29 Julio 2014
EN NUEVA YORK. En pleno Times Square los boxeadores estuvieron rodeados de promotoras, sus equipos técnicos y el público que empezó a vibrar con el combate.
La promoción de la revancha entre Marcos Maidana y Floyd Mayweather Jr. tuvo de todo. Hasta casi hubo golpes entre ellos, pero no. Para verlos habrá que esperar hasta el 13 de septiembre cuando vuelvan a subirse al ring del MGM de Las Vegas, escenario donde “Money” venció en un combate intenso a “El Chino” en mayo. Ambos boxeadores visitaron varias ciudades de Estados Unidos para promocionar la pelea. Aunque el motivo “diplomático” fue dar a conocer el evento deportivo, el real es la facturación, principalmente, la que se consiga por el “pague para ver” que se aplica en Estados Unidos.
Fanáticos y no tan fanáticos del boxeo, habrán deseado seguramente, o mejor para el caso habrían pagado, porque el empujón de Maidana en el escenario de San Antonio, Texas, una de las ciudades donde se promocionó la pelea, hubiese pasado a algo más. Clink caja: pagará para ver eso que sólo ocurrirá en septiembre. As-tu-cia e impecable estrategia de promoción. Como se dice en el barrio, dejaron a los espectadores con las ganas.
No sólo en ese tipo de acciones físicas se basó la promoción. También las palabras fueron un cross, un jab, un gancho, todo en uno. En Nueva York, Maidana le dijo miedoso al invicto estadounidense. “Él tiene miedo. Es por eso que no me dejó usar mis guantes”, tiró “El Chino”. “Money” respondió casi denigrándolo: “¿Es Maidana un mejor peleador que Canelo (Álvarez) No. ¿Es mejor que Cotto (Miguel)? No. ¿Es un peleador sucio? Sí”.
En Chicago, el asesor de Maidana, Sebastián Contursi, le acercó unos guantes rosas a Mayweather que se los devolvió firmados en alusión a un triunfo rubricado de antemano. En Los Ángeles, donde cerraron la gira el día del cumpleaños de Maidana, los guantes volvieron a estar en el centro de la atención. “Si piensa que ganó la primera vez con los que usó ¿por qué no los quiere usar otra vez?”, estableció el estadounidense.
La estupenda combinación que logró Mayweather es tan invalorable como redituable: un tremendo carisma y una capacidad deportiva que lo posiciona como el mejor boxeador libra por libra de la última década. Pero no está exento de necesitar un contrapunto y Maidana se convirtió en uno muy bueno.
“El Chino” lo complementó y lo complementará. Mayweather lo sabe y muestra de ello es que luego de 46 combates, con 45 rivales distintos (sólo repitió con el mexicano José Luis Castillo) Maidana tendrá el privilegio de ser el segundo boxeador al que “Money” elige nuevamente. ¿Por qué? Hay que remontarse hasta el triunfo, catalogado por la prensa especializada como una lección de box, de Maidana ante Adrien Broner. El santafesino dejó en ridículo al ex campeón welter de la Asociación Mundial de Boxeo y el traje de Goliat que mostró fue perfecto para Mayweather que volvió a hacer de las suyas, esta vez, en las redes sociales al hacer una encuesta. Invitó a la gente a que diera su opinión sobre el rival que debía enfrentar y aunque reconoció que los números habían favorecido al británico Amir Kahn, se inclinó por Maidana. Hubo dos motivos: podía vengar la derrota de su amigo y esa derrota había sido hace poco tiempo y el efecto “Chino” había que aprovecharlo. Después pasó lo que pasó: Maidana se le plantó en el ring a Mayweather que ganó, pero el mundo vio el esfuerzo como pocas veces hizo el campeón. La lectura de las tarjetas -una de las tres fue empate- acompañada por la silbatina de quienes fueron testigos en vivo del combate fue todo un símbolo de lo pareja que fue la pelea.
Sin embargo, Mayweather-Maidana no tuvo tanta promoción previa y el éxito de las boleterías no se reflejó en el “pague para ver”. Es muy difícil igualar el récord del triunfo de Mayweather ante Canelo Álvarez por el que se vendieron 2.2 millones de abonos, aunque se estimaba que con Maidana, la primera vez, se superaría el millón. No pasó y fueron 854.000 personas las que pagaron para ver la pelea por televisión en los Estados Unidos.
