29 Agosto 2014
DYN
BUENOS AIRES.- (Por Raúl Armando Pérez - DyN) Probablemente Carlos Bianchi fuera el único que no tenía conciencia de que su tercer ciclo como técnico de Boca no daba para más. Nadie en La Bombonera lo hubiese insultado, pero la mayoría esperaba un gesto de su parte. No lo dio, por lo que no le dejó a la conducción del club otra alternativa que echarlo, lo cual no dejará de significarle al presidente Daniel Angelici un costo político (sin hablar del económico que todavía está por determinarse).
Lo que resulta inexplicable en términos lógicos es que Angelici, al mediodía haya anunciado que Bianchi seguía sin plazos, y pocas horas más tarde haya anunciado que lo había despedido.
Claro está que, al margen de que ya la continuidad del “Virrey” era insostenible, el grosero ida y vuelta deja nuevamente expuesto en su incoherencia a un presidente que ya no le inspira confianza a nadie.
Es que en la madrugada había consenso en la comisión para que Bianchi se fuera, Angelici lo convocó para comunicárselo pero en la charla se dejó convencer y, unilateralmente, dio marcha atrás. Por supuesto, sus compañeros de gestión comenzaron a hacerle explotar el teléfono porque no era lo que habían convenido horas antes.
En cuanto a cómo sigue esto, el nombre que la dirigencia tiene en carpeta es el de Rodolfo Arruabarrena, con pasado en el club y que, por perfil personal, no podía despertar cuestionamientos de nadie. Esto cambia si se empiezan a revisar los antecedentes, porque el “Vasco” apenas tiene un buen comienzo en Tigre, club del que se fue mal. Por lo pronto, el domingo frente a Vélez, Sergio Saturno y Hugo Ibarra serán los encargados de dirigir al equipo.
Sea quien fuere el nuevo DT, habrá que ver de qué modo resuelve en el corto plazo los problemas que plantea un plantel de rendimiento paupérrimo y, se supone, muy caído espiritualmente.
¿Es Arruabarrena el DT que de verdad les gusta a los dirigentes? No. Es el que tienen a mano y habrá que ver cómo le va, pero para el largo plazo, seguro, los nombres en danza ya son otros.
Lo que resulta inexplicable en términos lógicos es que Angelici, al mediodía haya anunciado que Bianchi seguía sin plazos, y pocas horas más tarde haya anunciado que lo había despedido.
Claro está que, al margen de que ya la continuidad del “Virrey” era insostenible, el grosero ida y vuelta deja nuevamente expuesto en su incoherencia a un presidente que ya no le inspira confianza a nadie.
Es que en la madrugada había consenso en la comisión para que Bianchi se fuera, Angelici lo convocó para comunicárselo pero en la charla se dejó convencer y, unilateralmente, dio marcha atrás. Por supuesto, sus compañeros de gestión comenzaron a hacerle explotar el teléfono porque no era lo que habían convenido horas antes.
En cuanto a cómo sigue esto, el nombre que la dirigencia tiene en carpeta es el de Rodolfo Arruabarrena, con pasado en el club y que, por perfil personal, no podía despertar cuestionamientos de nadie. Esto cambia si se empiezan a revisar los antecedentes, porque el “Vasco” apenas tiene un buen comienzo en Tigre, club del que se fue mal. Por lo pronto, el domingo frente a Vélez, Sergio Saturno y Hugo Ibarra serán los encargados de dirigir al equipo.
Sea quien fuere el nuevo DT, habrá que ver de qué modo resuelve en el corto plazo los problemas que plantea un plantel de rendimiento paupérrimo y, se supone, muy caído espiritualmente.
¿Es Arruabarrena el DT que de verdad les gusta a los dirigentes? No. Es el que tienen a mano y habrá que ver cómo le va, pero para el largo plazo, seguro, los nombres en danza ya son otros.
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