Por Gustavo Frías Silva
26 Septiembre 2014
Tucumán desde la época del obispo Colombres es una productora de azúcar a partir de la caña, un sector que se fue fortaleciendo a través de los años tanto en su cultivo como en su industria para llegar al día de hoy con adelantos tecnológicos más que importantes, que hacen cada vez más eficiente la agroindustria provincial.
El azúcar de caña es muchas veces apoyada por diferentes sectores para promocionar su consumo, pero a la vez es también detractada por otros de manera muy fuerte haciendo que la sociedad de consumo tome partida a favor y en contra.
Diversos estudios afirman que el azúcar tiene como una de sus principales funciones la de proporcionar la energía que nuestro organismo necesita para el funcionamiento de los diferentes órganos. Recuerda que el azúcar es necesaria y, si se consume con moderación, es sana.
El azúcar contiene vitaminas B1, B2, A, así como sacarosa, glucosa (dextrosa), fructosa (levulosa) y antioxidante. Además, los estudios revelan que hay diversas razones para que la gente consuma azúcar, entre los que se destacan los siguientes:
• el azúcar pertenece al grupo de los hidratos de carbono, principal fuente de energía del organismo.
• Es un buen antioxidante.
• El aporte calórico del azúcar es bajo: 4 calorías por cada gramo (las grasas aportan 9 calorías).
• Favorece la circulación sanguínea, es decir evita la formación de coágulos.
• El consumo de azúcar ayuda a controlar y mantener el peso.
• Su agradable sabor favorece el consumo de otros alimentos necesarios para la salud: el metabolismo.
• Reduce los niveles de colesterol y/o triglicéridos en sangre.
• Es buena para el corazón, pues incrementa la irrigación sanguínea.
• Aumenta el efecto hipotensivo de los beta-bloqueantes, sin variar el ritmo cardíaco.
Por otro lado, hay publicaciones que afirman que el uso de edulcorantes alternativos para evitar el exceso o el “no uso” del azúcar, traen algunos inconvenientes a los consumidores. La revista Nature publicó que esos edulcorantes artificiales, sustitutos del azúcar que se emplean para promover una vida sana, podrían aumentar el riesgo de diabetes.
Presentes en las bebidas gaseosas, en los cereales, en los postres, estos endulzantes representan un enorme mercado alimenticio y son muy apreciados por las personas que siguen una dieta o que tienen problemas con el azúcar. Expertos los recomiendan a los pacientes con diabetes de tipo 2 y a quienes sufren de intolerancia a la glucosa, un estado prediabético, con niveles de azúcar elevados en la sangre.
Los edulcorantes dejan un gusto dulce en la boca, y sus moléculas pasan directamente al aparato intestinal sin ser absorbidos, por ello, a diferencia del azúcar, añaden muy poco aporte calórico al cuerpo.
Pero según los autores del trabajo, que realizaron experimentos con ratones y grupos de seres humanos, los edulzantes en realidad perturban la elaboración y las funciones de las bacterias intestinales, y aceleran la intolerancia a la glucosa.
En los ensayos con roedores los científicos, dirigidos por Eran Elinav y Eran Segal, del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, añadieron tres tipos usuales de edulcorantes -aspartamo, sucralosa o sacarina- al agua de ratones en dosis apropiadas, equivalentes a los niveles máximos que se recomiendan para los seres humanos. Esos roedores desarrollaron intolerancia a la glucosa, mientras que otro grupo que solo bebió agua, o agua con azúcar, no sufrieron ese síntoma.
Los investigadores trasplantaron luego heces de esos ratones alimentados con glucosa y edulcorantes a roedores que no tenían bacterias intestinales. Los niveles de glucosa en la sangre de estos últimos animales crecieron rápidamente.
Luego realizaron experiencias similares con siete voluntarios que no utilizaban edulcorantes. Durante siete días les dieron la dosis máxima permitida en EEUU. Cinco a siete días después cuatro de los voluntarios desarrollaron niveles elevados de glucosa y alteraciones en su flora intestinal. “Esto exige reevaluar el consumo actual, masivo, de esas sustancias”, dijo Elinav. Expertos independientes elogiaron este estudio innovador, pero advirtieron que el grupo de muestra humano era demasiado pequeño, y que son necesarias más pruebas.
No cabe duda que este tipo de estudios a favor o en contra del consumo de azúcar seguirán apareciendo, pero lo real es que los que manejan y dirigen la agroindustria azucarera argentina deberían trabajar conjuntamente para informar adecuadamente cuáles son los beneficios reales del consumo del azúcar de caña cuando es realizado moderadamente, y así fortalecer la suba de la demanda del producto que se fabrica todos los años.
