Por Mariana Apud
18 Agosto 2014
PASADO EL MEDIODÍA. Gasco, cuarto en la hilera de partida, largó adelante de su compañero; el sol y un tenue calor ya se hacían sentir en los cerros de San Javier. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
Todo se unió para que la planificación que armaron Darío Gasco y Luciano Caraccioli se cumpliera. Ambos, por la ansiedad, comenzaron el día antes de lo que habían previsto. Un punto clave para largar con calma y sin impevistos.
Si bien Caraccioli es foráneo, su estadía fue en el departamento de Gasco, no en Concepción, sino en la capital de la provincia. Comenzaron juntos el descanso del día previo.
Darío se despertó primero. La ansiedad le ganó al despertador. Fue al baño y volvió a la cama para tratar de descansar un poco más, pero fue imposible.
Caraccioli se despertó un poco después. Entre los ruidos que hizo su compañero de habitación y otro poco de ansiedad que lo afectó, el biker también le ganó la carrera al despertador.
Comenzaron a desayunar. “No hay que experimentar nada nuevo”, recomendó Caraccioli. Café con leche y tostadas fue el menú. Mensajes de audio del hijo de Caraccioli llegaron vía celular.
Recién sonó la alarma. Ambos contaron el episodio con humor, ya que todo se adelantó, y fue mejor, porque la ansiedad sirvió también para mejorar la logística.
Ya estaban con los bolsos y las bicicletas en la vereda. Desde el microcentro, tomaron avenida Mate de Luna en la camioneta Ford EcoSport de Darío. En el trayecto cargaron nafta.
Buscaron a Nicole, la novia de Darío, en la zona de la rotonda de El Corte. Ella tomó el volante de la camioneta. “Fue cuando dije que los horarios pactados se estaban cumpliendo”, remarcó “Mono”.
Llegaron a San Javier, el punto de largada. Armaron las bicis que estaban sin las ruedas. Separaron las botellas con agua. Chequearon cadenas, geles, fusibles, cámaras y garrafas de aire.
Llegaron a la rampa de largada. “Le pedí que sea como una competencia interna: que el que iba atrás, tenía que ganarle al de adelante”, recordó Gasco lo que le dijo a su compañero antes de partir.
Largaron tal como lo estableció la organización del Trasmontaña. Al haber llegado 10 minutos antes a la largada, tuvieron tiempo de tener referencias por dónde era mejor bajar.
Entraron al segundo alargue en La Sala. La meta estaba cada vez más cerca y las perspectivas subían en optimismo para la dupla que en ese punto fue asistida por los padres de Gasco.
Llegaron a El Siambón. Si bien algunas parejas de Elite habían arribado, pero salieron antes de San Javier, Gasco y Caraccioli estaban seguros de la victoria y rápido empezaron a festejar.
Minutos más tarde, empezaron los trabajos de recuperación. Gasco recibió la calidez de su novia y padres; Caraccioli fue mimado por los papás de Darío. Ingirieron aminoácidos y glutamina.
Se sumaron a la ceremonia del podio. Varias categorías ya habían sido coronadas. La máxima emoción fue para la dupla tucumana-bonaerense que otra vez, consecutivamente, dominó la montaña.
Finalizada la preparación de las bicicletas, comenzó el calentamiento del cuerpo. Los bikers empezaron a rodar por las calles de San Javier; no optaron por el rodillo como hacen muchos.
Llegaron al portón de La Sala, la mitad de la prueba estaba cumplida. Se sentían cómodos hasta allí, pero quedaba uno de los tramos más exigentes de la carrera que es la zona de los alargues.
Casi media hora más tarde pudieron salir del cerco perimetral de llegada. Luego de dar notas a los medios de prensa, sacarse fotos con colegas, amigos y el público; la dupla pudo llegar hasta su campamento.
Emprendieron el regreso hacia Tucumán. Los bikers regresaron al departamento de Gasco a descansar. Hoy, Caraccioli, volverá a General Madariaga en el vuelo de las 9. Gasco disfrutará el día en Yerba Buena.
Si bien Caraccioli es foráneo, su estadía fue en el departamento de Gasco, no en Concepción, sino en la capital de la provincia. Comenzaron juntos el descanso del día previo.
Darío se despertó primero. La ansiedad le ganó al despertador. Fue al baño y volvió a la cama para tratar de descansar un poco más, pero fue imposible.
Caraccioli se despertó un poco después. Entre los ruidos que hizo su compañero de habitación y otro poco de ansiedad que lo afectó, el biker también le ganó la carrera al despertador.
Comenzaron a desayunar. “No hay que experimentar nada nuevo”, recomendó Caraccioli. Café con leche y tostadas fue el menú. Mensajes de audio del hijo de Caraccioli llegaron vía celular.
Recién sonó la alarma. Ambos contaron el episodio con humor, ya que todo se adelantó, y fue mejor, porque la ansiedad sirvió también para mejorar la logística.
Ya estaban con los bolsos y las bicicletas en la vereda. Desde el microcentro, tomaron avenida Mate de Luna en la camioneta Ford EcoSport de Darío. En el trayecto cargaron nafta.
Buscaron a Nicole, la novia de Darío, en la zona de la rotonda de El Corte. Ella tomó el volante de la camioneta. “Fue cuando dije que los horarios pactados se estaban cumpliendo”, remarcó “Mono”.
Llegaron a San Javier, el punto de largada. Armaron las bicis que estaban sin las ruedas. Separaron las botellas con agua. Chequearon cadenas, geles, fusibles, cámaras y garrafas de aire.
Llegaron a la rampa de largada. “Le pedí que sea como una competencia interna: que el que iba atrás, tenía que ganarle al de adelante”, recordó Gasco lo que le dijo a su compañero antes de partir.
Largaron tal como lo estableció la organización del Trasmontaña. Al haber llegado 10 minutos antes a la largada, tuvieron tiempo de tener referencias por dónde era mejor bajar.
Entraron al segundo alargue en La Sala. La meta estaba cada vez más cerca y las perspectivas subían en optimismo para la dupla que en ese punto fue asistida por los padres de Gasco.
Llegaron a El Siambón. Si bien algunas parejas de Elite habían arribado, pero salieron antes de San Javier, Gasco y Caraccioli estaban seguros de la victoria y rápido empezaron a festejar.
Minutos más tarde, empezaron los trabajos de recuperación. Gasco recibió la calidez de su novia y padres; Caraccioli fue mimado por los papás de Darío. Ingirieron aminoácidos y glutamina.
Se sumaron a la ceremonia del podio. Varias categorías ya habían sido coronadas. La máxima emoción fue para la dupla tucumana-bonaerense que otra vez, consecutivamente, dominó la montaña.
Finalizada la preparación de las bicicletas, comenzó el calentamiento del cuerpo. Los bikers empezaron a rodar por las calles de San Javier; no optaron por el rodillo como hacen muchos.
Llegaron al portón de La Sala, la mitad de la prueba estaba cumplida. Se sentían cómodos hasta allí, pero quedaba uno de los tramos más exigentes de la carrera que es la zona de los alargues.
Casi media hora más tarde pudieron salir del cerco perimetral de llegada. Luego de dar notas a los medios de prensa, sacarse fotos con colegas, amigos y el público; la dupla pudo llegar hasta su campamento.
Emprendieron el regreso hacia Tucumán. Los bikers regresaron al departamento de Gasco a descansar. Hoy, Caraccioli, volverá a General Madariaga en el vuelo de las 9. Gasco disfrutará el día en Yerba Buena.
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