El fiscal de la X° Nominación, Guillermo Herrera, ingresó a las 17 en punto a la redacción de la LA GACETA. Bajo el brazo portaba una carpeta de cuero con cierre. De su interior extrajo dos recortes de las ediciones del diario del domingo y del lunes, y también una copia del expediente judicial, mediante el que realizó su descargo ante la Corte Suprema de Justicia, luego del llamado de atención que le realizó el máximo tribunal por una causa en la que intervino, a pesar de que esta no había sido declarada asunto de feria.
También refutó algunos puntos de la auditoría realizada a la Fiscalía X°, como consecuencia de la morosidad en la resolución de las causas que se tramitan en la oficina que tiene a su cargo.
Luego de cuestionar algunos puntos centrales de la publicación de este diario, Herrera lanzó una frase a modo de catarsis. “Habiendo diez fiscalías, no entiendo por qué me auditan sólo a mí”, criticó el funcionario judicial y prosiguió con su descargo sobre el lapidario informe firmado por el auditor jefe Luis Lezana Flores, quien remarcó que de un total de 40 investigaciones de robo agravado compulsadas surge un promedio de parálisis de 196 días corridos. Precisamente, este es uno de los tópicos centrales del informe que atacó el titular de la Fiscalía X° a modo de defensa. “Se equivoca Lezana Flores cuando realiza un promedio matemático de las causas para medir la morosidad. Porque en ese número de causas que él detalla hay algunas actuaciones que demoraron tres días y otras que, por su complejidad, demoraron 60 días. Entonces, sacar un promedio es errado en este caso”, se defendió. Y agregó: “hablar de promedio es un término equívoco que conspira contra la calidad de la investigación”.
Respecto de la misma la auditoría, Herrera aclaró que en ningún momento el informe habla de irregularidades. “En ningún momento hace mención a anomalías e irregularidades. Sólo dice que hubo morosidad. En todas las fiscalías hay morosidad, no sólo en la Fiscalía X°”, justificó. Durante la entrevista, Herrera dio a entender, indirectamente, que podría existir una intencionalidad política de algunos miembros del máximo tribunal, por su relación de amistad que mantiene con el ex ministro de Gobierno, Edmundo Jiménez, quien en los próximos días asumirá como ministro fiscal de la Corte. Aunque después, Herrera lo negó rotundamente cuando LA GACETA se lo preguntó directamente. ¿Si usted dice que sólo se audita a su oficina, cree, entonces, que podría haber una intencionalidad política en su contra?, se le inquirió. “Me sorprende su pregunta, pero se la voy a responder. Sería descabellado pensar de esa forma. Porque nuestro Poder Judicial, tan vapuleado, necesita mostrar otra imagen a la sociedad. El próximo ministro fiscal y la Corte Suprema lo que van a buscar es, en mérito a la transparencia, llegar a la armonía y a la unidad. Por eso no creo, bajo ningún punto de vista, que exista eso (intencionalidad política). El doctor (Antonio) Gandur, a quien le tengo un profundo respeto, puede mandarme las auditorías que él quiera”, desafió.
Sobre el llamado de atención que le realizó la Corte por haber actuado en una causa que no había sido declarada asunto de feria, Herrera también se escudó. “Yo actué como fiscal del feria en la segunda quincena de enero. Había una orden del juez que me obligaba a actuar y proceder la devolución a su titular de un inmueble que había sido usurpado. A mí me llega esa orden y yo procedo a cumplirla”, explicó Herrera.