En febrero cumplió la condena por matar a una mujer y el domingo asesinó a su novia y se suicidó

En febrero cumplió la condena por matar a una mujer y el domingo asesinó a su novia y se suicidó

Miguel Chico le disparó a Rosa del Valle de Luna en su casa de Simoca y luego, con la misma escopeta, se quitó la vida en un cañaveral La víctima le había celebrado el cumpleaños a su hijo menor, y el crimen ocurrió al finalizar la fiesta. Antecedentes

DIFÍCIL MOMENTO. Las hijas de Rosa Luna ingresan a la casa en la que mataron a su madre en Simoca, para retirar algunas de sus pertenencias. la gaceta / foto de antonio ferroni DIFÍCIL MOMENTO. Las hijas de Rosa Luna ingresan a la casa en la que mataron a su madre en Simoca, para retirar algunas de sus pertenencias. la gaceta / foto de antonio ferroni
30 Septiembre 2014
Globos coloridos cubrían las paredes de la escena del crimen. En un rincón, un niño de siete años lloraba llamando a su mamá. A pocos metros, Rosa del Valle Luna (38) se desangraba en el piso, mientras que -afuera- Miguel Chico (48) corría entre los cañaverales. Segundos después se escucharía el segundo estruendo, que acabaría con su vida. El hecho no sólo estremeció a toda Simoca por lo dramático y sangriento, sino porque el asesino llevaba pocos meses en libertad luego de haber cumplido una condena por el crimen de otra mujer.

Luna se mudó hace dos semanas al barrio 12 Viviendas, donde le dieron una casa. Ahí vivía con su hijo más chico (los otros cuatro están a cargo de su papá), quien tiene una discapacidad que le impide caminar y hablar. El nene cumplía siete años el domingo y su mamá había organizado un festejo familiar. Colgó globos, preparó una torta e invitó a varios parientes. Entre ellos estaba el papá del niño, que había viajado desde Buenos Aires para visitarlo, y Chico, la actual pareja de la mujer.

Los vecinos relataron que ya se habían retirado casi todos cuando escucharon el primer disparo. Dijeron que eran las 20.30 y que, después del reventón, vieron a Chico salir corriendo con una escopeta en la mano y perderse entre los cañaverales que rodean el barrio. Algunas mujeres se acercaron a la casa de Luna y, desde la puerta, la vieron tirada en la cocina con un agujero en el estómago. Poco después escucharon otro tiro: era el que Chico se había disparado en la boca para suicidarse.

Una mujer que vive a la vuelta de la casa de Luna les pidió permiso a los policías que trabajaban en el lugar para entrar a sacar al niño, que había quedado frente al cadáver de su mamá. Esa vecina, que no quiso revelar su identidad, describió: “el bebé estaba en un rincón, sobre una colcha, y se pegaba con las manos en la cabeza. ‘Valle, Valle’, gritaba”. La mujer lo levantó en sus brazos y lo llevó a la vereda para distraerlo.

Celos y dinero

En el barrio donde vivía Luna se manejaban dos versiones al momento de intentar explicar la reacción del asesino. Por un lado, se comentaba que la mujer no quería continuar la relación con Chico y que, enfurecido por ello, el hombre insistía en cobrarle los $ 1.000 que le había prestado anteriormente. “Si no me devolvés la plata el sábado, ya vas a ver lo que te va a pasar”, la habría amenazado el viernes a la tarde, según el testimonio de los vecinos.

La segunda hipótesis -que no descarta a la anterior- habla de celos descontrolados de parte de Chico. Las frecuentes visitas del ex esposo de Luna, sumadas a las veces que la encontró tomando mate con el sereno de la cuadra, habrían despertado la ira del asesino. “Cuando vino la Policía, encontró cuatro cartuchos en total”, señaló una allegada a la víctima. Y agregó: “parece que los dos restantes eran para ellos”.

Chico salió de la cárcel el 5 de febrero. Había sido condenado en 1999 a 17 años de prisión, tras haber sido hallado culpable del crimen de Norma Naranjo. La mujer era la ex pareja de su hermano y habría mantenido una relación sentimental con Chico.

El homicida le había asestado más de 15 puñaladas durante una discusión, mientras la mujer sostenía en sus brazos a su bebé. Desde entonces, si alguien mencionaba a Chico en Simoca, de inmediato la gente recordaba esa escena. Hasta ahora.

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