26 Septiembre 2014
A los pocos minutos de iniciado el partido de fútbol 7, el arquitecto y empresario Horacio Mazza, de 47 años, se desmayó en la cancha. Recibió los primeros auxilios, lo trasladaron de inmediato al Hospital Fernández, en Buenos Aires, pero su corazón no resistió. El esposo de la periodista de TV María Dolores Cahen D’Anvers y padre de tres hijos murió de un paro cardíaco. “Fue un golpazo para todos. Nunca supimos que tuviera alguna enfermedad ni problema en el corazón”, comentó un allegado a la pareja.
Este hecho -como el del futbolista de Camerún Marc Vivien Foé, de 28 años, que en 2003 se desplomó en la cancha sin que nadie lo toque, y el del diseñador de moda Jorge Ibáñez, a los 44 años (2014), entre otros- muestra claramente la falta de prevención de la muerte súbita.
“Desconozco el caso del arquitecto Mazza... Pero a esa edad y por la forma de presentación, la causa de su muerte súbita debe haber sido un cuadro de isquemia, es decir, la falta de llegada de sangre al corazón por obstrucciones en las arterias. Leí informaciones que hablan de una operación. No creo que haya sido así. Lo más factible es que haya muerto mientras le hacían un cateterismo de urgencia, como se procede en estos casos”, analizó el cardiólogo tucumano, doctor Ramiro Castellanos, especialista en muerte súbita del Instituto de Cardiología.
Otras causas de muerte súbita en niños, adolescentes y adultos jóvenes, apuntó Castellanos a LA GACETA, son los síndromes eléctricos primarios que producen arritmias. “Pero hay una entidad muy compleja que está siendo investigada en estos momentos: el paciente de alto riesgo isquémico asintomático, es decir que no presenta ningún síntoma, que aparenta estar sano cuando en realidad su vida corre peligro. Su evaluación es compleja”, advirtió.
- ¿Cómo se los evalúa?
- Tenemos que hacer una evaluación de riesgo global clínico y de laboratorio. Si el riesgo es alto, necesitará una prueba de esfuerzo y una tomografía computada de multicortes en las carótidas. De encontrar una lesión carotídea importante, hay que buscar una lesión coronaria, ya que existe una estrecha relación entre el estado de salud de las carótidas y el de las coronarias.
- ¿Es común este tipo de paciente?
- El alto riesgo asintomático no es lo común. En la práctica diaria, cuando uno lo interroga al paciente, generalmente aparece algún síntoma previo que nos despierta el alerta. Por eso es muy importante interrogarlo.
- Los fines de semana es común hacer un “picadito” entre amigos y compañeros de trabajo. ¿Qué consejo les daría?
- Que no jueguen sin hacerse un chequeo cardiológico y sin entrenamiento previo. La gente se asusta cuando alguien muy conocido o popular fallece repentinamente por muerte súbita. Sin embargo, no toma conciencia de que cualquiera puede ser víctima de este episodio.
El doctor Castellanos, al igual que su par, el cardiólogo y doctor en Medicina Luis Aguinaga, especialista en ablación de arritmias, considera que en todas las edades debería pedirse un screening cardiológico.
Ambos especialistas sostienen que es necesaria una evaluación minuciosa y correcta en cada niño, adolescente, joven o adulto que vaya a practicar deporte o alguna actividad física (aunque no sean pruebas de competición) para detectar factores de riesgo. “Se tiene que sistematizar el screening en los clubes, escuelas e instituciones cardiológicas. Debería ser un estudio de rutina para descubrir tempranamente el riesgo de muerte súbita. Hicimos ablación de arritmias en varios chicos que estaban jugando y que desconocían que sufrían arritmias. Felizmente llegaron a la consulta por iniciativa de sus padres”, remarcó el doctor Aguinaga.
MUERTE SÚBITA
La evaluación de riesgo global (clínica y de laboratorio) puede evitar la muerte súbita. Este estudio debería ser de rutina a cualquier edad
La muerte súbita es natural, inesperada: (no se preveía la muerte del paciente) y rápida: se desencadena en alrededor de una hora.
Las personas con mayor riesgo de muerte súbita son los lactantes, hasta el sexto mes, debido a cardiopatías congénitas.
