09 Octubre 2014
LA JOYITA. Jonás Romero es zurdo y una de las principales figuras del equipo de la Novena.
¿Cuán natural es para los hinchas escuchar los nombres de sus mejores jugadores? Cristian Lucchetti y Luis Rodríguez, por ejemplo, salen de la boca de los fanáticos de memoria y con el andar del nombre de un ser querido. Ahora bien, ¿cuánto cuesta familiarizarse con apellidos nuevos? No hablamos de refuerzos, esos jugadores que si bien no se pusieron la camiseta de Atlético, rondan por el ambiente del fútbol y son reconocidos en otros equipos.
Hablamos de personajes completamente desconocidos para el oído de la tribuna: jugadores de inferiores. Jonás Romero, Ramiro Ruiz Rodríguez o Tomás Cuello puedan sonarles muy raros, pero quizás terminen siendo tan naturales como “Laucha” y “Pulguita”.
El trío forma parte de la ofensiva de la Novena, la única categoría “decana” que logró seguir con vida en la zona competencia del torneo de inferiores de AFA. Cada uno con lo suyo, juntó méritos para empezar a ser seguido de cerca.
Romero es un pequeño delantero zurdo que corretea por el área como lo hacía en la calle mientras sus cachetes se ponen colorados por el calor y sus pelos castaños brillan un poco más de lo habitual. “El ‘profe’ siempre me pide que juegue como yo sé. Mis viejos siempre me piden que corra más, ja ja”, confiesa Jonás, una de las “joyitas” del club, según opinan varios. “Tiene mucha técnica. Lleva el potrero adentro. Es petiso pero se enfrentó a los defensores altos y los superó”, explica Jorge Artero, su entrenador desde infantiles.
Por él y por Cuello, un volante por derecha, Artero confiesa que recibió numerosas consultas de entrenadores rivales. “Che, esos pibes ya están para Primera”, cuenta Artero que le dicen sus colegas de visitante y de local.
La principal virtud de Cuello (capitán) es la velocidad. “Corre por todos lados, constantemente y además tiene llegada al gol”, dice orgulloso el DT.
Ramiro Ruiz Rodríguez parece un nombre extraño por las tres erres pero al parecer también es un nombre con el que habrá que amigarse con el tiempo. El chico, alto y lungo, de Monteros, es derecho pero juega de volante por izquierda y tiene tranco largo. A la hora de buscar alguna referencia conocida, aparecen los nombres de Daniel Bilos y Jonás Gutiérrez.
Pero además de esas versátiles características, su principal arma es el gol: Ruiz Rodríguez está en el top 5 de goleadores del torneo, contando todas las categorías.
Un poco más alejados de las luces del arco rival, están Nahuel Córdoba y Enzo Robledo, la pareja de volantes centrales que cautivó a un experto en la materia: Diego Erroz, coordinador de inferiores y el 5 con el que Atlético ascendió a la B Nacional y a Primera.
“Tienen virtudes de que carecen jugadores de categorías mayores”, advierte Erroz sobre los chicos de Lules y Santa Ana, respectivamente. Álvaro Ruiz Varvaro, defensor central de Ranchillos, es el postre que recomienda Artero. El cocinero, encargado de un menú variado y que espera que sus platos tengan nivel de Primera algún día. Por lo pronto, los hinchas pueden ir aprendiendo sus nombres.
Hablamos de personajes completamente desconocidos para el oído de la tribuna: jugadores de inferiores. Jonás Romero, Ramiro Ruiz Rodríguez o Tomás Cuello puedan sonarles muy raros, pero quizás terminen siendo tan naturales como “Laucha” y “Pulguita”.
El trío forma parte de la ofensiva de la Novena, la única categoría “decana” que logró seguir con vida en la zona competencia del torneo de inferiores de AFA. Cada uno con lo suyo, juntó méritos para empezar a ser seguido de cerca.
Romero es un pequeño delantero zurdo que corretea por el área como lo hacía en la calle mientras sus cachetes se ponen colorados por el calor y sus pelos castaños brillan un poco más de lo habitual. “El ‘profe’ siempre me pide que juegue como yo sé. Mis viejos siempre me piden que corra más, ja ja”, confiesa Jonás, una de las “joyitas” del club, según opinan varios. “Tiene mucha técnica. Lleva el potrero adentro. Es petiso pero se enfrentó a los defensores altos y los superó”, explica Jorge Artero, su entrenador desde infantiles.
Por él y por Cuello, un volante por derecha, Artero confiesa que recibió numerosas consultas de entrenadores rivales. “Che, esos pibes ya están para Primera”, cuenta Artero que le dicen sus colegas de visitante y de local.
La principal virtud de Cuello (capitán) es la velocidad. “Corre por todos lados, constantemente y además tiene llegada al gol”, dice orgulloso el DT.
Ramiro Ruiz Rodríguez parece un nombre extraño por las tres erres pero al parecer también es un nombre con el que habrá que amigarse con el tiempo. El chico, alto y lungo, de Monteros, es derecho pero juega de volante por izquierda y tiene tranco largo. A la hora de buscar alguna referencia conocida, aparecen los nombres de Daniel Bilos y Jonás Gutiérrez.
Pero además de esas versátiles características, su principal arma es el gol: Ruiz Rodríguez está en el top 5 de goleadores del torneo, contando todas las categorías.
Un poco más alejados de las luces del arco rival, están Nahuel Córdoba y Enzo Robledo, la pareja de volantes centrales que cautivó a un experto en la materia: Diego Erroz, coordinador de inferiores y el 5 con el que Atlético ascendió a la B Nacional y a Primera.
“Tienen virtudes de que carecen jugadores de categorías mayores”, advierte Erroz sobre los chicos de Lules y Santa Ana, respectivamente. Álvaro Ruiz Varvaro, defensor central de Ranchillos, es el postre que recomienda Artero. El cocinero, encargado de un menú variado y que espera que sus platos tengan nivel de Primera algún día. Por lo pronto, los hinchas pueden ir aprendiendo sus nombres.
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