El caldero de la región

El caldero de la región

Carlos Dugech, analista internacional.

01 Agosto 2014
No es exagerado suponer que alimentando con brasas nuevas el fuego de la región, se gestarán implacablemente enfrentamientos de todo tipo y a la vez generadores de la Tercera Guerra Mundial. ¿Por qué? Sólo baste decir que es necesario avizorar las renovadas conformaciones regionales actuales que alguna vez dividieron al mundo con un simple y brutal tajo: Occidente y Oriente. La OTAN y el Pacto de Varsovia; el mundo bipolar. El que alimentó con una desproporcionada dosis de militarización una escalada armamentista que sólo movió complacencias y sonrisas de satisfacción en los fabricantes de armas y en los emporios financieros que invertían en esas empresas de muertes, recursos dinerarios de vida.

Tener en cuenta: el explícito apoyo del líder supremo de Iran, ayatollah Ali Khamenei, que instó a los palestinos a seguir combatiendo a Israel y a ampliar la “resistencia” de Gaza a Cisjordania. No dejar de lado el modo en que Rusia (la de Putin) encara la cuestión irresuelta de Ucrania y los apoyos al régimen sirio y el de este a los de Hamas, ahora limitado por su propio incendio interior. El complejo tablero de alianzas y enemigos se va potenciando desde afuera, signando un entrelazado dibujo de alianzas tácitas, reales y a la vez inestables. Si el escenario bélico se profundiza aún más entre un país fuertemente dotado de tecnología y capacidad militar como lo es Israel -sin olvidar su arsenal atómico- y un grupo fundamentalista islámico como Hamas que está dando muestras de resistencia en medio de la tragedia de su pueblo que sufre muertos, desplazados y destrucción, es de suponer que las alianzas comenzarán a operar. Ello implicará el involucramiento directo de terceros países: Irán, Siria, Arabia Saudita, Irak y El Líbano) y terceras organizaciones (Hezbollah, entre varias) más el apoyo o la oposición de otros: EEUU, Rusia, China y la eventual pero previsible participación en principio tibia de miembro de la Unión Europea. Son ingredientes en un tablero complejo pero de simple factura: bélico.

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