Calle 13 desapareció de escena. Tras más de una hora de show, el aguante se había cumplido perfectamente.
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