02 Octubre 2014
VERDUGO. Emiliano Capella, que despeja violentamente el balón ante la llegada de Diego García, fue el autor de la agónica conquista de un Santamarina que dejó sin nada al “decano” en su primera visita a Tandil. FOTO DE MATIAS NAPOLI ESCALERO (ESPECIAL PARA LA GACETA)
TANDIL.- (Andrés Burgo, especial para LG Deportiva). Ese torrente de furia e impotencia que empujó a los jugadores de Atlético hasta el ómnibus graficaba el dolor de una búsqueda que terminó sin tesoros. Su visita a Tandil fue más un dolor de cabeza global que una validación de lo que se venía proyectando en la tabla.
En un fútbol tan extraño como el nuestro de cada día, que el último le gane el primero, y que el primero sea menos en los 90’ que el último, habla a las claras de cuán cambiante y alocada es la B Nacional. La regularidad puede transformarse en irregularidad. Y la suerte en tu mejor aliada o en tu peor enemiga.
En ese “pase y siga en silencio”, con disculpas mediantes, pocos fueron los jugadores de Atlético que decidieron dar su opinión sobre lo que puede haber sido su caída más dolorosa en lo que va del torneo, justo cuando la intención era ratificar que el liderazgo era suyo y no de Crucero del Norte. “Me dan y nos dieron ganas de llorar. Al partido lo perdimos nosotros, culpa de un error nuestro. Tenemos una bronca bárbara”. Bruno Bianchi tenía una brasa en la boca; escupía un fuego autoflagelante. “No podemos seguir cometiendo errores que nos cuesten puntos”, sentenció el central, el mejor de un “decano” anoche sin luces. Bianchi prosiguió con su dolor: “ellos no tenían nada para ganarnos. Jugaron al pelotazo y a buscar a sus dos delanteros, que eran pura fuerza. Hay que plantearse seriamente esto y que no nos vuelva a pasar jamás”.
Lo imperativo del pedido del central impactó como un hermano siamés en los dichos de Fernando Evangelista. “Estamos con bronca, pero bueno, no queda otra que seguir trabajando y corrigiendo errores durante los días de trabajo para no volver a repetirlos en la semana”, sostuvo el lateral.
Si en Tandil Atlético no encontró oro, el domingo cuando visite al líder tendrá la chance de remover la tierra colorada y hallar petróleo.
En un fútbol tan extraño como el nuestro de cada día, que el último le gane el primero, y que el primero sea menos en los 90’ que el último, habla a las claras de cuán cambiante y alocada es la B Nacional. La regularidad puede transformarse en irregularidad. Y la suerte en tu mejor aliada o en tu peor enemiga.
En ese “pase y siga en silencio”, con disculpas mediantes, pocos fueron los jugadores de Atlético que decidieron dar su opinión sobre lo que puede haber sido su caída más dolorosa en lo que va del torneo, justo cuando la intención era ratificar que el liderazgo era suyo y no de Crucero del Norte. “Me dan y nos dieron ganas de llorar. Al partido lo perdimos nosotros, culpa de un error nuestro. Tenemos una bronca bárbara”. Bruno Bianchi tenía una brasa en la boca; escupía un fuego autoflagelante. “No podemos seguir cometiendo errores que nos cuesten puntos”, sentenció el central, el mejor de un “decano” anoche sin luces. Bianchi prosiguió con su dolor: “ellos no tenían nada para ganarnos. Jugaron al pelotazo y a buscar a sus dos delanteros, que eran pura fuerza. Hay que plantearse seriamente esto y que no nos vuelva a pasar jamás”.
Lo imperativo del pedido del central impactó como un hermano siamés en los dichos de Fernando Evangelista. “Estamos con bronca, pero bueno, no queda otra que seguir trabajando y corrigiendo errores durante los días de trabajo para no volver a repetirlos en la semana”, sostuvo el lateral.
Si en Tandil Atlético no encontró oro, el domingo cuando visite al líder tendrá la chance de remover la tierra colorada y hallar petróleo.