19 Octubre 2014
PREOCUPADO. Rivoira dijo que no se llevó nada bueno del partido con All Boys; lo enterró. Ya piensa en Independiente (M). FOTO DE MATÍAS NAPOLI ESCALERO (ESPECIAL PARA LA GACETA)
BUENOS AIRES, (Andrés Burgo, especial para LG Deportiva).- El partido había terminado hacía más de media hora y Héctor Rivoira seguía sin salir del vestuario de la cancha de All Boys. Había una explicación: el técnico no quiso esperar hasta el entrenamiento de mañana en Ojo de Agua para hablar con los jugadores después de la segunda derrota seguida del equipo, la tercera en las últimas cuatro fechas. Lo que Rivoira quería expresarle al plantel de inmediato era más que un pedido. Era una misión: Atlético tiene que levantarse. Y debe suceder el próximo viernes, ante Independiente Rivadavia. Ya no hay lugar para nuevas caídas.
“Estamos mal, estamos dolidos, hace cuatro partidos que no ganamos, necesitamos un quiebre, y ese quiebre tiene que ser el viernes. (Contra All Boys) jugamos un primer tiempo muy malo. En el segundo tiempo los metimos en su campo, pero no alcanzó. Igual, este partido ya está. Ahora me importa lo que viene”, arrancó el DT su monólogo ante la prensa. Casi que no hubo necesidad de hacerle preguntas. Rivoira quería descargarse. Y lanzar lo que pareció su ultimátum.
“Estoy seguro de que el viernes -en relación al partido ante los mendocinos- vamos a demostrar cosas buenas. Vamos a demostrar que no se nos puede escapar esta chance del ascenso. Tuve una charla con los jugadores. En verdad hablé yo solo. Les dije que hay dos posibilidades. O tiramos la toalla o la levantamos del piso, nos secamos la frente y seguimos peleando”, siguió el técnico con una arenga boxística, y en la que dio a entender que Atlético, en las últimas fechas, tocó el piso. “El viernes vamos a salir con todo. Y vamos a reaccionar. Estoy seguro. Nos quedan siete partidos para quebrar la historia. Mi maestro siempre fue el suelo. Cada vez que la toalla tocó el suelo, me levanté. Y confío a muerte en estos jugadores. Yo muero con estos jugadores, incluso si me tengo que ir. Estamos más vivos que nunca”, destacó.
Un periodista quiso saber si la reacción del segundo tiempo de Atlético era un esbozo de la recuperación que Rivoira quiere para su equipo: “no. De positivo de este partido no me llevo nada. Lo único positivo es lo que va a venir”, respondió. Cuando LG Deportiva le preguntó si su charla había apuntado a recuperar los valores anímicos o futbolísticos, el técnico respondió con la primera opción. “Fue anímica. En lo futbolístico confío en estos jugadores, y vamos a demostrar por qué estuvimos punteros”.
Rivoira repitió que quedan siete partidos. No habló de finales, pero se le pareció. Y la primera empieza el viernes, en el Monumental, y ante Independiente Rivadavia. De All Boys ya nadie se acordaba.
“Estamos mal, estamos dolidos, hace cuatro partidos que no ganamos, necesitamos un quiebre, y ese quiebre tiene que ser el viernes. (Contra All Boys) jugamos un primer tiempo muy malo. En el segundo tiempo los metimos en su campo, pero no alcanzó. Igual, este partido ya está. Ahora me importa lo que viene”, arrancó el DT su monólogo ante la prensa. Casi que no hubo necesidad de hacerle preguntas. Rivoira quería descargarse. Y lanzar lo que pareció su ultimátum.
“Estoy seguro de que el viernes -en relación al partido ante los mendocinos- vamos a demostrar cosas buenas. Vamos a demostrar que no se nos puede escapar esta chance del ascenso. Tuve una charla con los jugadores. En verdad hablé yo solo. Les dije que hay dos posibilidades. O tiramos la toalla o la levantamos del piso, nos secamos la frente y seguimos peleando”, siguió el técnico con una arenga boxística, y en la que dio a entender que Atlético, en las últimas fechas, tocó el piso. “El viernes vamos a salir con todo. Y vamos a reaccionar. Estoy seguro. Nos quedan siete partidos para quebrar la historia. Mi maestro siempre fue el suelo. Cada vez que la toalla tocó el suelo, me levanté. Y confío a muerte en estos jugadores. Yo muero con estos jugadores, incluso si me tengo que ir. Estamos más vivos que nunca”, destacó.
Un periodista quiso saber si la reacción del segundo tiempo de Atlético era un esbozo de la recuperación que Rivoira quiere para su equipo: “no. De positivo de este partido no me llevo nada. Lo único positivo es lo que va a venir”, respondió. Cuando LG Deportiva le preguntó si su charla había apuntado a recuperar los valores anímicos o futbolísticos, el técnico respondió con la primera opción. “Fue anímica. En lo futbolístico confío en estos jugadores, y vamos a demostrar por qué estuvimos punteros”.
Rivoira repitió que quedan siete partidos. No habló de finales, pero se le pareció. Y la primera empieza el viernes, en el Monumental, y ante Independiente Rivadavia. De All Boys ya nadie se acordaba.
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