Para la revancha, la estrategia adoptada por Mayweather con la gira promocional espera generar lo que en el primer cruce con Maidana no consiguió: ganar en el ring y triunfar, con mucho dinero, en el “pay par view”.
Fanáticos y no tan fanáticos del boxeo, habrán deseado seguramente, o mejor para el caso habrían pagado, porque el empujón de Maidana en el escenario de San Antonio, Texas, una de las ciudades donde se promocionó la pelea, hubiese pasado a algo más. Clink caja: pagará para ver eso que sólo ocurrirá en septiembre. As-tu-cia e impecable estrategia de promoción. Como se dice en el barrio, dejaron a los espectadores con las ganas.
No sólo en ese tipo de acciones físicas se basó la promoción. También las palabras fueron un cross, un jab, un gancho, todo en uno. En Nueva York, Maidana le dijo miedoso al invicto estadounidense. “Él tiene miedo. Es por eso que no me dejó usar mis guantes”, tiró “El Chino”. “Money” respondió casi denigrándolo: “¿Es Maidana un mejor peleador que Canelo (Álvarez) No. ¿Es mejor que Cotto (Miguel)? No. ¿Es un peleador sucio? Sí”.
En Chicago, el asesor de Maidana, Sebastián Contursi, le acercó unos guantes rosas a Mayweather que se los devolvió firmados en alusión a un triunfo rubricado de antemano. En Los Ángeles, donde cerraron la gira el día del cumpleaños de Maidana, los guantes volvieron a estar en el centro de la atención. “Si piensa que ganó la primera vez con los que usó ¿por qué no los quiere usar otra vez?”, estableció el estadounidense.
La estupenda combinación que logró Mayweather es tan invalorable como redituable: un tremendo carisma y una capacidad deportiva que lo posiciona como el mejor boxeador libra por libra de la última década. Pero no está exento de necesitar un contrapunto y Maidana se convirtió en uno muy bueno.
“El Chino” lo complementó y lo complementará. Mayweather lo sabe y muestra de ello es que luego de 46 combates, con 45 rivales distintos (sólo repitió con el mexicano José Luis Castillo) Maidana tendrá el privilegio de ser el segundo boxeador al que “Money” elige nuevamente. ¿Por qué? Hay que remontarse hasta el triunfo, catalogado por la prensa especializada como una lección de box, de Maidana ante Adrien Broner. El santafesino dejó en ridículo al ex campeón welter de la Asociación Mundial de Boxeo y el traje de Goliat que mostró fue perfecto para Mayweather que volvió a hacer de las suyas, esta vez, en las redes sociales al hacer una encuesta. Invitó a la gente a que diera su opinión sobre el rival que debía enfrentar y aunque reconoció que los números habían favorecido al británico Amir Kahn, se inclinó por Maidana. Hubo dos motivos: podía vengar la derrota de su amigo y esa derrota había sido hace poco tiempo y el efecto “Chino” había que aprovecharlo. Después pasó lo que pasó: Maidana se le plantó en el ring a Mayweather que ganó, pero el mundo vio el esfuerzo como pocas veces hizo el campeón. La lectura de las tarjetas -una de las tres fue empate- acompañada por la silbatina de quienes fueron testigos en vivo del combate fue todo un símbolo de lo pareja que fue la pelea.
Sin embargo, Mayweather-Maidana no tuvo tanta promoción previa y el éxito de las boleterías no se reflejó en el “pague para ver”. Es muy difícil igualar el récord del triunfo de Mayweather ante Canelo Álvarez por el que se vendieron 2.2 millones de abonos, aunque se estimaba que con Maidana, la primera vez, se superaría el millón. No pasó y fueron 854.000 personas las que pagaron para ver la pelea por televisión en los Estados Unidos.
Para la revancha, la estrategia adoptada por Mayweather con la gira promocional espera generar lo que en el primer cruce con Maidana no consiguió: ganar en el ring y triunfar, con mucho dinero, en el “pay par view”.
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