03 Octubre 2014
EN ESCENA. Domínguez interpreta a un hombre que eligió salirse del sistema. foto marcos perez / prensa s. Schliserman
Un hombre, construido por miles de momentos, mira desde un costado lo que pasa. Hurga en la basura detrás de ese color o reflejo que le llama la atención. Busca, encuentra y transforma, todo en medio de una sociedad que lo elude y de la que ya no se siente parte. Esta noche se repondrá “El instante. Urbano”, escrita en común por Daniela Villalba y Sergio Domínguez, quienes asumen los roles de directora y actor. “Esta obra sensibiliza la mirada hacia los otros, sobre todo hacia quienes viven en situación de calle, que son mucho más de lo que creemos”, afirma Domínguez.
- ¿Por qué reponen esta puesta?
- Por el deseo de hacerla crecer. Cuando uno trabaja en un producto independiente y artesanal, no lo abandona tan fácilmente. Quienes la han visto nos dicen que ahora se detienen a pensar en las personas que cruzan en la calle y notan que sus vidas caben en pequeños bultos, que se acomodan en los rincones que encuentran seguros.
- ¿Cuántas historias están recopiladas en esta obra?
- El urbano tiene toda su vida latiendo en voz alta. Sus historias pueden ser infinitas porque ha encontrado muchas formas de contar lo vivido; las recita en poesías o las canta con ternura y dureza. El nuestro nació en un pueblito del interior, hizo la primaria hasta séptimo grado, fue un joven trabajador golondrina, conoció la ciudad, tuvo una familia y estuvo varias veces detenido por portación de cara, actitud sospechosa, merodeo, averiguación de antecedentes. Su vida ha acumulado tantas historias extremas que le dejaron heridas que aún siguen abiertas.
- ¿Cómo es nuestra sociedad?
- Es un reflejo de uno, de lo que veo en el otro, de lo que no quiero ver de mí ni del otro. Somos indiferentes e individualistas, pero también existe el aire fresco de pequeñas acciones que nos salvan como socios de esta sociedad. El urbano ve ambas situaciones diariamente: nos está observando, analizando, preguntándose quienes somos, por qué somos así y qué podría hacer él por nosotros. Recicla la basura de otros, y encuentra la manera de transformar los desechos en elementos útiles para su vida. Esta obra nació de la basura, es basura reciclada, basura de nosotros y de los otros, pero cuando es analizada, procesada y reutilizada, deja de ser lo que era y ahora es un nuevo y original producto de consumo.
- ¿La salida es correrse del sistema?
- El sistema no tiene salida. Lo que se pretende decir es que el sistema no es el dominio de un destino sobre nuestras vidas, sino que somos nosotros los dueños de nuestras acciones y los responsables de lo que acontece a nuestro alrededor: somos nuestras decisiones, y el que no lo sepa, que se entere. No podemos corrernos de lo que somos, pero sí transformarnos. Y el arte tapiza los bordes de la realidad, permite ver lo que las luces no llegan a mostrar, ofrece lo que en los medios no venden, dice lo que no se escucha y se expone.
SE VERÁ HOY
• Y todos los viernes de octubre a las 22, en Sala Ross (Laprida 135).
- ¿Por qué reponen esta puesta?
- Por el deseo de hacerla crecer. Cuando uno trabaja en un producto independiente y artesanal, no lo abandona tan fácilmente. Quienes la han visto nos dicen que ahora se detienen a pensar en las personas que cruzan en la calle y notan que sus vidas caben en pequeños bultos, que se acomodan en los rincones que encuentran seguros.
- ¿Cuántas historias están recopiladas en esta obra?
- El urbano tiene toda su vida latiendo en voz alta. Sus historias pueden ser infinitas porque ha encontrado muchas formas de contar lo vivido; las recita en poesías o las canta con ternura y dureza. El nuestro nació en un pueblito del interior, hizo la primaria hasta séptimo grado, fue un joven trabajador golondrina, conoció la ciudad, tuvo una familia y estuvo varias veces detenido por portación de cara, actitud sospechosa, merodeo, averiguación de antecedentes. Su vida ha acumulado tantas historias extremas que le dejaron heridas que aún siguen abiertas.
- ¿Cómo es nuestra sociedad?
- Es un reflejo de uno, de lo que veo en el otro, de lo que no quiero ver de mí ni del otro. Somos indiferentes e individualistas, pero también existe el aire fresco de pequeñas acciones que nos salvan como socios de esta sociedad. El urbano ve ambas situaciones diariamente: nos está observando, analizando, preguntándose quienes somos, por qué somos así y qué podría hacer él por nosotros. Recicla la basura de otros, y encuentra la manera de transformar los desechos en elementos útiles para su vida. Esta obra nació de la basura, es basura reciclada, basura de nosotros y de los otros, pero cuando es analizada, procesada y reutilizada, deja de ser lo que era y ahora es un nuevo y original producto de consumo.
- ¿La salida es correrse del sistema?
- El sistema no tiene salida. Lo que se pretende decir es que el sistema no es el dominio de un destino sobre nuestras vidas, sino que somos nosotros los dueños de nuestras acciones y los responsables de lo que acontece a nuestro alrededor: somos nuestras decisiones, y el que no lo sepa, que se entere. No podemos corrernos de lo que somos, pero sí transformarnos. Y el arte tapiza los bordes de la realidad, permite ver lo que las luces no llegan a mostrar, ofrece lo que en los medios no venden, dice lo que no se escucha y se expone.
SE VERÁ HOY
• Y todos los viernes de octubre a las 22, en Sala Ross (Laprida 135).
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