30 Julio 2014
TODO LISTO. Los ambulantes anhelan instalar 140 puestos y trazar caminerías de hormigón en El Provincial. la gaceta / foto de diego aráoz
Muestran carpetas y planos y tienen la decisión: si el Gobierno no les da una respuesta, seguirán firmes en su intención de instalarse en el predio de la ex estación El Provincial. Así lo hizo saber el lunes pasado un grupo de vendedores ambulantes que, ante las demoras en las negociaciones con el Poder Ejecutivo, optó por plantar bandera en un terreno de Alsina al 600 y comenzó a armar estructuras metálicas de lo que sería un futuro paseo de compras. Sin embargo, desde el Gobierno provincial indican que esa autorización no se ha efectivizado.
Un pasacalles cuelga de dos árboles en la esquina de Alsina y Buenos Aires, con la leyenda: “Predio cedido por la gobernación a ambulantes. Gracias señor Gobernador”. Unos metros más adentro del predio pueden verse una máquina hormigonera y un montículo de arena, como si una construcción estuviese a punto de iniciarse. Pero los ambulantes, que visten chalecos de una cooperativa denominada “Siempre adelante”, saben que su posición en ese terreno pende de un hilo.
“El Gobierno no ha cumplido con su parte y nosotros sí, porque desocupamos el microcentro: nos ofrecieron primero un local en Buenos Aires primera cuadra, después el Predio Ferial Norte y también acá, El Provincial. Eso se había hablado en las reuniones que mantuvimos con el ex secretario de la Gobernación, Oscar Bercovich, pero no se ha concretado nada”, explica Claudio Robledo, dirigente de los trabajadores de la venta informal. Emilio Jorrat, otro referente de los vendedores, muestra planos firmados por un arquitecto de la Dirección de Materiales y Construcciones Escolares. Se trata de un esquema gráfico de cómo podría organizarse el paseo comercial, en el caso de concretarse. Pero aún así, con planos y todo, no hay autorización. Así lo confirmó a LA GACETA Oscar Mirkin, secretario de Obras Públicas, oficina de la que depende Construcciones Escolares. “Esta oficina prestó su colaboración técnica para que los vendedores puedan armar una carpeta con su propuesta, pero de ningún modo eso implica que estén autorizados para instalarse en ese lugar. No hay ninguna orden del Ejecutivo en ese sentido”, afirmó el funcionario.
El fiscal de Estado, Jorge Posse Ponessa, confirmó esta versión. “Si bien es un tema que manejó Carolina Vargas Aignasse (secretaria General de la Gobernación, actualmente de licencia médica por maternidad), puedo confirmar que no hay autorización para que se instalen en el predio. Es una situación que estamos controlando con la Policía, pero no podemos proceder a un desalojo porque el predio no está usurpado. Están las estructuras metálicas, pero no pueden avanzar con la construcción”, señaló.
Los vecinos de la zona ya han tomado cartas en el asunto. No conformes con los nuevos habitantes del barrio, hicieron una presentación en la Justicia Federal. “Tenemos miedo porque son intimidantes. Por eso, la presentación ha salido a nombre de los vecinos, no de alguien en particular. No queremos que se nos instale una ‘saladita’ al frente de la casa’”, contó una vecina de calle Alsina que pidió reserva de su nombre por miedo a represalias.
“Llevamos más de seis meses sin trabajar. Ya llega el Día del Niño y nosotros seguimos sin un lugar donde vender nuestra mercadería. Nos estamos comiendo el poco capital que tenemos”, resumió en tono desesperado Silvia Díaz, de 44 años. “Esto no es una ‘saladita’, como han dicho. Es algo desmontable, no permanente. Nosotros lo único que queremos es trabajar”, sostuvo.
Un pasacalles cuelga de dos árboles en la esquina de Alsina y Buenos Aires, con la leyenda: “Predio cedido por la gobernación a ambulantes. Gracias señor Gobernador”. Unos metros más adentro del predio pueden verse una máquina hormigonera y un montículo de arena, como si una construcción estuviese a punto de iniciarse. Pero los ambulantes, que visten chalecos de una cooperativa denominada “Siempre adelante”, saben que su posición en ese terreno pende de un hilo.
“El Gobierno no ha cumplido con su parte y nosotros sí, porque desocupamos el microcentro: nos ofrecieron primero un local en Buenos Aires primera cuadra, después el Predio Ferial Norte y también acá, El Provincial. Eso se había hablado en las reuniones que mantuvimos con el ex secretario de la Gobernación, Oscar Bercovich, pero no se ha concretado nada”, explica Claudio Robledo, dirigente de los trabajadores de la venta informal. Emilio Jorrat, otro referente de los vendedores, muestra planos firmados por un arquitecto de la Dirección de Materiales y Construcciones Escolares. Se trata de un esquema gráfico de cómo podría organizarse el paseo comercial, en el caso de concretarse. Pero aún así, con planos y todo, no hay autorización. Así lo confirmó a LA GACETA Oscar Mirkin, secretario de Obras Públicas, oficina de la que depende Construcciones Escolares. “Esta oficina prestó su colaboración técnica para que los vendedores puedan armar una carpeta con su propuesta, pero de ningún modo eso implica que estén autorizados para instalarse en ese lugar. No hay ninguna orden del Ejecutivo en ese sentido”, afirmó el funcionario.
El fiscal de Estado, Jorge Posse Ponessa, confirmó esta versión. “Si bien es un tema que manejó Carolina Vargas Aignasse (secretaria General de la Gobernación, actualmente de licencia médica por maternidad), puedo confirmar que no hay autorización para que se instalen en el predio. Es una situación que estamos controlando con la Policía, pero no podemos proceder a un desalojo porque el predio no está usurpado. Están las estructuras metálicas, pero no pueden avanzar con la construcción”, señaló.
Los vecinos de la zona ya han tomado cartas en el asunto. No conformes con los nuevos habitantes del barrio, hicieron una presentación en la Justicia Federal. “Tenemos miedo porque son intimidantes. Por eso, la presentación ha salido a nombre de los vecinos, no de alguien en particular. No queremos que se nos instale una ‘saladita’ al frente de la casa’”, contó una vecina de calle Alsina que pidió reserva de su nombre por miedo a represalias.
“Llevamos más de seis meses sin trabajar. Ya llega el Día del Niño y nosotros seguimos sin un lugar donde vender nuestra mercadería. Nos estamos comiendo el poco capital que tenemos”, resumió en tono desesperado Silvia Díaz, de 44 años. “Esto no es una ‘saladita’, como han dicho. Es algo desmontable, no permanente. Nosotros lo único que queremos es trabajar”, sostuvo.
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