SEÚL, Corea del Sur.- El papa Francisco celebró una imponente misa al aire libre el sábado en Seúl, donde beatificó a 124 mártires coreanos asesinados por rehusarse a renunciar al cristianismo (en los siglos XVIII y XIX) y volvió a denunciar la creciente brecha entre ricos y pobres, instando a las personas de sociedades prósperas a escuchar el "clamor de los pobres".
En su homilía ante cientos de miles de personas, Francisco dijo que el coraje de los mártires y la caridad en su rechazo ante las rígidas estructuras sociales de sus tiempos deberían ser una inspiración para las personas en la era actual.
"Su ejemplo tiene mucho que decirnos a quienes vivimos en sociedades donde, junto con una inmensa riqueza, una extrema pobreza crece silenciosamente; donde rara vez se le prestó atención al clamor de los pobres y donde Cristo continúa llamándonos, pidiéndonos amarle y servirle atendiendo a nuestros hermanos y hermanas en necesidad", aseguró.
El pontífice también defendió la castidad en un momento en que se ha planteado -desde ciertos sectores- la desaparición del celibato en la Iglesia católica. "Expresa la entrega exclusiva al amor de Dios; todos sabemos lo exigente que es y el compromiso personal que comporta. Las tentaciones en este campo requieren humilde confianza en Dios, vigilancia y perseverancia", indicó.
Bergoglio concluirá su gira por Corea este lunes en una visita histórica por ser la primera de un Papa en 25 años a Corea del Sur, que alberga a 5,4 millones de católicos, más del 10% de la población.