30 Septiembre 2014
ROBÓTICA. Los chicos de la Técnica de Lules mostraron dos móviles autónomos, uno que es capaz de seguir una línea de pintura y otro que rastrea luces.
De una colección de chatarra, entre esas cosas que indefectiblemente van a parar al cuarto de cachivaches, ellos vieron soluciones: por un lado, sacarse de encima la basura y, por el otro, crear nuevos aparatos que verdaderamente sirvan. Por ejemplo, para hacer una bordeadora básica, que en el mercado costaría unos $600, utilizaron una lata de leche en polvo, el motor de una licuadora vieja, el soporte de una lustraspiradora, algunos cables, tuercas, tornillos, mucho ingenio y algunas ideas que se les ocurrieron en las aulas de la Escuela Técnica N° 3.161 de Chicoana, Salta.
En la escuela técnica Albert Einstein, de esa misma provincia, los chicos también buscaron solucionar un problema, y lo consiguieron. Construyeron un poste de alumbrado público que se alimenta de la luz solar para iluminar algunos espacios puntuales de zonas de alta montaña. Lo lograron por un pequeño porcentaje de lo que costaría la instalación tradicional de electricidad. Además, es mucho más rápido de llevar a la práctica que los métodos tradicionales. En este caso, las soluciones también vienen por partida doble: resolver de forma inmediata la necesidad de los vecinos y también ahorrar plata del Estado.
Eficiencia. Esa ha sido la premisa tácita del II Encuentro Nacional de Estudiantes de Escuelas Técnicas “TécnicaMente”, que se realizó en Tucumán. Durante dos días, estudiantes de 43 escuelas técnicas y agrotécnicas de Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago del Estero expusieron algunos trabajos y experiencias que surgieron en las aulas y talleres donde transitan su educación secundaria y se preparan para el mundo del trabajo. Si hay algo que se hizo evidente durante la muestra es que los chicos están decididos a poner sobre la mesa sus ideas y conocimientos técnicos para mejorar aunque sea un poquito el planeta en el que vivimos.
Comunidades
“Antes, lo que se buscaba en las escuelas técnicas era que los alumnos pudieramos explicar el porqué de las cosas, llegar al fondo de las cuestiones. Ahora los estudiantes se preparan para solucionar problemas puntuales de la comunidad en la que viven, y las maneras de hacerle menos daños al planeta es un problema claro y evidente”, comparó el ingeniero Mario Ávila, director de Educación Técnica del Ministerio de Educación provincial. Él lo sabe por experiencia propia: “en mis años en el Lorenzo Massa podíamos explicar cómo funcionaba todo, a lo sumo construíamos una carroza, pero no había un trabajo de transferencia hacia la comunidad”, señaló.
Otro stand que llamó la atención, por lo innovador y también por las explosiones que se escuchaban cuando algo salía mal, fue el de los alumnos de la Escuela Técnica N°1 de Bella Vista, Tucumán. Ellos construyeron un generador de hidrógeno, un gas que se obtiene del agua y que hace más eficiente el uso de combustible en los vehículos. En una moto con una pequeña modificación en el conducto de aire, demostraron que el motor funciona mejor con la ayuda del hidrógeno y, para mayores beneficios, se reduce hasta un 90% las emisiones contaminantes.
Medio ambiente
El profesor Mateo Carabajal, referente técnico de la Técnica N° 1 de Leales, considera que toda la información sobre el cuidado del medioambiente que circula desde hace años, verdaderamente ha producido un efecto en los chicos.
“Hay un entorno que se está saturando de basura industrial y los estudiantes son conscientes de esto. Sí hay una acción de los docentes, pero sobre todo es el entorno el que está ofreciendo desechos electrónicos e industriales muy interesantes, y los chicos de las escuelas técnicas tienen las herramientas para aprovecharlos”, analizó.
