22 Julio 2014
JUNTO AL ÍDOLO. “El Flaco” firmó camisetas y se sacó fotos junto a los chicos de Bajo Hondo, donde jugó en infantiles.
En Bajo Hondo, como todo en el Desarrollo, la noción de sacrificio cobra un significado mucho más fuerte y concreto que en los clubes de Primera. Por eso, cualquiera que esté dispuesto a dar una mano será siempre bienvenido. Más aún si se trata de un hombre de la casa como Julio Farías, que con la de Los Pumas enfrentó a los mejores equipos del mundo. El hoy tercera línea de Tucumán Rugby fue invitado el fin de semana por las autoridades del club del Parque Guillermina, para promover las divisiones infantiles.
“Yo hice infantiles y parte de juveniles acá. Cuando entré, se me vinieron a la mente muchos recuerdos lindos”, comentó “El Flaco”, testigo de épocas muy diferentes. “Ahora está todo mucho más lindo. Tienen vestuarios, el quincho está más grande, la cancha más cuidada, se ve el crecimiento”, destacó.
Los entrenadores de las divisiones formativas le plantearon inquietudes y él trató de transmitirles algunos de los conceptos aprehendidos en sus años de experiencia en el rugby de primer nivel, con charlas técnicas y comparación con otras realidades. “En general, me parece que el trabajo que se hace en divisiones formativas no es del todo bueno. Los jugadores no llegan tan bien capacitados a la Primera de sus clubes. Se apunta mucho a la parte física y se termina descuidando la técnica y de destrezas individuales. Esa diferencia se hace notoria cuando llegan arriba y se dan cuenta de que deben trabajar cosas que ya deberían estar asimiladas. Creo que por ahí pasa la diferencia que hoy nos separa con los mejores del mundo”, explicó Farías.
“Es muy importante para nosotros que Julio haya venido porque tratamos de fortalecer las categorías infantiles”, agradeció Benjamín Duffy, entrenador de los mayores. “Este año empezamos desde cero, y hoy tenemos entre 40 y 50 chicos, pero es inconstante por el frío, las vacaciones o porque algunos no tienen para pagar el seguro que exige la URT para jugar. Esta semana iremos a dos colegios para tratar de sumar chicos. Es un trabajo de hormiga, pero se trata del futuro del club. Los chicos quieren divertirse y queremos atraerlos por ese lado”, explicó Duffy.
“Yo hice infantiles y parte de juveniles acá. Cuando entré, se me vinieron a la mente muchos recuerdos lindos”, comentó “El Flaco”, testigo de épocas muy diferentes. “Ahora está todo mucho más lindo. Tienen vestuarios, el quincho está más grande, la cancha más cuidada, se ve el crecimiento”, destacó.
Los entrenadores de las divisiones formativas le plantearon inquietudes y él trató de transmitirles algunos de los conceptos aprehendidos en sus años de experiencia en el rugby de primer nivel, con charlas técnicas y comparación con otras realidades. “En general, me parece que el trabajo que se hace en divisiones formativas no es del todo bueno. Los jugadores no llegan tan bien capacitados a la Primera de sus clubes. Se apunta mucho a la parte física y se termina descuidando la técnica y de destrezas individuales. Esa diferencia se hace notoria cuando llegan arriba y se dan cuenta de que deben trabajar cosas que ya deberían estar asimiladas. Creo que por ahí pasa la diferencia que hoy nos separa con los mejores del mundo”, explicó Farías.
“Es muy importante para nosotros que Julio haya venido porque tratamos de fortalecer las categorías infantiles”, agradeció Benjamín Duffy, entrenador de los mayores. “Este año empezamos desde cero, y hoy tenemos entre 40 y 50 chicos, pero es inconstante por el frío, las vacaciones o porque algunos no tienen para pagar el seguro que exige la URT para jugar. Esta semana iremos a dos colegios para tratar de sumar chicos. Es un trabajo de hormiga, pero se trata del futuro del club. Los chicos quieren divertirse y queremos atraerlos por ese lado”, explicó Duffy.
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