24 Julio 2014
Entre la infinidad de temas multitransitados que propone el universo de la comedia, las peleas medianera de por medio rankean bien arriba. La clave radica en las vueltas de tuercas que guionistas y directores consigan ajustar para que la película no parezca más de lo mismo. Es es el desafío que afronta “Buenos vecinos”. Que como se verá, de buenos no tienen nada.
Las víctimas en este caso son los Radner, Mac y Kelly (Seth Rogen y Rose Byrne), ya que además de lidiar con un bebé recién nacido reciben la peor de las noticias: a la casa de al lado se mudaron los cabecillas de una fraternidad universitaria. Y no de las más pacíficas, como cualquiera podrá imaginar. Al principio las relaciones se plantean amistosamente, porque los muchachos acceden a bajar el volumen de la música y hasta invitan a Mac a una de sus fiestas. Pero se trata sólo de la fachada de una guerra a punto de estallar.
Después de haber dirigido a Jonah Hill, Russell Brand, Jason Segel y Paul Rudd, a Nicholas Stoller le toca formar el tándem con otra de las figuras de la comedia contemporánea hollywoodense, como Seth Rogen. Aquí Stoller -que suele escribir- se ciñe a la silla de director, Rogen produce y el guión es de Andrew Cohen y Brendan O’Brien. Toda gente que viene moviéndose desde hace años en el género, tanto en cine como en TV.
“Buenos vecinos” es un gran éxito en Estados Unidos. Costó 18 millones de dólares y está cerca de alcanzar los 150 millones de recaudación. Entusiasmado, Rogen ya habla de una secuela. “No hay que filmar películas de 200 millones de dólares”, recomienda, curado de espanto tras el fracaso de “El avispón verde”, en la que intentó meterse en la piel de un superhéroe y todo terminó en un fiasco.
La calificación -para mayores de 16 años- anticipa que hay varias escenas subidas de tono. Lógico, teniendo en cuenta que una fraternidad universitaria está involucrada en la historia. De ese grupo forman parte Zac Efron (quien a punto de cumplir 28 años sigue aceptando papeles de postadolescente) y Dave Franco (hermano menor del popular James).
Las víctimas en este caso son los Radner, Mac y Kelly (Seth Rogen y Rose Byrne), ya que además de lidiar con un bebé recién nacido reciben la peor de las noticias: a la casa de al lado se mudaron los cabecillas de una fraternidad universitaria. Y no de las más pacíficas, como cualquiera podrá imaginar. Al principio las relaciones se plantean amistosamente, porque los muchachos acceden a bajar el volumen de la música y hasta invitan a Mac a una de sus fiestas. Pero se trata sólo de la fachada de una guerra a punto de estallar.
Después de haber dirigido a Jonah Hill, Russell Brand, Jason Segel y Paul Rudd, a Nicholas Stoller le toca formar el tándem con otra de las figuras de la comedia contemporánea hollywoodense, como Seth Rogen. Aquí Stoller -que suele escribir- se ciñe a la silla de director, Rogen produce y el guión es de Andrew Cohen y Brendan O’Brien. Toda gente que viene moviéndose desde hace años en el género, tanto en cine como en TV.
“Buenos vecinos” es un gran éxito en Estados Unidos. Costó 18 millones de dólares y está cerca de alcanzar los 150 millones de recaudación. Entusiasmado, Rogen ya habla de una secuela. “No hay que filmar películas de 200 millones de dólares”, recomienda, curado de espanto tras el fracaso de “El avispón verde”, en la que intentó meterse en la piel de un superhéroe y todo terminó en un fiasco.
La calificación -para mayores de 16 años- anticipa que hay varias escenas subidas de tono. Lógico, teniendo en cuenta que una fraternidad universitaria está involucrada en la historia. De ese grupo forman parte Zac Efron (quien a punto de cumplir 28 años sigue aceptando papeles de postadolescente) y Dave Franco (hermano menor del popular James).
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