27 Julio 2014
EL IMPUTADO. D’Amico en el banquillo durante el primer día de debate oral. la gaceta / foto de inés quinteros orio
“Esperamos encontrar una verdad que nos cure tanto dolor y que traiga la justicia que merecemos todos”. Roberto Cantos puso en palabras las expectativas de su familia. El integrante del Dúo Coplanacu es uno de los siete hermanos menores de Germán Cantos, el joven conscripto santiagueño víctima del juicio por delitos de lesa humanidad que comenzó el viernes y que es el noveno del Tribunal Oral Federal (TOF) local.
“Su desaparición fue como perder parte de mí. Un acto muy cruel, alguien que se esfuma. Es una muerte que no tiene nombre ni cuerpo. Es difícil y lamento que mis padres no estén vivos para vivir esto”, reflexionó María de los Ángeles Cantos, otra de las hermanas, con los ojos llorosos. La mujer declaró el año pasado en la megacausa “Arsenales II-Jefatura II” porque el caso formó parte del proceso. Sucede que Cantos fue visto por una decena de sobrevivientes en el centro clandestino de exterminio del Arsenal “Miguel de Azcuénaga”.
Uno de los imputados había quedado al margen del juicio por cuestiones procesales. Se trata del militar retirado Jorge D’Amico, de 66 años, ex secretario de Seguridad del juarismo y ex carapintada, que comenzó a ser juzgado por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio calificado, según la acusación fiscal. Cumple dos condenas por crímenes de lesa humanidad en el penal federal de Colonia Pinto, en Santiago, desde donde fue trasladado para presenciar el debate. De traje, se sentó al lado de sus defensores, Adolfo Bertini y Vanessa Lucero.
Audiencia inicial
El TOF estuvo colmado de familiares de víctimas, y de miembros de organismos de derechos humanos de Santiago del Estero y de Tucumán. También asistieron parientes del imputado D’Amico.
En la primera audiencia se resolvieron sólo cuestiones preliminares. Los jueces Juan Carlos Reynaga (presidente), Hugo Cataldi y Marcelo Juárez Almaraz rechazaron la recusación de Reynaga y varios planteos de nulidad requeridos por la defensa. Luego, D’Amico pidió declarar y su intervención se dividió en dos partes. En esta oportunidad, detalló por qué considera que el proceso es irregular. El viernes próximo se referirá a los hechos, según dijo.
La querella es llevada adelante por los abogados de la Asociación por la Memoria la Verdad y la Justicia y Familiares de Detenidos Políticos de Santiago, Inés Lugones, Julia Aignasse y Alvaro Orietta.
El fiscal ad hoc Pablo Camuña, que interviene junto a Leopoldo Peralta Palma, fiscal general subrogante, explicó que Cantos cumplía con el servicio militar en el batallón 141 de la vecina provincia y que su superior inmediato al momento de desaparecer era D’ Amico. “Cantos habría comentado a sus compañeros de conscripción que temía porque durante un franco general lo habían retenido. D’ Amico no le habría entregado su documento”, detalló respecto del sustento de las sospechas.
Cantos habría sido secuestrado en el Batallón, en septiembre de 1976. Su familia había ido a buscarlo a la unidad porque debía salir de franco. El estudiante, sin embargo, jamás salió a su encuentro. Las autoridades, de acuerdo con los testimonios en la megacausa, habrían informado a la familia que se había retirado del predio y que no había regresado.
En la megacausa fueron condenados por el caso los ex militares Fernando Torres, Adolfo Ernesto Moore, Ramón Ojeda Fuente y Luis Varela, y los ex gendarmes Alberto Montes de Oca, Tomás Güemes y Ernesto Rivero.
“Su desaparición fue como perder parte de mí. Un acto muy cruel, alguien que se esfuma. Es una muerte que no tiene nombre ni cuerpo. Es difícil y lamento que mis padres no estén vivos para vivir esto”, reflexionó María de los Ángeles Cantos, otra de las hermanas, con los ojos llorosos. La mujer declaró el año pasado en la megacausa “Arsenales II-Jefatura II” porque el caso formó parte del proceso. Sucede que Cantos fue visto por una decena de sobrevivientes en el centro clandestino de exterminio del Arsenal “Miguel de Azcuénaga”.
Uno de los imputados había quedado al margen del juicio por cuestiones procesales. Se trata del militar retirado Jorge D’Amico, de 66 años, ex secretario de Seguridad del juarismo y ex carapintada, que comenzó a ser juzgado por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio calificado, según la acusación fiscal. Cumple dos condenas por crímenes de lesa humanidad en el penal federal de Colonia Pinto, en Santiago, desde donde fue trasladado para presenciar el debate. De traje, se sentó al lado de sus defensores, Adolfo Bertini y Vanessa Lucero.
Audiencia inicial
El TOF estuvo colmado de familiares de víctimas, y de miembros de organismos de derechos humanos de Santiago del Estero y de Tucumán. También asistieron parientes del imputado D’Amico.
En la primera audiencia se resolvieron sólo cuestiones preliminares. Los jueces Juan Carlos Reynaga (presidente), Hugo Cataldi y Marcelo Juárez Almaraz rechazaron la recusación de Reynaga y varios planteos de nulidad requeridos por la defensa. Luego, D’Amico pidió declarar y su intervención se dividió en dos partes. En esta oportunidad, detalló por qué considera que el proceso es irregular. El viernes próximo se referirá a los hechos, según dijo.
La querella es llevada adelante por los abogados de la Asociación por la Memoria la Verdad y la Justicia y Familiares de Detenidos Políticos de Santiago, Inés Lugones, Julia Aignasse y Alvaro Orietta.
El fiscal ad hoc Pablo Camuña, que interviene junto a Leopoldo Peralta Palma, fiscal general subrogante, explicó que Cantos cumplía con el servicio militar en el batallón 141 de la vecina provincia y que su superior inmediato al momento de desaparecer era D’ Amico. “Cantos habría comentado a sus compañeros de conscripción que temía porque durante un franco general lo habían retenido. D’ Amico no le habría entregado su documento”, detalló respecto del sustento de las sospechas.
Cantos habría sido secuestrado en el Batallón, en septiembre de 1976. Su familia había ido a buscarlo a la unidad porque debía salir de franco. El estudiante, sin embargo, jamás salió a su encuentro. Las autoridades, de acuerdo con los testimonios en la megacausa, habrían informado a la familia que se había retirado del predio y que no había regresado.
En la megacausa fueron condenados por el caso los ex militares Fernando Torres, Adolfo Ernesto Moore, Ramón Ojeda Fuente y Luis Varela, y los ex gendarmes Alberto Montes de Oca, Tomás Güemes y Ernesto Rivero.
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