El azúcar de caña es muchas veces apoyada por diferentes sectores para promocionar su consumo, pero a la vez es también detractada por otros de manera muy fuerte haciendo que la sociedad de consumo tome partida a favor y en contra.
Diversos estudios afirman que el azúcar tiene como una de sus principales funciones la de proporcionar la energía que nuestro organismo necesita para el funcionamiento de los diferentes órganos. Recuerda que el azúcar es necesaria y, si se consume con moderación, es sana.
El azúcar contiene vitaminas B1, B2, A, así como sacarosa, glucosa (dextrosa), fructosa (levulosa) y antioxidante. Además, los estudios revelan que hay diversas razones para que la gente consuma azúcar, entre los que se destacan los siguientes:
• el azúcar pertenece al grupo de los hidratos de carbono, principal fuente de energía del organismo.
• Es un buen antioxidante.
• El aporte calórico del azúcar es bajo: 4 calorías por cada gramo (las grasas aportan 9 calorías).
• Favorece la circulación sanguínea, es decir evita la formación de coágulos.
• El consumo de azúcar ayuda a controlar y mantener el peso.
• Su agradable sabor favorece el consumo de otros alimentos necesarios para la salud: el metabolismo.
• Reduce los niveles de colesterol y/o triglicéridos en sangre.
• Es buena para el corazón, pues incrementa la irrigación sanguínea.
• Aumenta el efecto hipotensivo de los beta-bloqueantes, sin variar el ritmo cardíaco.
Por otro lado, hay publicaciones que afirman que el uso de edulcorantes alternativos para evitar el exceso o el “no uso” del azúcar, traen algunos inconvenientes a los consumidores. La revista Nature publicó que esos edulcorantes artificiales, sustitutos del azúcar que se emplean para promover una vida sana, podrían aumentar el riesgo de diabetes.
Presentes en las bebidas gaseosas, en los cereales, en los postres, estos endulzantes representan un enorme mercado alimenticio y son muy apreciados por las personas que siguen una dieta o que tienen problemas con el azúcar. Expertos los recomiendan a los pacientes con diabetes de tipo 2 y a quienes sufren de intolerancia a la glucosa, un estado prediabético, con niveles de azúcar elevados en la sangre.
Los edulcorantes dejan un gusto dulce en la boca, y sus moléculas pasan directamente al aparato intestinal sin ser absorbidos, por ello, a diferencia del azúcar, añaden muy poco aporte calórico al cuerpo.
Pero según los autores del trabajo, que realizaron experimentos con ratones y grupos de seres humanos, los edulzantes en realidad perturban la elaboración y las funciones de las bacterias intestinales, y aceleran la intolerancia a la glucosa.
En los ensayos con roedores los científicos, dirigidos por Eran Elinav y Eran Segal, del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, añadieron tres tipos usuales de edulcorantes -aspartamo, sucralosa o sacarina- al agua de ratones en dosis apropiadas, equivalentes a los niveles máximos que se recomiendan para los seres humanos. Esos roedores desarrollaron intolerancia a la glucosa, mientras que otro grupo que solo bebió agua, o agua con azúcar, no sufrieron ese síntoma.
Los investigadores trasplantaron luego heces de esos ratones alimentados con glucosa y edulcorantes a roedores que no tenían bacterias intestinales. Los niveles de glucosa en la sangre de estos últimos animales crecieron rápidamente.
Luego realizaron experiencias similares con siete voluntarios que no utilizaban edulcorantes. Durante siete días les dieron la dosis máxima permitida en EEUU. Cinco a siete días después cuatro de los voluntarios desarrollaron niveles elevados de glucosa y alteraciones en su flora intestinal. “Esto exige reevaluar el consumo actual, masivo, de esas sustancias”, dijo Elinav. Expertos independientes elogiaron este estudio innovador, pero advirtieron que el grupo de muestra humano era demasiado pequeño, y que son necesarias más pruebas.
No cabe duda que este tipo de estudios a favor o en contra del consumo de azúcar seguirán apareciendo, pero lo real es que los que manejan y dirigen la agroindustria azucarera argentina deberían trabajar conjuntamente para informar adecuadamente cuáles son los beneficios reales del consumo del azúcar de caña cuando es realizado moderadamente, y así fortalecer la suba de la demanda del producto que se fabrica todos los años.
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