19 Agosto 2014
OFENSIVA. El avance militar se mantendrá, dijo el presidente Poroshenko. reuters
KIEV.- El gobierno de Ucrania denunció que decenas de civiles murieron ayer cuando separatistas pro rusos bombardearon un convoy de desplazados que trataba de abandonar una ciudad del este del país sacudida por combates, luego de fallidas conversaciones entre Ucrania y Rusia para frenar el conflicto.
Los sublevados negaron la acusación, en otro capítulo de la guerra de propaganda que acompaña a los combates que desde abril pasado libran los insurgentes y el Ejército de Kiev en el este de Ucrania, en las provincias de Lugansk y Donetsk y sus capitales del mismo nombre, sometidas al asedio militar.
La denuncia llega un día después de que los cancilleres de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania mantuvieran maratónicas conversaciones en Berlín que no fructificaron en ningún acuerdo sobre cómo poner fin al conflicto, que ya dejó más de 2.100 muertos y más de 285.000 desplazados, según la ONU.
El gobierno de Ucrania volvió a abrir la puerta a un alto el fuego en el Este, pero con las mismas condiciones presentadas hace un mes y medio, que ya fueron rechazadas por los rebeldes. El canciller ucraniano, Pavlo Klimkin, reiteró que Ucrania quiere que la frontera con Rusia sea totalmente segura; que la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) supervise cualquier tregua y que los rebeldes liberen a las personas que tomaron como rehenes.
Sin muchas esperanzas de que los insurgentes acepten estas condiciones, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que, mientras los rebeldes sigan desoyendo los reclamos, Kiev continuará con su ofensiva militar contra ellos, habiendo ya “sitiado las ciudades más controladas” por los sublevados.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andrei Lisenko, dijo que los rebeldes mataron a decenas de civiles cuando intentaban abandonar la ciudad de Lugansk, indicó la agencia de noticias EFE.
“Son decenas (los muertos). La columna (de refugiados) fue aniquilada prácticamente en su totalidad. Al parecer, los guerrilleros esperaban a esa columna y de esta manera pudieron atacar con todo”, dijo Lisenko, quien subrayó que entre los fallecidos “hay muchas mujeres y niños”.
El portavoz del CSND aseguró que los refugiados fueron atacados en una carretera que une Lugansk con un tramo de la frontera ruso-ucraniana en manos de los separatistas.
Los adultos y los niños iban, según Lisenko, por separado en varios camiones del Ejército que llevaban banderas blancas y distintivos para indicar que transportaban a la población civil.
Un portavoz de los sublevados rechazó tajantemente las acusaciones de Kiev y las tachó de “burda propaganda”.
Por mucho que los separatistas se muestren favorables a cumplir las exigencias que se dirigen a ellos, las condiciones en las que más insiste Kiev aluden a Moscú, a quien Ucrania acusa de armas y financiar a los rebeldes, algo que el Kremlin niega. “Cada quien debe hacer lo que esté en sus manos para cerrar la frontera, para poner fin al cañoneo de nuestro territorio y para que desde la frontera con Rusia no entre gente armada,”, dijo Klimkin. (Télam)
Los sublevados negaron la acusación, en otro capítulo de la guerra de propaganda que acompaña a los combates que desde abril pasado libran los insurgentes y el Ejército de Kiev en el este de Ucrania, en las provincias de Lugansk y Donetsk y sus capitales del mismo nombre, sometidas al asedio militar.
La denuncia llega un día después de que los cancilleres de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania mantuvieran maratónicas conversaciones en Berlín que no fructificaron en ningún acuerdo sobre cómo poner fin al conflicto, que ya dejó más de 2.100 muertos y más de 285.000 desplazados, según la ONU.
El gobierno de Ucrania volvió a abrir la puerta a un alto el fuego en el Este, pero con las mismas condiciones presentadas hace un mes y medio, que ya fueron rechazadas por los rebeldes. El canciller ucraniano, Pavlo Klimkin, reiteró que Ucrania quiere que la frontera con Rusia sea totalmente segura; que la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) supervise cualquier tregua y que los rebeldes liberen a las personas que tomaron como rehenes.
Sin muchas esperanzas de que los insurgentes acepten estas condiciones, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que, mientras los rebeldes sigan desoyendo los reclamos, Kiev continuará con su ofensiva militar contra ellos, habiendo ya “sitiado las ciudades más controladas” por los sublevados.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andrei Lisenko, dijo que los rebeldes mataron a decenas de civiles cuando intentaban abandonar la ciudad de Lugansk, indicó la agencia de noticias EFE.
“Son decenas (los muertos). La columna (de refugiados) fue aniquilada prácticamente en su totalidad. Al parecer, los guerrilleros esperaban a esa columna y de esta manera pudieron atacar con todo”, dijo Lisenko, quien subrayó que entre los fallecidos “hay muchas mujeres y niños”.
El portavoz del CSND aseguró que los refugiados fueron atacados en una carretera que une Lugansk con un tramo de la frontera ruso-ucraniana en manos de los separatistas.
Los adultos y los niños iban, según Lisenko, por separado en varios camiones del Ejército que llevaban banderas blancas y distintivos para indicar que transportaban a la población civil.
Un portavoz de los sublevados rechazó tajantemente las acusaciones de Kiev y las tachó de “burda propaganda”.
Por mucho que los separatistas se muestren favorables a cumplir las exigencias que se dirigen a ellos, las condiciones en las que más insiste Kiev aluden a Moscú, a quien Ucrania acusa de armas y financiar a los rebeldes, algo que el Kremlin niega. “Cada quien debe hacer lo que esté en sus manos para cerrar la frontera, para poner fin al cañoneo de nuestro territorio y para que desde la frontera con Rusia no entre gente armada,”, dijo Klimkin. (Télam)
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