27 Octubre 2014
El gol rival llegó desde el vestuario y eso fue suficiente para que la tensión se hiciera protagonista en La Ciudadela. Y no sólo dentro del campo, las tribunas también jugaron un papel fundamental en otra tarde de violencia.
“Destruyeron la tela del parapelota para entrar en la tribuna de calle Rondeau. Además, se secuestraron cinco botellas de fernet y hubo un detenido por contravención”, enumeró el responsable de Seguridad Deportiva de la Policía, comisario Jorge Díaz. Sin embargo, eso no fue todo lo que pasó ayer. En las tribunas, las banderas de las facciones de la barra volvieron a desaparecer.
El grupo que habitualmente se ubica en el sector cantó en contra de la comisión directiva en dos oportunidades durante el encuentro y pidió que se vayan todos. En esos momentos, el resto de la tribuna se hizo escuchar para alentar al equipo, poniéndose también de lado de la CD y no de los violentos. Los láseres que apuntaron a la cara del arquero visitante Martín Perelman fue otro detalle que, sumado a las dos veces que se paró el partido durante varios minutos por la cantidad de hinchas subidos a la tela, calentaron aún más la tarde en Bolívar y Pellegrini.
Tampoco faltaron los proyectiles que se lanzaron desde un sector de la tribuna. Debido a eso, el juez del encuentro, el mendocino Fernando Espinosa, amenazó con suspender el partido. A esto hay que sumarles los enfrentamientos entre los hinchas del mismo sector que ocurrió mientras se jugaba el encuentro. Por suerte no pasó a mayores.
“Destruyeron la tela del parapelota para entrar en la tribuna de calle Rondeau. Además, se secuestraron cinco botellas de fernet y hubo un detenido por contravención”, enumeró el responsable de Seguridad Deportiva de la Policía, comisario Jorge Díaz. Sin embargo, eso no fue todo lo que pasó ayer. En las tribunas, las banderas de las facciones de la barra volvieron a desaparecer.
El grupo que habitualmente se ubica en el sector cantó en contra de la comisión directiva en dos oportunidades durante el encuentro y pidió que se vayan todos. En esos momentos, el resto de la tribuna se hizo escuchar para alentar al equipo, poniéndose también de lado de la CD y no de los violentos. Los láseres que apuntaron a la cara del arquero visitante Martín Perelman fue otro detalle que, sumado a las dos veces que se paró el partido durante varios minutos por la cantidad de hinchas subidos a la tela, calentaron aún más la tarde en Bolívar y Pellegrini.
Tampoco faltaron los proyectiles que se lanzaron desde un sector de la tribuna. Debido a eso, el juez del encuentro, el mendocino Fernando Espinosa, amenazó con suspender el partido. A esto hay que sumarles los enfrentamientos entre los hinchas del mismo sector que ocurrió mientras se jugaba el encuentro. Por suerte no pasó a mayores.
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