24 Julio 2014
EN SU SALSA. Garnier es uno de los perros de presa en el medio del “decano”.
Una de las cartas a la que Héctor Rivoira podría haber apodado como el comodín del plantel es la que porta Pablo Garnier. Diestro por naturaleza, el jujeño puede acomodarse sin problemas en cualquier posición que favorezca su perfil. En Salta tapó el hueco que dejó el lesionado Eduardo Casais en el lateral, y durante el clásico con San Martín volvió a hacerlo sin mayores dramas.
También en La Ciudadela saltó a nadar en la pecera del mediocampo, donde él confiesa sentirse como nadie. Es una piraña Garnier; está para morder, recuperar y ceder el balón a quienes el del arriba le dio la dicha de la calidad para construir en el arte del fútbol. Ojo, si la situación lo amerita, el colorado puede tirarse a custodiar o a transitar el carril ofensivo de su mano hábil. Es multiuso.
Ayer, en el amistoso con los santiagueños, Garnier arrancó en el sector que más le gusta, donde mejor se siente. Formó sociedad con Gastón Giménez en la aduana “decana” y pese al cansancio y al revuelo físico que causa la recta final de la pretemporada, él se sintió bien. “Estos partidos son para agarrar minutos, para conocer a los compañeros y para agarrar confianza”, dice a la salida del vestuario local, con el termo repleto de agua y el mate listo.
“Todos los amistosos sirven para corregir y comprender”, dice, al buscarle el lado analítico a lo que su entrenador pretende de ellos. Además, Garnier aclara ante la duda del periodista que Atlético mantuvo el 4-4-2 en el Monumental cuando en un momento pareció verse un 3-5-1-1. “Fue el mismo planteo que hicimos con San Martín, nada más que yo pasé al medio, donde me sentí más cómodo”, explica, y luego insiste en que la premisa del grupo es llegar afilado al debut con Crucero, el domingo 3 de Agosto, a las 17, en 25 y Chile, por la fecha 1 del Torneo de Transición.
Si de comodidad de trata, Garnier tiene en la aduana lo que a un león podrían servirle en bandeja: víctimas. Se raspa más allí. “Seee. Se mete más y me gusta más, así que está lindo (el medio), ja”, dice el “Colo”, mientras abre sus ojos y y muestra una gran sonrisa. El volante central es un caníbal de la marca. Es un hombre amparado en el credo del hacha y tiza. “Es lo que más me gusta, je, je, je”.
También en La Ciudadela saltó a nadar en la pecera del mediocampo, donde él confiesa sentirse como nadie. Es una piraña Garnier; está para morder, recuperar y ceder el balón a quienes el del arriba le dio la dicha de la calidad para construir en el arte del fútbol. Ojo, si la situación lo amerita, el colorado puede tirarse a custodiar o a transitar el carril ofensivo de su mano hábil. Es multiuso.
Ayer, en el amistoso con los santiagueños, Garnier arrancó en el sector que más le gusta, donde mejor se siente. Formó sociedad con Gastón Giménez en la aduana “decana” y pese al cansancio y al revuelo físico que causa la recta final de la pretemporada, él se sintió bien. “Estos partidos son para agarrar minutos, para conocer a los compañeros y para agarrar confianza”, dice a la salida del vestuario local, con el termo repleto de agua y el mate listo.
“Todos los amistosos sirven para corregir y comprender”, dice, al buscarle el lado analítico a lo que su entrenador pretende de ellos. Además, Garnier aclara ante la duda del periodista que Atlético mantuvo el 4-4-2 en el Monumental cuando en un momento pareció verse un 3-5-1-1. “Fue el mismo planteo que hicimos con San Martín, nada más que yo pasé al medio, donde me sentí más cómodo”, explica, y luego insiste en que la premisa del grupo es llegar afilado al debut con Crucero, el domingo 3 de Agosto, a las 17, en 25 y Chile, por la fecha 1 del Torneo de Transición.
Si de comodidad de trata, Garnier tiene en la aduana lo que a un león podrían servirle en bandeja: víctimas. Se raspa más allí. “Seee. Se mete más y me gusta más, así que está lindo (el medio), ja”, dice el “Colo”, mientras abre sus ojos y y muestra una gran sonrisa. El volante central es un caníbal de la marca. Es un hombre amparado en el credo del hacha y tiza. “Es lo que más me gusta, je, je, je”.
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