15 Agosto 2014
“No puedo perdonarlos, soy una mujer a la que le mataron un hijo”, dijo la madre de Iván
La fiscala y el abogado querellante pidieron ayer que “Loly” Correa y “Cascarón” Alderete sean condenados a prisión perpetua El miércoles a la mañana se conocerá la sentencia. Al finalizar la audiencia, Silvia Jiménez se refirió a la confesión de los acusados
SIN PERDÓN. Silvia Jiménez habló al finalizar la audiencia y dijo que no puede disculpar a los homicidas de Iván. la gaceta / foto de antonio ferroni
El disparo a Mauro Iván Sénneke fue directo hacia su nuca, casi a quemarropa, a menos de 50 centímetros de ejecución. “Prácticamente una ejecución”, definió la fiscala de Cámara Estela Giffoniello.
La intención de matarlo no amerita ninguna duda, alegó la representante del Ministerio Público, quien pidió que José Manuel “Loly” Correa y Sergio Antonio “Cascarón” Alderete sean condenados a prisión perpetua por el homicidio agravado de Iván.
Ayer a la mañana se realizaron los alegatos en el juicio por el crimen de Sénneke, cuya sentencia se conocerá el miércoles a la mañana. Giffoniello solicitó que Luis Alfredo Díaz y Carlos Sebastián Suárez, los otros acusados, sean condenados a ocho y 10 años de prisión, respectivamente, por participación necesaria en el robo agravado.
El abogado de la familia Sénneke, Sebastián Herrera Prieto, coincidió con el pedido de prisión perpetua para “Loly” y “Cascarón”, y solicitó 12 años de cárcel para Díaz y 15 para Suárez. Además, requirió que se investigue la participación de una mujer identificada como “Naty”, quien le había enviado un mensaje de texto al taxista antes del crimen. También pidió que se indague sobre el origen del arma calibre 9mm que fue usada para matar a Iván. La pistola sería propiedad de la Policía de Jujuy, y según el abogado, al momento del hecho debería haber estado secuestrada en tribunales penales de Tucumán.
El disparo
Giffoniello describió los hechos. El 10 de noviembre de 2011, pasadas las 22, Iván estaba con su amiga Fátima Leguizamón en la esquina de Rivadavia y Delfín Gallo, cuando se acercaron dos jóvenes preguntando por la parada de un colectivo. Eran “Cascarón” y “Loly”, quienes el miércoles confesaron haber sido los autores del asalto.
Tanto la fiscala como el querellante consideraron que “Loly” mató a Iván para asegurar el robo y procurar su impunidad, hecho que es considerado un homicidio agravado en el Código Penal. A Alderete, al ser copartícipe del delito, le corresponde la misma pena, según los abogados.
La defensora oficial Nilda González de Escobedo, que representa a “Loly” Correa, alegó que el acusado había reconocido que fueron a robar y que el disparo se le había escapado. “Él lo dijo claramente: ‘soy ladrón, pero no asesino’”, manifestó la letrada, quien consideró que el delito debería enmarcarse en el homicidio en ocasión de robo, que establece una pena de 10 a 25 años.
Por su parte, la abogada Raquel Pastor, que defiende a “Cascarón”, explicó que el acusado reconoció haber cometido el asalto pero no el homicidio, que fue adjudicado a Correa.
“No queremos una sentencia ejemplificadora, sino justa. No hay plena prueba de que Alderete haya participado en el homicidio, que no fue realizado para asegurar el resultado del robo”, manifestó Pastor, quien solicitó, al igual que González de Escobedo, que se aplique el artículo del Código Penal que referencia al homicidio en ocasión de robo.
Los supuestos cómplices
En cuanto a Díaz, que conducía el taxi en el que se movilizaron los imputados, y a Suárez, que los acompañaba, la fiscala y el querellante consideraron que tenían conocimiento de que los principales acusados estaban robando. “Sin estas dos personas no hubiera sido posible la huida”, afirmó Giffoniello. “Suárez y Díaz casi garantizan la impunidad de este crimen. Si no fuera por el vecino que vio la licencia del taxi no los habrían encontrado”, agregó Herrera Prieto.
Los abogados de los dos acusados negaron que hayan tenido participación en el asalto, y mucho menos en el homicidio. El defensor oficial Hernán Molina planteó que el taxista debía ser absuelto por el beneficio de la duda, en tanto que el letrado Roberto Flores, abogado de Suárez, también pidió la absolución luego de plantear varias nulidades procesales.
