25 Septiembre 2014
OVACIONADO. El cordobés Noriega eligió la estrategia adecuada y sumó al “Batalla” a su lista de conquistas.
“La verdad que no me imaginaba que venía tanta gente a ver el Batalla. Tuve la suerte de estar en los principales clásicos de San Luis, de Córdoba, de Mendoza y de San Juan, pero en ninguno vi tanto público como acá”. La frase pertenece a Miguel Ángel Villalba, el propietario de Uomo In Frac, brillante ganador del Gran Premio ante más de 20.000 personas.
“Fue una reunión muy linda. Realmente me voy sorprendido por cómo se vive el turf en esta provincia. La copa del Batalla era una de las pocas del interior del país que faltaba en mi vitrina. Y ahora ya la tengo, pero el próximo año voy a volver en busca de una más”, agregó el dueño de la caballeriza sanjuanina “Del Valle”.
Oscar Rébora, entrenador del vencedor, también prometió regresar en medio de los festejos. “Dije que si perdíamos volvíamos en 2015 en busca de la revancha y que si ganábamos íbamos a ir por el doblete. El otro año nos tendrán en esta provincia, ya sea con Uomo In Frac o con algún otro ejemplar para ser parte de esta gran fiesta multitudinaria”, señaló el cuidador de 50 años, que luego se metió de lleno en la carrera. “La verdad que no veía donde iba mi caballo. Lo tuve ‘perdido’ hasta faltando 300 metros para el disco, cuando lo vi aparecer con mucha fuerza”, concluyó.
“Fue una reunión muy linda. Realmente me voy sorprendido por cómo se vive el turf en esta provincia. La copa del Batalla era una de las pocas del interior del país que faltaba en mi vitrina. Y ahora ya la tengo, pero el próximo año voy a volver en busca de una más”, agregó el dueño de la caballeriza sanjuanina “Del Valle”.
Oscar Rébora, entrenador del vencedor, también prometió regresar en medio de los festejos. “Dije que si perdíamos volvíamos en 2015 en busca de la revancha y que si ganábamos íbamos a ir por el doblete. El otro año nos tendrán en esta provincia, ya sea con Uomo In Frac o con algún otro ejemplar para ser parte de esta gran fiesta multitudinaria”, señaló el cuidador de 50 años, que luego se metió de lleno en la carrera. “La verdad que no veía donde iba mi caballo. Lo tuve ‘perdido’ hasta faltando 300 metros para el disco, cuando lo vi aparecer con mucha fuerza”, concluyó.
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