Por Roberto Delgado
31 Julio 2014
El país se acostó anoche con la terrible sensación de que el mundo había cambiado. Los periodistas en la redacción trataron de entender qué consecuencias se derivaban de la última reunión entre el gobierno y los fondos buitre. El ministro Axel Kicillof dio a entender que había una puerta abierta y que no se caería en el default, pero el mediador Daniel Pollack fue durísimo al advertir que, vencido el plazo y sin acuerdo, el país entraba en el incuplimiento de su deuda, con consecuencias severas para la vida cotidiana. Hubo optimistas que dijeron que el default duraría pocos días, y pesimistas que pensaron en el personaje de Bruce Willis en Sexto sentido, al descubrir que es un fantasma que camina, o en el de Jim Carrey en Truman show, cuando percibe que su historia ha sido pensada y manipulada por otros. Nadie pudo dar una respuesta; apenas si fue posible titular con la sensación pesimista de que estamos al borde de la Ley de Murphy, y rogando que no se cumpla.
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