El alumno, ese “usuario de servicios educativos”

El alumno, ese “usuario de servicios educativos”

La lógica mercantilista del consumo ya está en las escuelas, advierte el autor de “Ciberbullying, acoso y violencia en las redes sociales”.

EN TUCUMAN. El experto habló en la Facultad de Psicología de la UNT. la gaceta / foto de magena valentié EN TUCUMAN. El experto habló en la Facultad de Psicología de la UNT. la gaceta / foto de magena valentié
28 Septiembre 2014
“Si a un alumno lo ponés hoy frente a una mesa con 20 modelos de celulares y le preguntás ¿cuál elegís? Él los va a examinar a uno por uno, los va a comparar e inmediatamente va a elegir el mejor o el último modelo. Porque ha sido ubicado y entrenado para estar en un rol de “consumidor”, advierte el psicólogo de niños y adolescentes Fernando Osorio. El alumno es entonces “un usuario de servicios educativos”. El problema es que para la lógica mercantilista el ciudadano, con derechos y obligaciones, no existe”.

Según el ejemplo de Osorio, un alumno que es sujeto, que puede discernir, hubiera podido plantear una opción que no estaba en el menú: la de no elegir. Pero esa opción no es válida. Los consumidores sólo pueden consumir, afirma Osorio, que el viernes participó con otros referentes latinoamericanos y españoles en las XIV Jornadas Internacionales de Psicología Educacional “Desafíos de la Psicología educacional de cara al siglo XXI: teoría, investigación e intervención”, que realizó la Facultad de Psicología de la UNT.

En un salón repleto de profesionales y estudiantes habló de “Disciplina versus Convivencia. Cuando la transgresión se naturaliza”. “Mi propósito es demostrar cómo las nociones de disciplina y convivencia en la escuela se han enfrentado, y no debiera ser así. Esto es producto de las reiteradas ocasiones en las que niños y adolescentes se han sentido sometidos por la disciplina en lugar de comprenderla como una herramienta para la convivencia y esto provoca la disolución del sujeto, de la persona en términos de autonomía, con derechos y obligaciones. Todo esto en pos de un usuario y en desventaja del rol de ciudadano”, explicó a LA GACETA.

Osorio parte de la introducción de una ideología “que impera hace mucho tiempo”. “Al incorporarse los derechos del consumidor a la reforma constitucional de 1994 se sustituyó (en algunos artículos) el término “ciudadano” por el de “usuario”. Y cuando la norma que prevalece es el consumo, se destituye al sujeto, porque no se necesita el discernimiento. Es más, cuanto menos lo tenga, mejor. En este marco el sujeto es cooptado (capturado) por la sociedad de consumo que lo quiere tener siempre como usuario”.

“La lógica mercantilista no comienza y termina en el usuario - dice Osorio- sino que se prolonga y proyecta en el resto de las cosas de su vida. Entonces el usuario, al perder su carácter de sujeto con discernimiento, ingresa a la escuela y supone que tiene que consumir el sistema educativo del mismo modo que hace con las otras cosas. La enseñanza aprendizaje se convierte entonces en un proceso mercantilista. El alumno piensa que el docente es un empleado que recibe un sueldo porque el padre paga el colegio privado, o el Estado lo hace.

- ¿Cuál es el origen de todo esto?

- Una ideología estratégica, pensada; no es una casualidad, ni es simplemente la evolución de las ideas. En todo caso es la evolución de un capitalismo tardío, salvaje, que no es el mismo que se desarrolla en otros países donde hay leyes que evitan la cosificación del usuario. En sociedades donde hay un nivel de corrupción muy alta, sus líderes, cuando llegan al poder, demuestran esas mismas miserias.

Osorio cree que ha comenzado un proceso de “deseducación” con el “vaciamiento de los contenidos curriculares, la desvalorización del rol docente y la naturalización de la transgresión”. “Al diluirse la disimetría social (roles sociales diferenciados), se rompe la dialéctica entre docente y alumno; el adulto no tiene nada para enseñar, el alumno se siente igual al docente, y las autoridades educativas le dan la razón al padre, cuando el director quiere aplicar una sanción”, observa el experto, en su charla con LA GACETA.

Según Osorio, en Latinoamérica los procesos de “deseducación” se sostienen a través de dos ejes: 1-Vaciamiento de los contenidos curriculares escolares; ya no importa estudiar y 2- “la anestesia del sujeto”, mediante una gran promoción de consumo de sustancias tóxicas legales e ilegales que provocan severas alteraciones de la conducta y luego problemas de aprendizaje y el mal uso de las tecnologías. “Hay una gran promoción para que sean utilizadas en juegos y chateo. Pero nunca se piensa cómo hacerlas productivas a estas estrategias que propone la tecnología e incorporarlas a la escuela”, observa.

Las leyes y la trampa
Las últimas reformas educativas le parecen “hipócritas” al autor de “Violencia en las escuelas” . “La nacional intentó reformar la federal y terminó cayendo en la misma lógica. Son enunciados de buenas intenciones pero en la práctica no sirven para bajar al aula lo que les sirve al docente y al alumno”, critica.

Dice que en los acuerdos de convivencia de las escuelas las sanciones son letra muerta. Y augura que muy pronto la Argentina dejará de tener niveles de aplazo en las pruebas internacionales “porque eliminamos los aplazos por decreto”. “Pero esto significará reposicionar a la Argentina internacionalmente - ironiza- aunque sea a base de hacerle creer a la sociedad algo que es mentira”.

Comentarios