Sin perdón
El miércoles, cuando Correa y Alderete declararon y admitieron su participación en el hecho, le pidieron perdón a la familia de Iván. “No puedo perdonarlos, soy una mujer que perdió a su hijo y me es imposible perdonarlos. El perdón que se lo pidan a Dios”, expresó Silvia Jiménez, la madre de la víctima, al finalizar los alegatos.
“En mi corazón no tengo odio ni venganza, pero no los voy a poder perdonar; sufro como madre”, agregó.
La intención de matarlo no amerita ninguna duda, alegó la representante del Ministerio Público, quien pidió que José Manuel “Loly” Correa y Sergio Antonio “Cascarón” Alderete sean condenados a prisión perpetua por el homicidio agravado de Iván.
Ayer a la mañana se realizaron los alegatos en el juicio por el crimen de Sénneke, cuya sentencia se conocerá el miércoles a la mañana. Giffoniello solicitó que Luis Alfredo Díaz y Carlos Sebastián Suárez, los otros acusados, sean condenados a ocho y 10 años de prisión, respectivamente, por participación necesaria en el robo agravado.
El abogado de la familia Sénneke, Sebastián Herrera Prieto, coincidió con el pedido de prisión perpetua para “Loly” y “Cascarón”, y solicitó 12 años de cárcel para Díaz y 15 para Suárez. Además, requirió que se investigue la participación de una mujer identificada como “Naty”, quien le había enviado un mensaje de texto al taxista antes del crimen. También pidió que se indague sobre el origen del arma calibre 9mm que fue usada para matar a Iván. La pistola sería propiedad de la Policía de Jujuy, y según el abogado, al momento del hecho debería haber estado secuestrada en tribunales penales de Tucumán.
El disparo
Giffoniello describió los hechos. El 10 de noviembre de 2011, pasadas las 22, Iván estaba con su amiga Fátima Leguizamón en la esquina de Rivadavia y Delfín Gallo, cuando se acercaron dos jóvenes preguntando por la parada de un colectivo. Eran “Cascarón” y “Loly”, quienes el miércoles confesaron haber sido los autores del asalto.
Tanto la fiscala como el querellante consideraron que “Loly” mató a Iván para asegurar el robo y procurar su impunidad, hecho que es considerado un homicidio agravado en el Código Penal. A Alderete, al ser copartícipe del delito, le corresponde la misma pena, según los abogados.
La defensora oficial Nilda González de Escobedo, que representa a “Loly” Correa, alegó que el acusado había reconocido que fueron a robar y que el disparo se le había escapado. “Él lo dijo claramente: ‘soy ladrón, pero no asesino’”, manifestó la letrada, quien consideró que el delito debería enmarcarse en el homicidio en ocasión de robo, que establece una pena de 10 a 25 años.
Por su parte, la abogada Raquel Pastor, que defiende a “Cascarón”, explicó que el acusado reconoció haber cometido el asalto pero no el homicidio, que fue adjudicado a Correa.
“No queremos una sentencia ejemplificadora, sino justa. No hay plena prueba de que Alderete haya participado en el homicidio, que no fue realizado para asegurar el resultado del robo”, manifestó Pastor, quien solicitó, al igual que González de Escobedo, que se aplique el artículo del Código Penal que referencia al homicidio en ocasión de robo.
Los supuestos cómplices
En cuanto a Díaz, que conducía el taxi en el que se movilizaron los imputados, y a Suárez, que los acompañaba, la fiscala y el querellante consideraron que tenían conocimiento de que los principales acusados estaban robando. “Sin estas dos personas no hubiera sido posible la huida”, afirmó Giffoniello. “Suárez y Díaz casi garantizan la impunidad de este crimen. Si no fuera por el vecino que vio la licencia del taxi no los habrían encontrado”, agregó Herrera Prieto.
Los abogados de los dos acusados negaron que hayan tenido participación en el asalto, y mucho menos en el homicidio. El defensor oficial Hernán Molina planteó que el taxista debía ser absuelto por el beneficio de la duda, en tanto que el letrado Roberto Flores, abogado de Suárez, también pidió la absolución luego de plantear varias nulidades procesales.
Sin perdón
El miércoles, cuando Correa y Alderete declararon y admitieron su participación en el hecho, le pidieron perdón a la familia de Iván. “No puedo perdonarlos, soy una mujer que perdió a su hijo y me es imposible perdonarlos. El perdón que se lo pidan a Dios”, expresó Silvia Jiménez, la madre de la víctima, al finalizar los alegatos.
“En mi corazón no tengo odio ni venganza, pero no los voy a poder perdonar; sufro como madre”, agregó.
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