13 Julio 2014
La huelga docente universitaria por reclamos salariales sigue hasta el momento en un callejón sin salida. La Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán (Adiunt), adherida a la Conaduh, se halla de paro ininterrumpido desde el 23 de mayo, mientras que esta última lo está desde el 13 de junio. El sector exige, entre otras cosas, un 40% de incremento en los haberes en un solo pago, retroactivo a enero, y propone revisar el acuerdo en diciembre. El 30 de junio, el Gobierno nacional dio por cerradas las paritarias tras la firma de cuatro de las seis federaciones sindicales que estaban participando de la negociación; no llegaron a un arreglo la Asociación Gremial de Docentes de la Universidad Tecnológica Nacional y la Conaduh.
Durante este largo enfrentamiento con el Gobierno nacional, hay un tercer sector que resulta perjudicado: los estudiantes. Preocupados por la inactividad, padres del Gymnasium decidieron dar clases para evitar que el perjuicio a sus hijos fuese mayor, pero la actitud fue criticada por los sindicalistas. La rectora de la UNT confía en que otros ítems ofrecidos por la Nación que incrementarían el salario puedan lograr el cese de la medida y anunció que la semana que se inicia mañana se reunirá en Buenos Aires con autoridades nacionales. Se manifestó preocupada porque los estudiantes corren el riesgo de perder el año. El titular de Adiunt admitió que si se prolonga el conflicto es posible que ello suceda y le aconsejó a la rectora golpear la puerta del Ministerio y pedir que este se arregle. “Que diga: ‘no puedo tener un docente que gane $ 3.760, es una miseria’”, afirmó.
El defensor del Pueblo presentó una acción de amparo contra el Estado nacional y otros, para que garantice el cumplimiento efectivo del pleno goce del derecho a la educación a todos los alumnos que concurren a establecimientos educativos pertenecientes a la Universidad Nacional de Tucumán, en todos sus niveles. Solicita que se ordene al ministro de Educación de la Nación que asegure la continuidad de las negociaciones con los gremios codemandados (Conaduh y Adiunt) y que ordene a la UNT y a Adiunt el dictado de clases y el cese inmediato de la huelga, mientras dure la negociación y hasta llegar a un acuerdo.
Más allá de la justicia de los reclamos por salarios dignos, de continuar la medida de fuerza provocará un daño incalculable a los alumnos que ya han perdido el primer cuatrimestre. ¿Qué solución se propondrá, por ejemplo, para aquellas materias cuatrimestrales, en las que hubo menos de una semana de clase? ¿Cómo se evaluará? ¿Se las considerará aprobadas? ¿Se las dictará en el segundo cuatrimestre?
Nos parece que se debe encontrar una salida urgente al conflicto, antes de que concluya el receso invernal para evitar que la parálisis continúe. En el trípode Estado, gremialistas-docentes y alumnos, este último sector es el que más pierde. Las autoridades de la UNT y los sindicalistas deberían extremar esfuerzos para que el Ministerio de Educación de la Nación reabra la negociación o para que proponga entonces una solución al problema, porque el Gobierno nacional es el principal responsable de esta situación. La intransigencia nunca es el camino para resolver los conflictos; las partes siempre tienen que ceder algo para llegar a un convenio. Mientras tanto, los alumnos y la educación se han convertido en el jamón del sándwich.
Durante este largo enfrentamiento con el Gobierno nacional, hay un tercer sector que resulta perjudicado: los estudiantes. Preocupados por la inactividad, padres del Gymnasium decidieron dar clases para evitar que el perjuicio a sus hijos fuese mayor, pero la actitud fue criticada por los sindicalistas. La rectora de la UNT confía en que otros ítems ofrecidos por la Nación que incrementarían el salario puedan lograr el cese de la medida y anunció que la semana que se inicia mañana se reunirá en Buenos Aires con autoridades nacionales. Se manifestó preocupada porque los estudiantes corren el riesgo de perder el año. El titular de Adiunt admitió que si se prolonga el conflicto es posible que ello suceda y le aconsejó a la rectora golpear la puerta del Ministerio y pedir que este se arregle. “Que diga: ‘no puedo tener un docente que gane $ 3.760, es una miseria’”, afirmó.
El defensor del Pueblo presentó una acción de amparo contra el Estado nacional y otros, para que garantice el cumplimiento efectivo del pleno goce del derecho a la educación a todos los alumnos que concurren a establecimientos educativos pertenecientes a la Universidad Nacional de Tucumán, en todos sus niveles. Solicita que se ordene al ministro de Educación de la Nación que asegure la continuidad de las negociaciones con los gremios codemandados (Conaduh y Adiunt) y que ordene a la UNT y a Adiunt el dictado de clases y el cese inmediato de la huelga, mientras dure la negociación y hasta llegar a un acuerdo.
Más allá de la justicia de los reclamos por salarios dignos, de continuar la medida de fuerza provocará un daño incalculable a los alumnos que ya han perdido el primer cuatrimestre. ¿Qué solución se propondrá, por ejemplo, para aquellas materias cuatrimestrales, en las que hubo menos de una semana de clase? ¿Cómo se evaluará? ¿Se las considerará aprobadas? ¿Se las dictará en el segundo cuatrimestre?
Nos parece que se debe encontrar una salida urgente al conflicto, antes de que concluya el receso invernal para evitar que la parálisis continúe. En el trípode Estado, gremialistas-docentes y alumnos, este último sector es el que más pierde. Las autoridades de la UNT y los sindicalistas deberían extremar esfuerzos para que el Ministerio de Educación de la Nación reabra la negociación o para que proponga entonces una solución al problema, porque el Gobierno nacional es el principal responsable de esta situación. La intransigencia nunca es el camino para resolver los conflictos; las partes siempre tienen que ceder algo para llegar a un convenio. Mientras tanto, los alumnos y la educación se han convertido en el jamón del sándwich.
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