17 Julio 2014
El Paseo de la Independencia es una de la obras de mayor acierto que encaró la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. El espacio jerarquiza no solo la Casa Histórica, sino que se integran al solar la Catedral, la casa de la Sociedad Sarmiento y los museos Nicolás Avellaneda y de Arte Sacro. Se trata de un circuito atractivo no solo para el turismo, sino también para los tucumanos.
Hay, sin embargo, aspectos significativos que le restan brillo como, por ejemplo, la presencia de cuatro edificios abandonados, a los que se suma un local cerrado hace tiempo, que son usados como albergue por los indigentes y de baño por noctámbulos, de acuerdo con la opinión de los comerciantes de la zona. Algunos de estos inmuebles tienen un cartel que remarca que son obras en demolición, aunque llevan mucho tiempo en el mismo estado.
Empleados de comercio afirman que hay un contraste llamativo entre la primera cuadra de la Congreso y la segunda, donde está emplazada la Casa Histórica. Se quejan por la ausencia de vigilancia policial y observan que uno de los edificios se halla prácticamente abandonado, las carcasas de los acondicionadores de aire están deterioradas y la falta de higiene en el lugar es constante. Otros resaltaron la necesidad de que haya más inversión y cuidado porque la primera cuadra del Paseo no invita a los peatones a detenerse y pidieron que haya más sombra durante el verano.
En noviembre pasado, en nuestra Sección Cartas de Lectores, Ysmael Díaz, inquieto vecino de Banda del Río Salí, aportó una buena idea, siguiendo el ejemplo de Caminito, el famoso paseo ubicado en el barrio porteño de La Boca: “Sugiero a la Municipalidad instalar en las dos calles peatonales de la Congreso, música a bajo volumen acorde con aquellos tiempos cuando la patria nacía: el minué, el pericón, la huella, el cuando, el cielito y hasta algunas de nuestras marchas patrióticas, utilizando las columnas del alumbrado público o de frentistas que lo permitan. Esta iniciativa le daría una mayor vida a este histórico y concurrido espacio turístico capitalino”. Esta propuesta podría incluir una convocatoria a los intérpretes tucumanos para que grabaran esa música de época, y que luego se editara en un CD que podría venderse en la Casa Histórica o en los museos. Si bien la reina del Paseo es el solar de la Independencia, en ambos extremos, se podría recomendar con una atractiva cartelería la visita al museo Avellaneda, donde están las famosas carbonillas de los gobernadores tucumanos de Lola Mora, así como su piano Erard. Se podría indicar que en la Biblioteca Sarmiento vale la pena ver el piano firmado por Arthur Rubinstein, gran pianista del siglo XX, cuando tocó en ese auditorio.
La responsable de la Dirección de Catastro, dijo que constantemente intiman a los frentistas a limpiar sus propiedades y a pintar las fachadas. Si estos no lo hacen, la tarea podría encararla el municipio y cobrarles luego a los dueños, como se hace en otras ciudades. Habría que buscar la formar de devolverle la vida a la galería de edificio de Congreso 36, porque realmente es penoso su aspecto.
Sería interesante que las autoridades hiciesen un sondeo permanente para conocer la opinión de empleados de negocios y bares, artesanos, turistas y peatones sobre los pros y los contras del espacio histórico, de esa manera recibirán ideas para mejorar aún más el Paseo.
Hay, sin embargo, aspectos significativos que le restan brillo como, por ejemplo, la presencia de cuatro edificios abandonados, a los que se suma un local cerrado hace tiempo, que son usados como albergue por los indigentes y de baño por noctámbulos, de acuerdo con la opinión de los comerciantes de la zona. Algunos de estos inmuebles tienen un cartel que remarca que son obras en demolición, aunque llevan mucho tiempo en el mismo estado.
Empleados de comercio afirman que hay un contraste llamativo entre la primera cuadra de la Congreso y la segunda, donde está emplazada la Casa Histórica. Se quejan por la ausencia de vigilancia policial y observan que uno de los edificios se halla prácticamente abandonado, las carcasas de los acondicionadores de aire están deterioradas y la falta de higiene en el lugar es constante. Otros resaltaron la necesidad de que haya más inversión y cuidado porque la primera cuadra del Paseo no invita a los peatones a detenerse y pidieron que haya más sombra durante el verano.
En noviembre pasado, en nuestra Sección Cartas de Lectores, Ysmael Díaz, inquieto vecino de Banda del Río Salí, aportó una buena idea, siguiendo el ejemplo de Caminito, el famoso paseo ubicado en el barrio porteño de La Boca: “Sugiero a la Municipalidad instalar en las dos calles peatonales de la Congreso, música a bajo volumen acorde con aquellos tiempos cuando la patria nacía: el minué, el pericón, la huella, el cuando, el cielito y hasta algunas de nuestras marchas patrióticas, utilizando las columnas del alumbrado público o de frentistas que lo permitan. Esta iniciativa le daría una mayor vida a este histórico y concurrido espacio turístico capitalino”. Esta propuesta podría incluir una convocatoria a los intérpretes tucumanos para que grabaran esa música de época, y que luego se editara en un CD que podría venderse en la Casa Histórica o en los museos. Si bien la reina del Paseo es el solar de la Independencia, en ambos extremos, se podría recomendar con una atractiva cartelería la visita al museo Avellaneda, donde están las famosas carbonillas de los gobernadores tucumanos de Lola Mora, así como su piano Erard. Se podría indicar que en la Biblioteca Sarmiento vale la pena ver el piano firmado por Arthur Rubinstein, gran pianista del siglo XX, cuando tocó en ese auditorio.
La responsable de la Dirección de Catastro, dijo que constantemente intiman a los frentistas a limpiar sus propiedades y a pintar las fachadas. Si estos no lo hacen, la tarea podría encararla el municipio y cobrarles luego a los dueños, como se hace en otras ciudades. Habría que buscar la formar de devolverle la vida a la galería de edificio de Congreso 36, porque realmente es penoso su aspecto.
Sería interesante que las autoridades hiciesen un sondeo permanente para conocer la opinión de empleados de negocios y bares, artesanos, turistas y peatones sobre los pros y los contras del espacio histórico, de esa manera recibirán ideas para mejorar aún más el Paseo.