Hoy habrá sentencia en el primer juicio oral en Tucumán contra la trata de personas
La acusada Verónica del Valle Olivera se descompensó ayer, luego de que declarara la tía que la crió, quien dijo que la imputada era incapaz de haber llevado a la víctima a Santa Cruz para entregarla a un prostíbulo.
En el cuarto intermedio, Verónica del Jesús Olivera se sentó en unos escalones de la puerta del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, y se colocó un pañuelo en la mejilla izquierda. Allí estuvo durante los 20 minutos en que los jueces debatieron si aceptaban la nulidad de las escuchas telefónicas realizadas a Ana Alicia Taviansky, la dueña de un prostíbulo en Santa Cruz.
Cuando la presidenta del tribunal, Alicia Noli, informó que se rechazaba el planteo que había realizado el defensor Oficial Ciro Lo Pinto, y en consecuencia se iba a conocer el contenido de las escuchas telefónicas, se advirtió que Olivera, acusada junto a Taviansky por trata de personas con fines de explotación sexual, estaba sufriendo una parálisis facial. La audiencia se dio por finalizada, y la imputada fue trasladada por una ambulancia del servicio de emergencias.
La segunda jornada del primer juicio que se realiza en la provincia por el delito de trata de personas (creado por ley en abril de 2008) no pudo desarrollarse ayer con normalidad. El horario original de las 14.30 tuvo que ser postergado para las 18, porque las demoras en los vuelos que salían de Capital Federal impedía la llegada de uno de los miembros del tribunal, según se informó oficialmente.
La audiencia, finalmente, comenzó a las 18.20. Durante dos horas declararon policías cordobeses que actuaron en la detención de Olivera en la terminal de ómnibus de la capital de esa provincia, y familiares de la acusada. Cuando terminaron las declaraciones de los testigos, el defensor Oficial hizo el planteo de nulidad de las escuchas telefónicas.
Esta mañana se confirmó que Olivera superó su problema de salud, por lo que hoy se conocerá la sentencia.
En la terminal
El 22 de mayo de 2008, CM estaba siendo trasladada a Puerto San Julián (en Santa Cruz) por Olivera, su prima. La muchacha tenía en ese entonces 17 años, y según declaró en el juicio, le habían dicho que podría conseguir trabajo como profesora de danzas folclóricas. La víctima afirmó que había escuchado una conversación en la que advirtió que podrían llevarla a un prostíbulo, por lo que le envió un mensaje a su madre pidiéndole ayuda.
El oficial Juan Alberto Bevilaqua y el comisario Darío Rafael Ibarra, contaron que recibieron el llamado de la Policía tucumana, en el que les pedían colaboración para rescatar a una menor de edad que estaba siendo trasladada a Santa Cruz. Los efectivos cordobeses declararon ayer ante los jueces Noli, Gabriel Casas y Carlos Jiménez Montilla, y relataron cómo fue el procedimiento para detener a Olivera.
“El colectivo tenía una parada en Córdoba. Descendieron las personas que viajaban en él. Una jovencita se acercó a mí y a la agente Marianela Cardelli y nos dijo ‘yo soy la chica de Tucumán’”, recordó Bevilaqua.
El equipaje de las dos mujeres consistía solamente en un bolso. Sergio Ariel Leguina fue uno de los testigos que presenció la requisa que se realizó en la Comisaría de la Mujer, en Tucumán. Ayer describió el contenido del mismo: ropa interior, unas polleras cortas, “puperas”, un teléfono celular y zapatos, fue la enumeración que dio el testigo. Todos esos elementos estaban desplegados en una mesa, y fueron reconocidos por Leguina.
“Siempre se iba”
Los últimos testigos en declarar fueron los familiares de Olivera (parientes también de la víctima), que defendieron a la acusada. “Lo único que sé es que Verónica es incapaz de hacer eso (la captación para explotación sexual)”, manifestó una tía de la imputada.
Estos últimos testigos hablaron de la relación de la víctima con sus padres (dijeron que la madre tomaba mucho alcohol) y que CM se había ido en varias oportunidades de su casa.
Los defensores oficiales preguntaron por la personalidad de la víctima, a lo que se opuso la fiscala. “El objeto de este juicio no es juzgar la personalidad de la víctima”, argumentó García Salemi. “Pregunten por un hecho concreto”, pidió la jueza Noli, haciendo lugar a la observación de la representante del Ministerio Público.
Olivera, en tanto, lloró cuando declaró la tía que la crió. “Soy su madre de crianza”, se presentó la mujer. “Le di estudios, la llevaba a la escuela en bicicleta hasta que pude pagarle un transporte escolar. No pudo terminar sexto grado porque quedó embarazada, y buscó trabajar de lo que sea para darles de todo a sus hijos. Verónica la llevaba al sur para ayudarla a CM, ella es muy buena”, relató la madre de crianza de la acusada.
No faltan testigos por declarar, por lo que sólo resta que se incorpore la prueba instrumental. Ese paso iba a ser dado anoche, pero el estado de la imputada obligó a suspender la audiencia, que seguirá hoy a las 9.30 si la salud de Olivera lo permite.
DESESTIMIENTOS.- Alrededor de 10 testigos, entre policías, familiares de una de las imputadas y vecinas de la zona en la que vivía la víctima y su prima, fueron desistidos entre las dos primeras jornadas. El fiscal de Cámara subrogante, Leopoldo Peralta Palma, afirmó que sus declaraciones serían sobreabundantes, y pidió que se los desocupara. Una policía cordobesa, en tanto, no pudo viajar porque está embarazada, y se incorporó por su lectura la declaración que había brindado durante la instrucción.
IDENTIDAD.- La presidenta del tribunal Alicia Noli le advirtió a varios testigos que no podían decir el nombre de la víctima de trata de personas, quien fue identificada como CM. A pesar de esto, a los familiares de la joven se les escapó en varias oportunidades, y la jueza tuvo que recordarles varias veces cómo debían referirse a la víctima.
ACOMPAÑAMIENTO DE LA FUNDACIÓN.- Varios integrantes de la fundación María de los Ángeles asistieron a la audiencia, tal como sucedió en la primera audiencia. Junto a ellos se sentaron la madre y la hermana de la víctima, quienes habían acudido en 2008 a la sede de la institución luego de haber recibido el mensaje de texto de la víctima. La abogada Belén Lembo las había acompañado a realizar la denuncia en la Policía.
POCO PÚBLICO.- Además de los integrantes de la fundación y los familiares de la víctima (unas 10 personas), en la sala estuvo una joven que acompañaba a Olivera, y que se fue con ella en la ambulancia, y un hombre oriundo de Santa Cruz, quien no dialoga con nadie pero intercambia gestos con Ana Alicia Taviansky, la única imputada que está detenida. El resto de los asientos estuvieron vacíos.