27 Septiembre 2014
ARCHIVO LA GACETA
Es su peor momento y no lo duda. Diego Pave sabe que desde que llegó a San Martín, hace cuatro temporadas, el presente del equipo nunca fue tan complicado. El puntano reconoce que la producción futbolística que viene realizando el “santo” está lejos de las expectativas de un campeonato corto con siete ascensos por cada una de las siete zonas.
“Cuando arrancamos este nuevo proyecto la ilusión era grande y ahora estamos muy lejos de poder concretar la meta del ascenso directo. Ahora tenemos que apuntar todo a clasificar para intentar el segundo ascenso a la B Nacional”, reconoció el arquero con cierta resignación por estar despidiéndose del primer objetivo.
¿Cuáles son las causas de este inesperado presente? Pave responde sin titubear: “Si uno se pone a revisar lo que hicimos en los seis partidos que jugamos hasta ahora, vamos a coincidir en que el único partido donde jugamos mal y merecimos perder fue con Unión Aconquija. En los demás, aunque no mostramos muchas virtudes, ninguno de los rivales que tuvimos fue superior a nosotros”, señaló el 1, lamentándose y recordando aquel traspié con el actual puntero indiscutido de la zona.
“Tampoco podemos ser ilusos. Hay que reconocer que con dos goles que hicimos hasta ahora no podemos pretender tener más puntos. No dudo que si hubiéramos aprovechado al menos el 30 % de las opciones que perdimos, en estos momentos, estaríamos hablando en otros términos”, dijo Pave, consciente de que el gol es la primera deuda del equipo.
El arbitraje que no ayuda
Luego, sin buscar un chivo expiatorio, el golero consideró que la tarea de los árbitros, en algunos partidos, perjudicó a San Martín. “Un claro ejemplo de lo que digo ocurrió en Salta, frente a Gimnasia y Tiro. Ahí no nos cobraron tres claros penales. Además, ante Juventud Antoniana en La Ciudadela, nos sancionaron un penal en contra que fue, es cierto, pero que en otro estadio nadie lo hubiera sancionado. En los fallos polémicos nunca nos beneficiaron”, sintetizó el arquero, que es testigo preferencial del juego del equipo, parado bajo los tres palos.
Pave también reconoce que el equipo colaboró para que se perdieran puntos importantes. “Las desconcentraciones que tuvimos en los últimos minutos con Zapla, Juventud y Mitre terminaron siendo fatales. Es que nos empezamos a desesperar porque no podemos convertir y eso nos lleva a desordenarnos y ser sorprendidos por equipos que, con una sola llegada, facturan y se llevan los tres puntos. Pero es un excesivo castigo para lo que hacemos y hace nuestro rival en los 90”, expresó.
Un viejo precepto en el fútbol manda no perder cuando no se puede ganar, y Diego reconoce que a San Martín le costó cumplirlo. “Lo que pasa es cuando jugamos de local la gente quiere que lo definamos rápidamente. Eso nos lleva a ser ingenuos algunas veces y a dar los espacios. Pero tenemos que ser inteligentes para leer rápido los partidos y que tenemos 90 minutos para marcar la diferencia”, sigue un analítico Pave que para cerrar no tiene otro deseo que haber aprendido cada lección para que el domingo San Martín pueda volver al triunfo.
“Cuando arrancamos este nuevo proyecto la ilusión era grande y ahora estamos muy lejos de poder concretar la meta del ascenso directo. Ahora tenemos que apuntar todo a clasificar para intentar el segundo ascenso a la B Nacional”, reconoció el arquero con cierta resignación por estar despidiéndose del primer objetivo.
¿Cuáles son las causas de este inesperado presente? Pave responde sin titubear: “Si uno se pone a revisar lo que hicimos en los seis partidos que jugamos hasta ahora, vamos a coincidir en que el único partido donde jugamos mal y merecimos perder fue con Unión Aconquija. En los demás, aunque no mostramos muchas virtudes, ninguno de los rivales que tuvimos fue superior a nosotros”, señaló el 1, lamentándose y recordando aquel traspié con el actual puntero indiscutido de la zona.
“Tampoco podemos ser ilusos. Hay que reconocer que con dos goles que hicimos hasta ahora no podemos pretender tener más puntos. No dudo que si hubiéramos aprovechado al menos el 30 % de las opciones que perdimos, en estos momentos, estaríamos hablando en otros términos”, dijo Pave, consciente de que el gol es la primera deuda del equipo.
El arbitraje que no ayuda
Luego, sin buscar un chivo expiatorio, el golero consideró que la tarea de los árbitros, en algunos partidos, perjudicó a San Martín. “Un claro ejemplo de lo que digo ocurrió en Salta, frente a Gimnasia y Tiro. Ahí no nos cobraron tres claros penales. Además, ante Juventud Antoniana en La Ciudadela, nos sancionaron un penal en contra que fue, es cierto, pero que en otro estadio nadie lo hubiera sancionado. En los fallos polémicos nunca nos beneficiaron”, sintetizó el arquero, que es testigo preferencial del juego del equipo, parado bajo los tres palos.
Pave también reconoce que el equipo colaboró para que se perdieran puntos importantes. “Las desconcentraciones que tuvimos en los últimos minutos con Zapla, Juventud y Mitre terminaron siendo fatales. Es que nos empezamos a desesperar porque no podemos convertir y eso nos lleva a desordenarnos y ser sorprendidos por equipos que, con una sola llegada, facturan y se llevan los tres puntos. Pero es un excesivo castigo para lo que hacemos y hace nuestro rival en los 90”, expresó.
Un viejo precepto en el fútbol manda no perder cuando no se puede ganar, y Diego reconoce que a San Martín le costó cumplirlo. “Lo que pasa es cuando jugamos de local la gente quiere que lo definamos rápidamente. Eso nos lleva a ser ingenuos algunas veces y a dar los espacios. Pero tenemos que ser inteligentes para leer rápido los partidos y que tenemos 90 minutos para marcar la diferencia”, sigue un analítico Pave que para cerrar no tiene otro deseo que haber aprendido cada lección para que el domingo San Martín pueda volver al triunfo.
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