16 Agosto 2014
CORDOBÉS DE PURA ESTIRPE. Chichilo Viale no quiere herir a nadie. lavoz.com.ar
Chichilo Viale sabe que algunos de sus personajes nunca pueden faltar. Uno de los más característicos es el borracho, construído desde la picaresca cordobesa que es su soporte vivencial, y que esta noche, en “Chichilo a la carta”, será la frutilla del postre de despedida.
“Cuando comenzamos con este espectáculo, la idea era que el público pidiese los monólogos que quisiera escuchar, pero se armaban unos líos bárbaros y poco más nos peleábamos con la gente. Entonces seleccionamos los mejores textos y son los que ofreceremos en esta función”, explica.
El cómico reconoce que muchas veces pensó en hacer descansar a ese ebrio de noche larga, despeinado y tambaleante. “Pero la gente lo pide, es lo que quiere y lo que más le gusta. Lo que hago es desarrollar toda una serie de monólogos muy divertidos y lo dejo al último. A todos los artistas nos pasa: Banana Pueyrredón debe estar cansado de ‘Conociéndote, conociéndote’; sin embargo, lo debe seguir cantando”, le explica a LA GACETA.
- ¿De dónde sacás tus textos?
- Uno se empapa del entorno, de los amigos, del barrio. Cuento cómo vivía, cómo me vestía, cómo era mi auto, un sinnúmero de cosas comunes de la vida real, por supuesto que adornadas con el humor que corresponde.
- ¿Y cuánto de adorno hay?
- Depende, a veces ni siquiera es necesario porque la realidad causa gracia por sí misma, como cuando recordás cuando te sentaste en el bidet y abriste el agua caliente: un momento terrible, como si hubiese caído una bomba atómica. Fue un drama que a todos nos pasó alguna vez y que ahora hace reír.
- ¿Cómo te sentís con el hecho de contar cosas propias?
- No me preocupa contar cuestiones mías o de otros, mientras la gente la pase bien y se divierta, y a mí me satisfaga lo que hago. Normalmente prefiero reírme de mí y no de otros. Es una línea de laburo, que en la televisión actual no se ve mucho.
- ¿Interactuás con el público?
- La gente participa mucho, grita cosas y tira anécdotas. Es un show interactivo, aunque no toco temas sectarios, racistas o políticos, porque toca susceptibilidades. Lo mío es vida cotidiana pura y no me gustan los conflictos ni quiero herir a nadie.
- ¿Pensás en hacer televisión?
- Constantemente, me gusta mucho. Hace falta más humor y menos chismerío, que haya programas como “La tuerca”, “Telecómicos” o el negro Alberto Olmedo, propuestas menos chabacanas con la misma plata. Quisiera hacer algo en Córdoba, porque me crié en el falso federalismo, que todo tenía que pasar por Buenos Aires, y ahora quiero hacer cosas en mi pueblo y para él. El humor cordobés es nacional.
- ¿Qué es lo más importante de un humorista?
- La calidad de gente que es y la inteligencia y capacidad para entender qué es lo que se puede decir y qué no en cada momento. Yo quiero ser un buen contador de chiste; un buen cómico; un buen comediante y un buen humorista, que son todas cosas distintas. Nunca hay que creerse más de lo que uno es, algo que le está pasando a muchos de la nueva generación, que hacen stand up una noche y a la mañana siguiente no saludan a nadie. La gente tiene olfato y sabe con quién va a pasarla bien, más allá de que seas el más gracioso de todos.
ACTÚA HOY
• A las 22, en el teatro del hotel Hilton Garden Inn, Las Piedras 1.500 (predio Central Tucumano, ex Abasto)
“Cuando comenzamos con este espectáculo, la idea era que el público pidiese los monólogos que quisiera escuchar, pero se armaban unos líos bárbaros y poco más nos peleábamos con la gente. Entonces seleccionamos los mejores textos y son los que ofreceremos en esta función”, explica.
El cómico reconoce que muchas veces pensó en hacer descansar a ese ebrio de noche larga, despeinado y tambaleante. “Pero la gente lo pide, es lo que quiere y lo que más le gusta. Lo que hago es desarrollar toda una serie de monólogos muy divertidos y lo dejo al último. A todos los artistas nos pasa: Banana Pueyrredón debe estar cansado de ‘Conociéndote, conociéndote’; sin embargo, lo debe seguir cantando”, le explica a LA GACETA.
- ¿De dónde sacás tus textos?
- Uno se empapa del entorno, de los amigos, del barrio. Cuento cómo vivía, cómo me vestía, cómo era mi auto, un sinnúmero de cosas comunes de la vida real, por supuesto que adornadas con el humor que corresponde.
- ¿Y cuánto de adorno hay?
- Depende, a veces ni siquiera es necesario porque la realidad causa gracia por sí misma, como cuando recordás cuando te sentaste en el bidet y abriste el agua caliente: un momento terrible, como si hubiese caído una bomba atómica. Fue un drama que a todos nos pasó alguna vez y que ahora hace reír.
- ¿Cómo te sentís con el hecho de contar cosas propias?
- No me preocupa contar cuestiones mías o de otros, mientras la gente la pase bien y se divierta, y a mí me satisfaga lo que hago. Normalmente prefiero reírme de mí y no de otros. Es una línea de laburo, que en la televisión actual no se ve mucho.
- ¿Interactuás con el público?
- La gente participa mucho, grita cosas y tira anécdotas. Es un show interactivo, aunque no toco temas sectarios, racistas o políticos, porque toca susceptibilidades. Lo mío es vida cotidiana pura y no me gustan los conflictos ni quiero herir a nadie.
- ¿Pensás en hacer televisión?
- Constantemente, me gusta mucho. Hace falta más humor y menos chismerío, que haya programas como “La tuerca”, “Telecómicos” o el negro Alberto Olmedo, propuestas menos chabacanas con la misma plata. Quisiera hacer algo en Córdoba, porque me crié en el falso federalismo, que todo tenía que pasar por Buenos Aires, y ahora quiero hacer cosas en mi pueblo y para él. El humor cordobés es nacional.
- ¿Qué es lo más importante de un humorista?
- La calidad de gente que es y la inteligencia y capacidad para entender qué es lo que se puede decir y qué no en cada momento. Yo quiero ser un buen contador de chiste; un buen cómico; un buen comediante y un buen humorista, que son todas cosas distintas. Nunca hay que creerse más de lo que uno es, algo que le está pasando a muchos de la nueva generación, que hacen stand up una noche y a la mañana siguiente no saludan a nadie. La gente tiene olfato y sabe con quién va a pasarla bien, más allá de que seas el más gracioso de todos.
ACTÚA HOY
• A las 22, en el teatro del hotel Hilton Garden Inn, Las Piedras 1.500 (predio Central Tucumano, ex Abasto)
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