En adultos, las causas son los males cardiovasculares asociados a la edad, a la genética, al tabaquismo y a la vida desordenada.
La causa más común es la enfermedad coronaria (infarto de miocardio). El 20% de los infartos se presenta con muerte súbita por arritmias malignas.
Este hecho -como el del futbolista de Camerún Marc Vivien Foé, de 28 años, que en 2003 se desplomó en la cancha sin que nadie lo toque, y el del diseñador de moda Jorge Ibáñez, a los 44 años (2014), entre otros- muestra claramente la falta de prevención de la muerte súbita.
“Desconozco el caso del arquitecto Mazza... Pero a esa edad y por la forma de presentación, la causa de su muerte súbita debe haber sido un cuadro de isquemia, es decir, la falta de llegada de sangre al corazón por obstrucciones en las arterias. Leí informaciones que hablan de una operación. No creo que haya sido así. Lo más factible es que haya muerto mientras le hacían un cateterismo de urgencia, como se procede en estos casos”, analizó el cardiólogo tucumano, doctor Ramiro Castellanos, especialista en muerte súbita del Instituto de Cardiología.
Otras causas de muerte súbita en niños, adolescentes y adultos jóvenes, apuntó Castellanos a LA GACETA, son los síndromes eléctricos primarios que producen arritmias. “Pero hay una entidad muy compleja que está siendo investigada en estos momentos: el paciente de alto riesgo isquémico asintomático, es decir que no presenta ningún síntoma, que aparenta estar sano cuando en realidad su vida corre peligro. Su evaluación es compleja”, advirtió.
- ¿Cómo se los evalúa?
- Tenemos que hacer una evaluación de riesgo global clínico y de laboratorio. Si el riesgo es alto, necesitará una prueba de esfuerzo y una tomografía computada de multicortes en las carótidas. De encontrar una lesión carotídea importante, hay que buscar una lesión coronaria, ya que existe una estrecha relación entre el estado de salud de las carótidas y el de las coronarias.
- ¿Es común este tipo de paciente?
- El alto riesgo asintomático no es lo común. En la práctica diaria, cuando uno lo interroga al paciente, generalmente aparece algún síntoma previo que nos despierta el alerta. Por eso es muy importante interrogarlo.
- Los fines de semana es común hacer un “picadito” entre amigos y compañeros de trabajo. ¿Qué consejo les daría?
- Que no jueguen sin hacerse un chequeo cardiológico y sin entrenamiento previo. La gente se asusta cuando alguien muy conocido o popular fallece repentinamente por muerte súbita. Sin embargo, no toma conciencia de que cualquiera puede ser víctima de este episodio.
El doctor Castellanos, al igual que su par, el cardiólogo y doctor en Medicina Luis Aguinaga, especialista en ablación de arritmias, considera que en todas las edades debería pedirse un screening cardiológico.
Ambos especialistas sostienen que es necesaria una evaluación minuciosa y correcta en cada niño, adolescente, joven o adulto que vaya a practicar deporte o alguna actividad física (aunque no sean pruebas de competición) para detectar factores de riesgo. “Se tiene que sistematizar el screening en los clubes, escuelas e instituciones cardiológicas. Debería ser un estudio de rutina para descubrir tempranamente el riesgo de muerte súbita. Hicimos ablación de arritmias en varios chicos que estaban jugando y que desconocían que sufrían arritmias. Felizmente llegaron a la consulta por iniciativa de sus padres”, remarcó el doctor Aguinaga.
MUERTE SÚBITA
La evaluación de riesgo global (clínica y de laboratorio) puede evitar la muerte súbita. Este estudio debería ser de rutina a cualquier edad
La muerte súbita es natural, inesperada: (no se preveía la muerte del paciente) y rápida: se desencadena en alrededor de una hora.
Las personas con mayor riesgo de muerte súbita son los lactantes, hasta el sexto mes, debido a cardiopatías congénitas.
En adultos, las causas son los males cardiovasculares asociados a la edad, a la genética, al tabaquismo y a la vida desordenada.
La causa más común es la enfermedad coronaria (infarto de miocardio). El 20% de los infartos se presenta con muerte súbita por arritmias malignas.