28 Julio 2014
MARGARITA SÁNCHEZ. La experta contó que en la isla, pintores y escultores trabajan problemáticas locales con códigos universales.
La Bienal de La Habana se realizará en 2015, pero desde hace alrededor de un mes, el equipo de curadores está visitando países, artistas y talleres para seleccionar a los invitados.
El encuentro, que se inauguró en 1984 y que tendrá su doceava edición, tiene un perfil distinto a los de Venecia y Brasil, por ejemplo, y apunta a visibilizar la producción artística del llamado Sur, como le gusta decir a los cubanos.
Por primera vez, los curadores de esta bienal pasaron la General Paz porteña y desembarcaron en esta ciudad. Margarita Sánchez visitó Rusia Galería el martes, donde conversó con algunos artistas, vio sus obras y, posteriormente, brindó la charla “Derrotero de las Bienales de Arte Contemporáneo en La Habana”, en el Museo Timoteo Navarro. “Argentina siempre es sorprendente: habitualmente me voy con las expectativas satisfechas”, le contó a LA GACETA durante una entrevista.
- ¿Cuál es su trabajo, en particular?
- La investigación y relevamiento siempre se hace desde un año atrás a la realización de la bienal. Lo único que realizo yo es un informe de mis visitas, hacer una preselección, de la que después, con el equipo de curadores, saldrán los invitados. Trabajo en el Cono Sur desde hace varios años. Y sí, es la primera vez que visito esta ciudad aunque sí vi obras de tucumanos expuestas en Buenos Aires, en el centro Haroldo Conti, por ejemplo.
-¿La Bienal de La Habana tiene alguna particularidad que la distinga de las otras?
- Lo primero que te digo es que el presupuesto es cada vez menor, es casi simbólico. Participan más de 40 países, lo que no es poco, pero la prioridad la tienen los países del sur, esos que se llaman en vía de desarrollo, donde hay una variedad interesante, una gran diversidad. El objetivo es dar un diagnóstico y promover el arte de estas regiones, aunque también participan algunos artistas de países desarrollados. En esta oportunidad habrá un giro importante: habrá un desplazamiento del objeto autónomo a los contextos y experiencias. La Bienal pretende implicar a la arquitectura, al diseño y a los fenómenos de la comunicación, priorizando las intervenciones en los espacios públicos, con obras que sean interactivas y participativas. Se llamará “Entre la idea y la experiencia”. Elegiremos obras relacionales con las que el público o también otros artistas puedan interactuar.
-¿Hay condicionamientos políticos?
- Para nada, aquí solo hablamos de arte; a la Bienal sólo le interesa el arte.
- ¿Cómo es el arte cubano?
- Bueno, no soy yo una especialista en ese tema. Pero sí puedo asegurar que tiene una gran aceptación internacional en muchos países del mundo. En 1978 se creó la Universidad de las Artes, lo que evidentemente le dio gran impulso. Los artistas trabajan problemáticas locales con códigos universales, lo que es una característica del arte contemporáneo; de todos modos, el fenómeno no es exclusivo de Cuba; marca esta época con toda la contaminación informática que tiene. Por supuesto, hay artistas con sello más cubano, por íconos y ambientes propios del país.
- ¿Y respecto de Argentina?
- Siempre es sorprendente; se satisfacen las expectativas del viaje. Hay una gran cantidad de artistas con obra muy consistente, lo que no es común en otros países. Sucede que aquí hay una gran formación en talleres de artistas, con maestros, lo que luego influye en ese trabajo.
El encuentro, que se inauguró en 1984 y que tendrá su doceava edición, tiene un perfil distinto a los de Venecia y Brasil, por ejemplo, y apunta a visibilizar la producción artística del llamado Sur, como le gusta decir a los cubanos.
Por primera vez, los curadores de esta bienal pasaron la General Paz porteña y desembarcaron en esta ciudad. Margarita Sánchez visitó Rusia Galería el martes, donde conversó con algunos artistas, vio sus obras y, posteriormente, brindó la charla “Derrotero de las Bienales de Arte Contemporáneo en La Habana”, en el Museo Timoteo Navarro. “Argentina siempre es sorprendente: habitualmente me voy con las expectativas satisfechas”, le contó a LA GACETA durante una entrevista.
- ¿Cuál es su trabajo, en particular?
- La investigación y relevamiento siempre se hace desde un año atrás a la realización de la bienal. Lo único que realizo yo es un informe de mis visitas, hacer una preselección, de la que después, con el equipo de curadores, saldrán los invitados. Trabajo en el Cono Sur desde hace varios años. Y sí, es la primera vez que visito esta ciudad aunque sí vi obras de tucumanos expuestas en Buenos Aires, en el centro Haroldo Conti, por ejemplo.
-¿La Bienal de La Habana tiene alguna particularidad que la distinga de las otras?
- Lo primero que te digo es que el presupuesto es cada vez menor, es casi simbólico. Participan más de 40 países, lo que no es poco, pero la prioridad la tienen los países del sur, esos que se llaman en vía de desarrollo, donde hay una variedad interesante, una gran diversidad. El objetivo es dar un diagnóstico y promover el arte de estas regiones, aunque también participan algunos artistas de países desarrollados. En esta oportunidad habrá un giro importante: habrá un desplazamiento del objeto autónomo a los contextos y experiencias. La Bienal pretende implicar a la arquitectura, al diseño y a los fenómenos de la comunicación, priorizando las intervenciones en los espacios públicos, con obras que sean interactivas y participativas. Se llamará “Entre la idea y la experiencia”. Elegiremos obras relacionales con las que el público o también otros artistas puedan interactuar.
-¿Hay condicionamientos políticos?
- Para nada, aquí solo hablamos de arte; a la Bienal sólo le interesa el arte.
- ¿Cómo es el arte cubano?
- Bueno, no soy yo una especialista en ese tema. Pero sí puedo asegurar que tiene una gran aceptación internacional en muchos países del mundo. En 1978 se creó la Universidad de las Artes, lo que evidentemente le dio gran impulso. Los artistas trabajan problemáticas locales con códigos universales, lo que es una característica del arte contemporáneo; de todos modos, el fenómeno no es exclusivo de Cuba; marca esta época con toda la contaminación informática que tiene. Por supuesto, hay artistas con sello más cubano, por íconos y ambientes propios del país.
- ¿Y respecto de Argentina?
- Siempre es sorprendente; se satisfacen las expectativas del viaje. Hay una gran cantidad de artistas con obra muy consistente, lo que no es común en otros países. Sucede que aquí hay una gran formación en talleres de artistas, con maestros, lo que luego influye en ese trabajo.
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