14 Julio 2014
CAPTURA DE VIDEO
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Hubo 74.738 personas en el estadio Maracaná de Río de Janeiro para vivir la definición del certamen ecuménico de Brasil 2014, y entre ellos unos 30 mil argentinos que vibraron a lo largo de todo el partido y pese a no ser mayoría como en otras ocasiones, igualmente sobresalieron del resto.
La tristeza por no ganar el Mundial fue grande, pero les quedó el hecho de ser la mejor hinchada del mundo.
En la previa y a lo largo del partido, el duelo en las tribunas estuvo bien centrado entre los simpatizantes albicelestes y los brasileños, con cánticos de un lado y silbidos del otro casi inmediatos, al tiempo que los germanos aprovecharon en los momentos libres para tratar de imponer algún aliento a su equipo.
No hubo variedad en el repertorio de los locales, pues gritaron fuerte por el "Pentacampeao" y el tema de los "Mil goles" de Pelé, al tiempo que se volcaron claramente a favor de Alemania, emocionándose con cada acción de peligro y hasta festajando con un "ole" el toqueteo de balón.
En cambio, los albicelestes ofrecieron un menú muy amplio de canciones, como es habitual, desde las más antiguas como "vamos, vamos, Argentina" o el "oh, Argentina vamos, ponga huevos, que ganamos", hasta el hit de moda "Brasil decimé que se siente", pasando por el "si no gritamos todos parecemos brasileros".
Asimismo, se burlaron una y otra vez de la categórica goleada sufrida por los locales ante Alemania en las semifinales al entonar "oh, se comieron siete, les rompieron, el oj..." y contaron una y otra vez hasta siete, en referencia al 7-1 que padecieron.
Los argentinos, mayoritariamente ubicados en la cabecera en la que atajó Sergio Romero en el primer tiempo, también
cantaron contra el rival de turno, con un "hay que saltar, hay que saltar, el que no salta, es alemán" o el también un tanto más agresivo "a estos pu... les tenemos que ganar".
Los alemanes, por su parte, en la "popular" detrás del otro arco, tuvieron un importante número de simpatizantes, pero aguardaron a los momentos de silencio en la "batalla" de los sudamericanos para gritar por su país acompañando siempre con palmas.
De todas maneras, si bien no fueron amplia mayoría como en casi todos los partidos disputados anteriormente en el Mundial, igualmente los argentinos se las ingeniaron para ser los protagonistas y para vivir la final a flor de piel.
Vibraron con el gol que erró mano a mano Gonzalo Higuaín en el primer tiempo e igualmente lo alentaron con el "olé, olé, Pipa, Pipa", y también celebraron a rabiar la conquista del mismo `9`, aunque luego los embargó la desilusión cuando la jugada fue anulada por posicición adelantada.
También en la segunda etapa saltaron de sus asientos con la definición de Lionel Messi que se fue pegada al palo, y se rindieron una vez más a sus pies a modo de alabanza cada vez que se acercó a patear un córner o pasó cerca de las tribunas, y le cantaron el "de de la mano" ya tan popular en este certamen.
En el suplementario, hubo más nerviosismo que otra cosa, y los seguidores argentinos le pidieron a sus jugadores que dejen todo en la cancha para tratar de ser campeones, porque "esta hinchada", la fiel parcialidad albiceleste, "se merecía" el título.
Casi nadie se movió para asistir a la premiación y aplaudieron a Messi cuando recibió el `Balón de Oro` como mejor jugador del Mundial y cuando los jugadores recibieron las medallas por el tercer subcampeonato albiceleste. TÉLAM
Lo más popular