19 Octubre 2014
INSEPARABLES. Gustavo, María, Carolina Paíz, Sara y Benjamín.
“Sara, María, Benjamín y Gustavo llegaron juntos”. Ese era el título de una nota que publicó LA GACETA el 1 de marzo de 2012 (ver foto de la derecha). Luego de 31 semanas de gestación, habían nacido en Tucumán los cuatrillizos Kancyper. “Hicimos tres tratamientos y en el último quedé embarazada. Me invadió una felicidad enorme cuando me enteré de que iba a ser mamá. Y cuando supe que eran cuatro, fue rarísimo”, dijo entonces Carolina Paíz, acostada en la camilla del sanatorio, horas después de dar a luz.
Nacieron y le cambiaron la vida, el hogar (ahora con los cajones encintados y con pocos muebles para tener más espacio) y su futuro. No sabía qué hacer con su carrera, la de ginecóloga y obstetra, que tanto le había costado formar. “¿Madre a tiempo completo o seguir trabajando aunque sea un poco?, se preguntaba Carolina.
Fue difícil: no trabajó durante el embarazo y recién cuando los cuatrillizos cumplieron un año y medio volvió al consultorio, una vez por semana. A los dos años sumó otro día más, y actualmente atiende tres veces y volvió al hospital. También hizo un posgrado de certificación en Mastología entre 2011 y 2012. Iba a Buenos Aires y volvía en el día. Estudiaba de noche junto a ellos. “Me gustaría en este día agradecer a nuestras familias y a nuestros amigos ¡Recibimos tanto cariño y ayuda! Entre esos amigos, a Adriana Auad, que nos regaló ropa. Y a tanta gente: tíos, abuelos y amigos son nuestras otras manos, indispensables para enfrentar la vida con más fortaleza”, se emociona Carolina. Ahora ella entiende, como médica y mamá múltiple, que prefiere enfermarse antes de ver los ojitos de los cuatrillizos enfermos.
Eso sí: aclara que no ha salido de vacaciones y que no sabe si quiere: “¿no será que volveremos más agotados?”, se pregunta.
Nacieron y le cambiaron la vida, el hogar (ahora con los cajones encintados y con pocos muebles para tener más espacio) y su futuro. No sabía qué hacer con su carrera, la de ginecóloga y obstetra, que tanto le había costado formar. “¿Madre a tiempo completo o seguir trabajando aunque sea un poco?, se preguntaba Carolina.
Fue difícil: no trabajó durante el embarazo y recién cuando los cuatrillizos cumplieron un año y medio volvió al consultorio, una vez por semana. A los dos años sumó otro día más, y actualmente atiende tres veces y volvió al hospital. También hizo un posgrado de certificación en Mastología entre 2011 y 2012. Iba a Buenos Aires y volvía en el día. Estudiaba de noche junto a ellos. “Me gustaría en este día agradecer a nuestras familias y a nuestros amigos ¡Recibimos tanto cariño y ayuda! Entre esos amigos, a Adriana Auad, que nos regaló ropa. Y a tanta gente: tíos, abuelos y amigos son nuestras otras manos, indispensables para enfrentar la vida con más fortaleza”, se emociona Carolina. Ahora ella entiende, como médica y mamá múltiple, que prefiere enfermarse antes de ver los ojitos de los cuatrillizos enfermos.
Eso sí: aclara que no ha salido de vacaciones y que no sabe si quiere: “¿no será que volveremos más agotados?”, se pregunta.
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