24 Agosto 2014
CONCLUSIÓN. Un investigador afirmó que las políticas aplicadas para “garantizar la mesa de los argentinos” afectaron al sector ganadero. reuters
La Argentina perdió ingresos de divisas por U$S 10.000 millones en los últimos nueve años en exportaciones de carne vacuna, Este fue el resultado de un trabajo realizado por alumnos e investigadores de la Universidad Católica Argentina (UCA), entre los que figura Mailén Riviera Rubin, Mariela D’Alessandro y Ricardo Simari, con la tutoría de Fernando Gil y Federico Santángelo.
D’Alessandro explicó que las medidas aplicadas en la política ganadera y de carnes bovina para “garantizar la mesa de los argentinos” afectaron a la producción nacional y a otras actividades vinculadas.
“El aumento de las restricciones, el peso mínimo de faena obligatorio, la creación de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE) y las restricciones a las exportaciones fueron las causas de un importante ciclo de liquidación de stock con un aumento de faena, en especial las hembras, generando una importante caída de la producción de carne”, añadió D’Alessandro.
El estudio, que lleva por título “Agenda ganadera para la próxima década”, se realizó en el marco de un convenio realizado entre la UCA y el Mercado de Liniers y el Centro de Consignatarios de Productos del País.
Simari evaluó que durante un período de nueve años la carne vacuna en el mercado doméstico experimentó un ajuste del 400%, hecho que provocó una baja del consumo. Recordó que el país pasó del tercer puesto en el ranking de exportación de carne, a la ubicación 13 en la actualidad.
“Esa caída representa casi U$S 10.000 millones menos de divisas para el país, si se hubiera seguido exportando al ritmo de 2005”, manifestó Simari, quien señaló que estos datos ratifican el fracaso de las políticas implementadas.
Atentos a esta problemática, Gil, otros de los investigadores de la UCA, admitió la necesidad de avalar la aplicación de un mecanismo de “ajuste por inflación” para la actividad y estimó que la ganadería debe incrementar la producción mediante la implementación de tecnologías de insumos y procesos.
Días atrás, el Gobierno nacional decidió frenar hasta la primera semana de septiembre la exportación de carne vacuna, con el fin de sostener el precio en las góndolas. La medida fue defendida por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien ponderó la decisión oficial de intervenir en el mercado cárnico con mecanismos que permitan mantener precios convenientes en el mercado doméstico.
La resolución de frenar exportaciones de cortes bovinos por un plazo de al menos 15 días fue objetada por las entidades ruralistas, como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA), y también por la Cámara de la Industria de Carnes (Ciccra).
El vicepresidente segundo de la FAA, el pampeano Ariel Toselli, consignó que con estas medidas el kirchnerismo confirmaría que es incapaz de aprender de sus errores, pues desconocería el rotundo fracaso que tuvo esta medida en 2006.
Toselli explicó que una medida similar, que apuntaba a frenar exportaciones, provocó hace ocho años que se perdieran más de un 20% de los vientres (o vacas reproductoras) y miles de productores pequeños y medianos abandonaran la actividad ganadera, consignó la agencia DyN.
D’Alessandro explicó que las medidas aplicadas en la política ganadera y de carnes bovina para “garantizar la mesa de los argentinos” afectaron a la producción nacional y a otras actividades vinculadas.
“El aumento de las restricciones, el peso mínimo de faena obligatorio, la creación de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE) y las restricciones a las exportaciones fueron las causas de un importante ciclo de liquidación de stock con un aumento de faena, en especial las hembras, generando una importante caída de la producción de carne”, añadió D’Alessandro.
El estudio, que lleva por título “Agenda ganadera para la próxima década”, se realizó en el marco de un convenio realizado entre la UCA y el Mercado de Liniers y el Centro de Consignatarios de Productos del País.
Simari evaluó que durante un período de nueve años la carne vacuna en el mercado doméstico experimentó un ajuste del 400%, hecho que provocó una baja del consumo. Recordó que el país pasó del tercer puesto en el ranking de exportación de carne, a la ubicación 13 en la actualidad.
“Esa caída representa casi U$S 10.000 millones menos de divisas para el país, si se hubiera seguido exportando al ritmo de 2005”, manifestó Simari, quien señaló que estos datos ratifican el fracaso de las políticas implementadas.
Atentos a esta problemática, Gil, otros de los investigadores de la UCA, admitió la necesidad de avalar la aplicación de un mecanismo de “ajuste por inflación” para la actividad y estimó que la ganadería debe incrementar la producción mediante la implementación de tecnologías de insumos y procesos.
Días atrás, el Gobierno nacional decidió frenar hasta la primera semana de septiembre la exportación de carne vacuna, con el fin de sostener el precio en las góndolas. La medida fue defendida por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien ponderó la decisión oficial de intervenir en el mercado cárnico con mecanismos que permitan mantener precios convenientes en el mercado doméstico.
La resolución de frenar exportaciones de cortes bovinos por un plazo de al menos 15 días fue objetada por las entidades ruralistas, como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria Argentina (FAA), y también por la Cámara de la Industria de Carnes (Ciccra).
El vicepresidente segundo de la FAA, el pampeano Ariel Toselli, consignó que con estas medidas el kirchnerismo confirmaría que es incapaz de aprender de sus errores, pues desconocería el rotundo fracaso que tuvo esta medida en 2006.
Toselli explicó que una medida similar, que apuntaba a frenar exportaciones, provocó hace ocho años que se perdieran más de un 20% de los vientres (o vacas reproductoras) y miles de productores pequeños y medianos abandonaran la actividad ganadera, consignó la agencia DyN.
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