Durante una rueda de prensa que ofreció a bordo del avión en
el que regresó a Roma desde Corea del Sur, donde realizó una histórica visita
de cinco días, Francisco se mostró “espantado” porque se vive "en un mundo
en guerra. ¡Por todas partes!", en momentos en que hay al menos 10
conflictos bélicos importantes en curso.
Ante los periodistas italianos que lo interrogaban, el Papa compartió
una dura consideración sobre la escalada bélica a nivel mundial: "alguien
me decía que estamos en la Tercera Guerra Mundial, pero a trozos, a capítulos",
sentenció. Deploró además el nivel de crueldad en estos conflictos, en los que
las bombas matan tanto a culpables como a inocentes, incluso a "niños"
y a "madres".
Contra el arbitraje estadounidense
Francisco afirmó que es "justo" detener a los
agresores en Irak, pero "no bombardear", en alusión a las acciones
aéreas que el Ejército estadounidense realiza desde hace más de una semana en
el norte de ese país, donde los islamistas atacaron a los kurdos y cristianos
que viven en la zona.
"Cuando hay una agresión justa es lícito detener al
agresor injusto, pero no bombardear, no hacer una guerra. Los medios deben ser
evaluados", indicó.
El Papa, que envió como emisario al norte de Irak al
cardenal Fernando Filoni, advirtió que "una sola nación no puede juzgar
cómo se detiene una agresión", en lo que pareció una alusión a Estados
Unidos.
Francisco adviritó que "después de la II Guerra Mundial
esto es un deber de Naciones Unidas", y afirmó que "tantas veces, con
la excusa de detener a los agresores, las potencias se han apropiado de los
pueblos y han realizado verdaderas guerras de conquista".