27 Julio 2014
FIGURA. Aharonian vino a presentar el documental sobre Jorge Masetti. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Nació en Uruguay, pero fue un exiliado errante por el continente desde el golpe de 1973. En su derrotero en ese tiempo, participó en la conformación del diario argentino “Noticias”, con Rodolfo Walsh, Paco Urondo y Horacio Verbitsky; y en Venezuela fue corresponsal de la cubana Prensa Latina y otras agencias. Allí, Aram Aharonian fundó el Canal Telesur, del que fue director hasta su desvinculación el año pasado, luego de desacuerdos sobre el sentido de tener ese medio y de su programación.
Hoy, el periodista de 40 años de trayectoria admite que Telesur terminó siendo un canal informativo, “que es lo mismo que ser de zapping”, en una grilla con otros similares. “Quedó demostrado que sí se puede hacer algo distinto. Pero el canal no logró la latinoamericanización y siguió siendo venezolano. Lo que sí cambió fue la agenda informativa”, aclara a LA GACETA, en su paso por Tucumán para presentar la película “Arriba los que luchan, Jorge Masetti y la batalla de la comunicación”, que realizó el grupo Cine Mal/Dito. Se proyectará hoy, a las 20, en Casa de la Cultura del Bicentenario de Tafí Viejo (avenida Alem al 700), y el miércoles en la Facultad de Derecho de la UNT.
El filme recorre la agitada vida de Masetti a través del relato de Walsh y de su hija Graciela Masetti, entre muchos otros. “Como periodista, él luchó por quebrar la hegemonía imperialista de la información al crear la agencia de noticias Prensa Latina. Como militante revolucionario, fue comandante del Ejército Guerrillero del Pueblo, organizado por Ernesto Che Guevara para liberar la Argentina. La película tiene que ver con recuperar la memoria para sacar impulso para crear futuro, y no debe confundirse eso con tantos proyectos nostalgiosos que conocemos”, advirtió.
Aharonian consideró que la televisión argentina “parte de una base falsa, que es lo que le gusta a la gente”. “En realidad, se acostumbró a la gente a que vea esas cosas. Pero cuando hay propuestas como el canal Encuentro, se observa otro espectador. Hace mucho que la televisión perdió su función social y se transformó en un medio para vender productos cuyos dueños son, en muchos casos, los mismos que los de los canales. Además muestra una violencia que sirve para amedrentar a las clases medias. Y sobre la farandulización de la política, desde la guerra del Golfo de 2001, todos los hechos políticos se espectacularizaron”, señaló.
El periodista resaltó que el eje de “Arriba...” apunta a reflexionar sobre quienes luchan, para qué lo hacen y cómo se sigue esa lucha. “Masetti fue un argentino revolucionario de los 60, coherente con sus ideas hasta la muerte. Fundó Prensa Latina, una agencia que permitió ver a los latinoamericanos con nuestros propios ojos, con formatos y estéticas propias y de la que Telesur fue su continuidad. Son muchos los documentales sobre los aborígenes argentinos, por ejemplo, pero casi nunca se permitió que ellos hicieran sus propios documentales. Siempre hubo un mediador, generalmente blanco y académico. Hay que reconocer que existe la otredad”, planteó.
El experto fue tajante al afirmar que “no existe el periodismo imparcial, objetivo y neutral; todos tenemos una línea editorial, sea propia o del patrón para el que trabajamos”. “De lo que se trata es de no copiar los valores externos y explotar los propios”, concluyó.
Hoy, el periodista de 40 años de trayectoria admite que Telesur terminó siendo un canal informativo, “que es lo mismo que ser de zapping”, en una grilla con otros similares. “Quedó demostrado que sí se puede hacer algo distinto. Pero el canal no logró la latinoamericanización y siguió siendo venezolano. Lo que sí cambió fue la agenda informativa”, aclara a LA GACETA, en su paso por Tucumán para presentar la película “Arriba los que luchan, Jorge Masetti y la batalla de la comunicación”, que realizó el grupo Cine Mal/Dito. Se proyectará hoy, a las 20, en Casa de la Cultura del Bicentenario de Tafí Viejo (avenida Alem al 700), y el miércoles en la Facultad de Derecho de la UNT.
El filme recorre la agitada vida de Masetti a través del relato de Walsh y de su hija Graciela Masetti, entre muchos otros. “Como periodista, él luchó por quebrar la hegemonía imperialista de la información al crear la agencia de noticias Prensa Latina. Como militante revolucionario, fue comandante del Ejército Guerrillero del Pueblo, organizado por Ernesto Che Guevara para liberar la Argentina. La película tiene que ver con recuperar la memoria para sacar impulso para crear futuro, y no debe confundirse eso con tantos proyectos nostalgiosos que conocemos”, advirtió.
Aharonian consideró que la televisión argentina “parte de una base falsa, que es lo que le gusta a la gente”. “En realidad, se acostumbró a la gente a que vea esas cosas. Pero cuando hay propuestas como el canal Encuentro, se observa otro espectador. Hace mucho que la televisión perdió su función social y se transformó en un medio para vender productos cuyos dueños son, en muchos casos, los mismos que los de los canales. Además muestra una violencia que sirve para amedrentar a las clases medias. Y sobre la farandulización de la política, desde la guerra del Golfo de 2001, todos los hechos políticos se espectacularizaron”, señaló.
El periodista resaltó que el eje de “Arriba...” apunta a reflexionar sobre quienes luchan, para qué lo hacen y cómo se sigue esa lucha. “Masetti fue un argentino revolucionario de los 60, coherente con sus ideas hasta la muerte. Fundó Prensa Latina, una agencia que permitió ver a los latinoamericanos con nuestros propios ojos, con formatos y estéticas propias y de la que Telesur fue su continuidad. Son muchos los documentales sobre los aborígenes argentinos, por ejemplo, pero casi nunca se permitió que ellos hicieran sus propios documentales. Siempre hubo un mediador, generalmente blanco y académico. Hay que reconocer que existe la otredad”, planteó.
El experto fue tajante al afirmar que “no existe el periodismo imparcial, objetivo y neutral; todos tenemos una línea editorial, sea propia o del patrón para el que trabajamos”. “De lo que se trata es de no copiar los valores externos y explotar los propios”, concluyó.
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