17 Octubre 2014
LA HISTORIA Y EL PRESENTE. Pinti se queja de la pésima memoria de los argentinos.
Verborrágico e hiperquinético, Enrique Pinti regresa a Tucumán por segunda vez en el año, esta vez con el género que mejor domina. El genial actor desarrollará en “Pinti recargado” un monólogo cargado de ironía, con un toque de melancolía, en el que hará un repaso por “las crisis económicas, sociales y de nervios” que vivimos los argentinos, una suerte de “estado natural” de la historia mundial.
Maestro en cómo decir malas palabras sin que resulten ofensivas, Pinti mostrará su despliegue incansable sobre el escenario del Mercedes Sosa para dejar en claro que el humor es una buena manera de entender o, por lo menos, soportar los embates que sufrimos a diario en este país, según adelantó en el diálogo con LA GACETA.
- ¿Piensa que la sempiterna crisis de nuestro país es cuestión de karma, de mala suerte, de malas praxis o todo ello junto?
- Fundamentalmente se trata de malas praxis; lo alarmante es que hemos sido gobernados por doctrinas que han ido desde las oligarquías agrícola-ganaderas con relaciones carnales con Gran Bretaña y Estados Unidos hasta políticas bolivarianas enfrentadas con los imperialismos, pasando por intentos socialdemócratas de centro izquierda y rigurosas propuestas neoliberales de centro derecha, sin olvidar dictaduras sangrientas llenas de represión y sometimiento.
- ¿En qué estado estamos?
- Los resultados concretos son escalofriantemente parecidos: devaluación, hiperinflación, problemas con el dólar, cacerolazos, malestar social, debilitación de nuestra moneda y resurrecciones periódicas de personajes que siendo responsables directos o indirectos de catástrofes históricas, vuelven a insistir con sus discursos de auto-defensa. Lo peor de todo, nuestra pésima memoria colectiva los vuelven a aprobar con el eterno: “volvé que te perdonamos”.
- Desde sus primeros monólogos, ¿qué le dice al público que lo unge como certero analista de la realidad y le pide soluciones?
- Que no las tengo y que jamás esperen soluciones de nadie que no sea un especialista profesional. Yo no espero que mis enfermedades me las cure nadie que no sea un médico recibido. Lo demás es positivo como reflexión y ayuda memoria, pero los problemas eléctricos me los tiene que arreglar un electricista; si no, corro el riesgo de morir electrocutado.
- Unipersonales, comedia, comedia musical, comedia negra, drama, cine, jurado en la televisión… Le quedan pocos géneros por explorar. ¿En cuál se siente más a gusto?
- Todo me gusta por igual y eso lo siento desde los seis años de edad.
- ¿Qué cree que le falta hacer?
- Me faltan hacer algunas películas de esas que no se olvidan o una gran ficción en la tele, tipo “En terapia”.
- Hace pocos meses se presentó con éxito en Tucumán, con el musical “Vale todo”. ¿Cómo es su relación con el público local?
- Es un público fiel y teatrero, con buenas salas y un gran deseo de apoyar al buen teatro.
- ¿Cuál fue el personaje que más le gustó hacer y cuál es el que aún quiere protagonizar?
- En ficción fue Gerardo Matesutti en la película “Perdido por perdido” (filme dirigido por Alberto Lecchi en 1993, en el que hacía de un policía retirado que controlaba siniestros para una compañía de seguros) y en teatro, monsieur Jourdain de “El burgués gentilhombre” de Moliere.
- ¿Cómo ve la televisión actualmente?
- Hay buenas ficciones y buenas producciones. Pero, como reflejo del clima social, también es caótica y excesivamente escandalosa.
ACTÚA HOY
• A las 21.30, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 489)
Maestro en cómo decir malas palabras sin que resulten ofensivas, Pinti mostrará su despliegue incansable sobre el escenario del Mercedes Sosa para dejar en claro que el humor es una buena manera de entender o, por lo menos, soportar los embates que sufrimos a diario en este país, según adelantó en el diálogo con LA GACETA.
- ¿Piensa que la sempiterna crisis de nuestro país es cuestión de karma, de mala suerte, de malas praxis o todo ello junto?
- Fundamentalmente se trata de malas praxis; lo alarmante es que hemos sido gobernados por doctrinas que han ido desde las oligarquías agrícola-ganaderas con relaciones carnales con Gran Bretaña y Estados Unidos hasta políticas bolivarianas enfrentadas con los imperialismos, pasando por intentos socialdemócratas de centro izquierda y rigurosas propuestas neoliberales de centro derecha, sin olvidar dictaduras sangrientas llenas de represión y sometimiento.
- ¿En qué estado estamos?
- Los resultados concretos son escalofriantemente parecidos: devaluación, hiperinflación, problemas con el dólar, cacerolazos, malestar social, debilitación de nuestra moneda y resurrecciones periódicas de personajes que siendo responsables directos o indirectos de catástrofes históricas, vuelven a insistir con sus discursos de auto-defensa. Lo peor de todo, nuestra pésima memoria colectiva los vuelven a aprobar con el eterno: “volvé que te perdonamos”.
- Desde sus primeros monólogos, ¿qué le dice al público que lo unge como certero analista de la realidad y le pide soluciones?
- Que no las tengo y que jamás esperen soluciones de nadie que no sea un especialista profesional. Yo no espero que mis enfermedades me las cure nadie que no sea un médico recibido. Lo demás es positivo como reflexión y ayuda memoria, pero los problemas eléctricos me los tiene que arreglar un electricista; si no, corro el riesgo de morir electrocutado.
- Unipersonales, comedia, comedia musical, comedia negra, drama, cine, jurado en la televisión… Le quedan pocos géneros por explorar. ¿En cuál se siente más a gusto?
- Todo me gusta por igual y eso lo siento desde los seis años de edad.
- ¿Qué cree que le falta hacer?
- Me faltan hacer algunas películas de esas que no se olvidan o una gran ficción en la tele, tipo “En terapia”.
- Hace pocos meses se presentó con éxito en Tucumán, con el musical “Vale todo”. ¿Cómo es su relación con el público local?
- Es un público fiel y teatrero, con buenas salas y un gran deseo de apoyar al buen teatro.
- ¿Cuál fue el personaje que más le gustó hacer y cuál es el que aún quiere protagonizar?
- En ficción fue Gerardo Matesutti en la película “Perdido por perdido” (filme dirigido por Alberto Lecchi en 1993, en el que hacía de un policía retirado que controlaba siniestros para una compañía de seguros) y en teatro, monsieur Jourdain de “El burgués gentilhombre” de Moliere.
- ¿Cómo ve la televisión actualmente?
- Hay buenas ficciones y buenas producciones. Pero, como reflejo del clima social, también es caótica y excesivamente escandalosa.
ACTÚA HOY
• A las 21.30, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 489)
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