Por LA GACETA
18 Octubre 2014
Desde hace años, en las ciudades importantes, rige el estacionamiento medido pagado en las calles con diferentes modalidades. El objetivo es alcanzar mayores niveles de seguridad vial y orden vehicular. El sistema tradicional es el uso del parquímetro, cuya función consiste en recolectar dinero a cambio del derecho de estacionar un vehículo en un lugar público por una cantidad de tiempo. Los fondos recaudados se destinan para el mantenimiento de calles o para otros destinos que redunden en una mejora en la calidad de vida de la comunidad.
En San Miguel de Tucumán, el estacionamiento pago en la vía pública pasó por diferentes manos desde la década de 1970, pasando por una fugaz incursión de los parquímetros en 1998. El intendente envió al Concejo Deliberante un proyecto que recrea la modalidad empleada en Mar del Plata. Los usuarios podrán pagar el servicio a través de la emisión de un ticket, abonando las horas de estacionamiento en quioscos, telecentros o cualquier comercio, que deberá estar inscripto en el municipio para poder operar. También podrán adquirirse horas de aparcamiento medido enviando un mensaje de texto a cualquiera de las tres compañías de telefonía celular, aquellos que no posean un teléfono celular podrán comprar las horas ingresando a la página web de la empresa que resulte adjudicataria del servicio.
“El Estado no recibe un solo peso por el estacionamiento callejero”, señalaba nuestra crónica del 22/2/03 y añadía: “las dos concesionarias que explotan el servicio ganan unos $ 4 millones por año... El Centro de Lisiados que explota el estacionamiento desde 1972 nunca cumplió con las obligaciones tributarias...”
Las concesiones para cobrar el aparcamiento callejero vencieron en 2005. Mediante ordenanza, la Municipalidad determinó ese año que estacionar en el microcentro no costaría nada hasta que se adjudicara la concesión del servicio. Sin embargo, los ex empleados de empresas dedicadas a ese rubro comenzaron a cobrar a voluntad por el cuidado de los autos. “Actividad irregular. Se volverá a licitar el cobro del estacionamiento en el centro” se titulaba la nota de LA GACETA del 5/3/09. “En la actualidad, la situación del estacionamiento medido en el centro es totalmente irregular. Cualquier persona se para en una calle y cobra a los automovilistas. Hasta armaron cooperativas y entregan un ticket por el servicio sin estar autorizados por la Municipalidad. Es una cuestión voluntaria y unilateral”, afirmó un edil en mayo de 2010.
La actual iniciativa ha regresado a comisión por errores en la redacción de los pliegos de licitación que modificaban seriamente su contenido y porque se le daba excesivas facultades a la Dirección de Tránsito. Han transcurrido casi 10 años desde que vencieron las concesiones, por cierto, una mora inconcebible. La llamada contribución “voluntaria” es más bien compulsiva en muchos casos y refleja la ausencia de seriedad en un servicio que debería proporcionarle ingresos al municipio. Estos podrían destinarse, por ejemplo, a áreas como educación y cultura o a otras, de manera que el ciudadano percibiera que el dinero que paga redunda en beneficios concretos que tienen que ver con una mejor calidad de vida. Sería entonces positivo que se legislara teniendo en cuenta el bien común y no los intereses de un sector en particular.
En San Miguel de Tucumán, el estacionamiento pago en la vía pública pasó por diferentes manos desde la década de 1970, pasando por una fugaz incursión de los parquímetros en 1998. El intendente envió al Concejo Deliberante un proyecto que recrea la modalidad empleada en Mar del Plata. Los usuarios podrán pagar el servicio a través de la emisión de un ticket, abonando las horas de estacionamiento en quioscos, telecentros o cualquier comercio, que deberá estar inscripto en el municipio para poder operar. También podrán adquirirse horas de aparcamiento medido enviando un mensaje de texto a cualquiera de las tres compañías de telefonía celular, aquellos que no posean un teléfono celular podrán comprar las horas ingresando a la página web de la empresa que resulte adjudicataria del servicio.
“El Estado no recibe un solo peso por el estacionamiento callejero”, señalaba nuestra crónica del 22/2/03 y añadía: “las dos concesionarias que explotan el servicio ganan unos $ 4 millones por año... El Centro de Lisiados que explota el estacionamiento desde 1972 nunca cumplió con las obligaciones tributarias...”
Las concesiones para cobrar el aparcamiento callejero vencieron en 2005. Mediante ordenanza, la Municipalidad determinó ese año que estacionar en el microcentro no costaría nada hasta que se adjudicara la concesión del servicio. Sin embargo, los ex empleados de empresas dedicadas a ese rubro comenzaron a cobrar a voluntad por el cuidado de los autos. “Actividad irregular. Se volverá a licitar el cobro del estacionamiento en el centro” se titulaba la nota de LA GACETA del 5/3/09. “En la actualidad, la situación del estacionamiento medido en el centro es totalmente irregular. Cualquier persona se para en una calle y cobra a los automovilistas. Hasta armaron cooperativas y entregan un ticket por el servicio sin estar autorizados por la Municipalidad. Es una cuestión voluntaria y unilateral”, afirmó un edil en mayo de 2010.
La actual iniciativa ha regresado a comisión por errores en la redacción de los pliegos de licitación que modificaban seriamente su contenido y porque se le daba excesivas facultades a la Dirección de Tránsito. Han transcurrido casi 10 años desde que vencieron las concesiones, por cierto, una mora inconcebible. La llamada contribución “voluntaria” es más bien compulsiva en muchos casos y refleja la ausencia de seriedad en un servicio que debería proporcionarle ingresos al municipio. Estos podrían destinarse, por ejemplo, a áreas como educación y cultura o a otras, de manera que el ciudadano percibiera que el dinero que paga redunda en beneficios concretos que tienen que ver con una mejor calidad de vida. Sería entonces positivo que se legislara teniendo en cuenta el bien común y no los intereses de un sector en particular.
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