Alejandro Ros: "Mi trabajo mezcla psicoanálisis y brujería"

Los discos de Alejandro Ros no se escuchan, se ven. Este tucumano de 50 años no es músico, es diseñador gráfico. Ros ideó las portadas de discos de músicos célebres del rock y pop nacional, y se convirtió así en el diseñador más importante de la escena. Pero su mérito radica en su manera de comunicar: recurre a lo conceptual, economiza elementos y genera un lenguaje icónico con un mensaje preciso y contundente. En las tapas diseñadas por él asoma la genialidad. “Lo que más me gusta de este mundo es la música -confiesa-. Es un arte superior, intangible y sin forma física. Quizás por eso siempre me gustó el desafío de ponerle imagen”.

Ros egresó del Gymnasium y desde adolescente se sentía especialmente atraído por los discos. “Me interesaban en igual medida la música y el arte de tapa. Soñaba con diseñar portadas”, comenta. Así las cosas, en 1985, cuando la Universidad de Buenos Aires (UBA) abrió la carrera de Diseño Gráfico, se trasladó a la Capital. Años más tarde formaba parte de la primera camada de egresados de esa carrera.

En el Buenos Aires de mediados de los 80 y principios de los 90 se respiraba un clima especial en el ambiente artístico, un renacimiento fogoneado por la vuelta de la democracia. Ros circulaba por los “lugares donde lo nuevo se estaba generando”. “Yo vi el primer recital de Babasónicos cuando nadie los conocía”, ejemplifica. Su ambiente natural eran discotecas y bares hoy míticos como Cemento, el Parakultural y Café Einstein. En ese entorno, conoció a Daniel Melero quien más tarde lo contactó con Soda Stereo. “Con Soda realicé mi primer trabajo importante”, recuerda. Ros entendió entonces que su sueño de diseñar portadas podía cumplirse.

Clientes célebres
Y se cumplió. Además de trabajar con Soda, realizó las tapas de los álbumes del “Flaco” Spinetta, Fito Páez, Divididos, Las Pelotas, Babasónicos, Miranda, La Bersuit, Los Fabulosos, Bajofondo, Illya Kuryaki, Gustavo Cerati, Vicentico, Damas Gratis y Mercedes Sosa, entre muchos otros que pueden verse en su página alejandroros.com.ar. “Con la mayoría de los músicos generé una relación muy cercana –cuenta-. Es importante lograr un vínculo con el artista para que la información fluya con facilidad”. Se refiere a la información que requiere para afianzar un concepto, para que la gráfica del disco dialogue en armonía con la estética de la banda, para que haya coherencia entre la imagen y la música. A esta responsabilidad al momento de comprender la obra del músico, Ros la define con esta fórmula: “es una mezcla de psicoanálisis y brujería”.

Sin embargo, el diseñador reconoce que los discos se venden cada vez menos debido a la piratería. “Las nuevas generaciones ya no compran nada y no hay recursos para atraerlos, cuanto más joven es el público menos se venden los discos”. De todas maneras, su área de trabajo es mucho más amplia: fue docente de la UBA, trabaja para el diario Página 12 (diseñó algunas tapas de los suplementos Radar, Las/12 y Página/30), para Maitena, para Médicos sin fronteras y para MTV, entre otros. En todas sus gráficas respeta la misma síntesis impecable en la transmisión del mensaje. Y hasta aquí el texto: sus trabajos dicen el resto.