21 Agosto 2014
APORTÓ LO SUYO. Salvo el penal que falló durante la definición, “Teo” Gutiérrez fue la referencia de un River “muleto”.
SAN LUIS.- Lo que no pudo en tiempo reglamentario lo consiguió desde los 12 pasos. Con el corazón en la mano y un Julio Chiarini inspirado para ser figura. Así, tras el 0-0 y el 4-2 de los penales, River pasó a los cuartos de final de la Copa Argentina, y dejó en el camino a Colón.
Los roles se repartieron casi de entrada: River era el atacante, Colón el que aguantaba. El drama de la película fue el mismo durante los 90’ y sólo hubo un cambio en los papeles cuando Lucas Alario le acertó al arco tras una buena jugada. Pero Luis Alvarez decidió que su gol no valía por una supuesta falta previa sobre Ramiro Funes Mori...
El “sabalero” sintió el golpe de ese gol extrañamente anulado, y se aferró ciego a la primera idea de aguantar replegado y salir de contra. El “millonario” entonces inclinó la cancha. Se hartó de ir, de probar a Jorge Broun, pero nunca jamás lo acompañó la puntería, ni la suerte. Y vaya paradoja, porque el 0 a 0 de los 90 llevó la definición a los penales, donde todo podía pasar y los roles podían invertirse.
Ya desde los 12 pasos, Colón encontró las mismas chances que su rival, las que no pudo equiparar a lo largo del tiempo reglamentario. Entonces se frotó las manos, con los cuartos de final como objetivo. Pero no contó con las manos de Chiarini, que le dijo no a Cristian Pavón y Facundo Callejo y así estiró la estadía del equipo de Núñez en la competencia. De nada sirvió que Broun le negara la conquista a Teófilo Gutiérrez, el único hombre titular que Marcelo Gallardo mandó a jugar de entrada.
Con el final escrito, ahora River no tiene más que esperar por el desenlace del duelo entre Tigre y Central. Uno de los dos será su próximo enemigo en la ruta copera. (Especial)
Los roles se repartieron casi de entrada: River era el atacante, Colón el que aguantaba. El drama de la película fue el mismo durante los 90’ y sólo hubo un cambio en los papeles cuando Lucas Alario le acertó al arco tras una buena jugada. Pero Luis Alvarez decidió que su gol no valía por una supuesta falta previa sobre Ramiro Funes Mori...
El “sabalero” sintió el golpe de ese gol extrañamente anulado, y se aferró ciego a la primera idea de aguantar replegado y salir de contra. El “millonario” entonces inclinó la cancha. Se hartó de ir, de probar a Jorge Broun, pero nunca jamás lo acompañó la puntería, ni la suerte. Y vaya paradoja, porque el 0 a 0 de los 90 llevó la definición a los penales, donde todo podía pasar y los roles podían invertirse.
Ya desde los 12 pasos, Colón encontró las mismas chances que su rival, las que no pudo equiparar a lo largo del tiempo reglamentario. Entonces se frotó las manos, con los cuartos de final como objetivo. Pero no contó con las manos de Chiarini, que le dijo no a Cristian Pavón y Facundo Callejo y así estiró la estadía del equipo de Núñez en la competencia. De nada sirvió que Broun le negara la conquista a Teófilo Gutiérrez, el único hombre titular que Marcelo Gallardo mandó a jugar de entrada.
Con el final escrito, ahora River no tiene más que esperar por el desenlace del duelo entre Tigre y Central. Uno de los dos será su próximo enemigo en la ruta copera. (Especial)