20 Agosto 2014
EN EL CENTRO DE LA CIUDAD. Los manifestantes desafían a la Policía: queman cubiertas y levantan barricadas. reuters
WASHINGTON.- El despliegue de tropas no redujo la tensión en la localidad estadounidense de Ferguson, donde dos personas fueron heridas de bala y 78 fueron detenidas ayer en unos de los disturbios más violentos desde el inicio de protestas por la muerte de un joven negro baleado por un policía.
Centenares de personas volvieron a ocupar la noche del lunes y la madrugada de ayer la Avenida West Florissant, epicentro de las protestas en poblado del estado de Missouri, y las concentraciones, que comenzaron pacíficamente, terminaron con enfrentamientos entre manifestantes y policía y el uso de gases lacrimógenos.
“Los manifestantes pacíficos no son el enemigo, ellos no. Pero hemos tenido disparos. Dos personas han tenido que ser trasladadas a un hospital y quienes les dispararon no eran agentes”, explicó el capitán de la Patrulla de Carreteras de Missouri, Ron Johnson.
Johnson, encargado de la seguridad de Ferguson, apuntó que la gran mayoría de los manifestantes se había comportado de modo “pacífico”, pero un grupo de “delincuentes” aprovechó la ocasión para atacar a la policía con cócteles molotov. A los detenidos se les incautó armas de fuego, agregó.
Según dijo, algunos de los manifestantes se habían desplazado a Ferguson desde lugares tan lejanos como Nueva York y California, ante la notoriedad nacional que han adquirido los disturbios.
El despliegue de tropas de la Guardia Nacional, la milicia estatal que suele movilizarse en catástrofes naturales y también para afrontar situaciones de desorden público, no sirvió para calmar las protestas, que se iniciaron el 10 de agosto, al día siguiente de la muerte del joven Michael Brown, de 18 años. La tensión creció a partir de las 22 del lunes, cuando la Policía comenzó a avisar a los manifestantes de que debían despejar la calle si no querían ser arrestados, después de que varias personas lanzaran cócteles molotov, botellas y otros objetos contra los agentes.
Casi dos horas después, los agentes empezaron a avanzar, protegidos por equipos antidisturbios y alertando que la gente debía volver a sus casas. La mayoría de los manifestantes atendió la orden, aunque un grupo reducido -menos de cien personas- se resistió y en ese momento se sucedieron los arrestos, que sumaron 78, según la policía.
Desde Nueva York, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) se mostró “alarmado” por las amenazas y el arresto de al menos 11 reporteros durante las protestas en Ferguson.
En un incidente separado ocurrido a pocos kilómetros de donde se suceden las protestas, un joven afroamericano de 23 años fue muerto a tiros hoy por dos policías sobre los que cargó con un cuchillo luego de protagonizar un robo en un almacén. La autopsia preliminar privada encargada por la familia reveló que el policía disparó al menos seis veces al joven que, según el médico forense, murió debido al último tiro que recibió en la cabeza. El policía Darren Wilson, de 28 años, ha sido retirado temporalmente del cuerpo, mientras la familia de Brown pide que se le imputen cargos penales. (Télam)
Centenares de personas volvieron a ocupar la noche del lunes y la madrugada de ayer la Avenida West Florissant, epicentro de las protestas en poblado del estado de Missouri, y las concentraciones, que comenzaron pacíficamente, terminaron con enfrentamientos entre manifestantes y policía y el uso de gases lacrimógenos.
“Los manifestantes pacíficos no son el enemigo, ellos no. Pero hemos tenido disparos. Dos personas han tenido que ser trasladadas a un hospital y quienes les dispararon no eran agentes”, explicó el capitán de la Patrulla de Carreteras de Missouri, Ron Johnson.
Johnson, encargado de la seguridad de Ferguson, apuntó que la gran mayoría de los manifestantes se había comportado de modo “pacífico”, pero un grupo de “delincuentes” aprovechó la ocasión para atacar a la policía con cócteles molotov. A los detenidos se les incautó armas de fuego, agregó.
Según dijo, algunos de los manifestantes se habían desplazado a Ferguson desde lugares tan lejanos como Nueva York y California, ante la notoriedad nacional que han adquirido los disturbios.
El despliegue de tropas de la Guardia Nacional, la milicia estatal que suele movilizarse en catástrofes naturales y también para afrontar situaciones de desorden público, no sirvió para calmar las protestas, que se iniciaron el 10 de agosto, al día siguiente de la muerte del joven Michael Brown, de 18 años. La tensión creció a partir de las 22 del lunes, cuando la Policía comenzó a avisar a los manifestantes de que debían despejar la calle si no querían ser arrestados, después de que varias personas lanzaran cócteles molotov, botellas y otros objetos contra los agentes.
Casi dos horas después, los agentes empezaron a avanzar, protegidos por equipos antidisturbios y alertando que la gente debía volver a sus casas. La mayoría de los manifestantes atendió la orden, aunque un grupo reducido -menos de cien personas- se resistió y en ese momento se sucedieron los arrestos, que sumaron 78, según la policía.
Desde Nueva York, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) se mostró “alarmado” por las amenazas y el arresto de al menos 11 reporteros durante las protestas en Ferguson.
En un incidente separado ocurrido a pocos kilómetros de donde se suceden las protestas, un joven afroamericano de 23 años fue muerto a tiros hoy por dos policías sobre los que cargó con un cuchillo luego de protagonizar un robo en un almacén. La autopsia preliminar privada encargada por la familia reveló que el policía disparó al menos seis veces al joven que, según el médico forense, murió debido al último tiro que recibió en la cabeza. El policía Darren Wilson, de 28 años, ha sido retirado temporalmente del cuerpo, mientras la familia de Brown pide que se le imputen cargos penales. (Télam)
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