Para Carabajal, que además es capacitador del laboratorio de Robótica del programa Conectar Igualdad, este creciente interés de los chicos por la reutilización de desechos tecnológicos no tiene que ver con un “estilo de pensamiento”, sino con la práctica pura.
“Los chicos de las escuelas técnicas están en permanente contacto con el hacer: pueden soldar, hacer carpintería y además están en contacto con los medios productivos. Ellos forma parte de lo que se conoce como movimiento maker, la necesidad de hacer cosas”, destacó.
En la escuela técnica Albert Einstein, de esa misma provincia, los chicos también buscaron solucionar un problema, y lo consiguieron. Construyeron un poste de alumbrado público que se alimenta de la luz solar para iluminar algunos espacios puntuales de zonas de alta montaña. Lo lograron por un pequeño porcentaje de lo que costaría la instalación tradicional de electricidad. Además, es mucho más rápido de llevar a la práctica que los métodos tradicionales. En este caso, las soluciones también vienen por partida doble: resolver de forma inmediata la necesidad de los vecinos y también ahorrar plata del Estado.
Eficiencia. Esa ha sido la premisa tácita del II Encuentro Nacional de Estudiantes de Escuelas Técnicas “TécnicaMente”, que se realizó en Tucumán. Durante dos días, estudiantes de 43 escuelas técnicas y agrotécnicas de Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago del Estero expusieron algunos trabajos y experiencias que surgieron en las aulas y talleres donde transitan su educación secundaria y se preparan para el mundo del trabajo. Si hay algo que se hizo evidente durante la muestra es que los chicos están decididos a poner sobre la mesa sus ideas y conocimientos técnicos para mejorar aunque sea un poquito el planeta en el que vivimos.
Comunidades
“Antes, lo que se buscaba en las escuelas técnicas era que los alumnos pudieramos explicar el porqué de las cosas, llegar al fondo de las cuestiones. Ahora los estudiantes se preparan para solucionar problemas puntuales de la comunidad en la que viven, y las maneras de hacerle menos daños al planeta es un problema claro y evidente”, comparó el ingeniero Mario Ávila, director de Educación Técnica del Ministerio de Educación provincial. Él lo sabe por experiencia propia: “en mis años en el Lorenzo Massa podíamos explicar cómo funcionaba todo, a lo sumo construíamos una carroza, pero no había un trabajo de transferencia hacia la comunidad”, señaló.
Otro stand que llamó la atención, por lo innovador y también por las explosiones que se escuchaban cuando algo salía mal, fue el de los alumnos de la Escuela Técnica N°1 de Bella Vista, Tucumán. Ellos construyeron un generador de hidrógeno, un gas que se obtiene del agua y que hace más eficiente el uso de combustible en los vehículos. En una moto con una pequeña modificación en el conducto de aire, demostraron que el motor funciona mejor con la ayuda del hidrógeno y, para mayores beneficios, se reduce hasta un 90% las emisiones contaminantes.
Medio ambiente
El profesor Mateo Carabajal, referente técnico de la Técnica N° 1 de Leales, considera que toda la información sobre el cuidado del medioambiente que circula desde hace años, verdaderamente ha producido un efecto en los chicos.
“Hay un entorno que se está saturando de basura industrial y los estudiantes son conscientes de esto. Sí hay una acción de los docentes, pero sobre todo es el entorno el que está ofreciendo desechos electrónicos e industriales muy interesantes, y los chicos de las escuelas técnicas tienen las herramientas para aprovecharlos”, analizó.
Para Carabajal, que además es capacitador del laboratorio de Robótica del programa Conectar Igualdad, este creciente interés de los chicos por la reutilización de desechos tecnológicos no tiene que ver con un “estilo de pensamiento”, sino con la práctica pura.
“Los chicos de las escuelas técnicas están en permanente contacto con el hacer: pueden soldar, hacer carpintería y además están en contacto con los medios productivos. Ellos forma parte de lo que se conoce como movimiento maker, la necesidad de hacer cosas”, destacó.
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