12 Julio 2014
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BRASILIA.- La selección de fútbol de Holanda se quedó el sábado con el tercer puesto del Mundial al golear 3-0 a Brasil, que sumó su segunda humillación consecutiva tres caer 7-1 en las semifinales, por lo que no pudo definir el torneo en el que jugó como local.
Holanda, finalista en Sudáfrica 2010, abrió el marcador con un penal a los tres minutos convertido por el delantero Robin van Persie, y aumentó a los 17 a través de Daley Blind tras un error fatal de David Luiz, cuyo despeje de cabeza quedó en los pies del centrocampista.
Georginio Wijnaldum puso el 3-0 definitivo a los 92.
"Le pido disculpas al pueblo que nos apoyó después del 7-1. Es una tristeza muy grande, es difícil", dijo Thiago Silva tras el encuentro.
El partido, que no pudo ser ni siquiera el premio consuelo para el anfitrión, se disputó en el estadio Nacional de Brasilia y fue dirigido por el árbitro argelino Djamel Haimoudi.
La alarmante falta de seguridad e ideas del equipo del técnico Luiz Felipe Scolari, la misma que lo llevó a la humillante goleada 7-1 el martes ante Alemania, provocó decepción, bronca e impotencia en los brasileños, rendidos a una cruel realidad que no esperaban vivir.
La vuelta al equipo tras una suspensión del defensor Thiago Silva no le alcanzó a Brasil para evitar los peligros que llevaban al arco el delantero Van Persie, Arjen Roben o quien se lo propusiera.
"Perdimos, no hay nada más que hablar (...) Todo el mundo esta muy triste", sostuvo por su parte Oscar.
La primera jugada clara de Holanda terminó en el penal cometido por Thiago Silva a Robben. El remate desde los 12 pasos de Van Persie fue alto e inalcanzable para Julio César.
El gol recordó lo ocurrido ante Alemania y el temor a otra humillación se apoderó del público y los jugadores.
Y ese temor se materializó en el segundo tanto, cuando un centro desde la derecha fue rechazado defectuosamente por David Luiz al corazón del área, donde Blind, sin marca alguna, tuvo tiempo de parar el balón en dos tiempos antes de anotar de derecha ante la pasividad de la defensa brasileña.
A diferencia del partido contra Alemania, Brasil trató de resistir la adversidad y tuvo algunas situaciones frente al arco de Jasper Cillessen, desaprovechadas por sus delanteros.
Un balón tras una falta contra Oscar sobre el sector derecho, en la jugada más peligrosa de la primera parte, atravesó toda el área chica y ni Paulinho ni David Luiz alcanzaron a conectar cuando se tiraron con los pies para adelante.
En el complemento Scolari, cuestionado por sus malas decisiones, decidió darle más armonía a su mediocampo con el ingreso de Paulinho por Luiz Gustavo.
Pero rápidamente Holanda tuvo el tercero a su disposición con un remate de Robben que se desvió en un defensor y que Wijnaldum no pudo conectar de cabeza.
A los 60 minutos Brasil armó una de las pocas jugadas bien elaboradas en ataque, que terminó con un remate cruzado de Ramires que pasó al lado del poste derecho de Cillessen.
El tiempo no le alcanzó a Brasil para por lo menos anotar un tanto y por el contrario, Holanda aprovechó una desinteligencia de la zaga local para anotar el tercero por intermedio de Wijnaldum a los 92.
Holanda, mostrando una merma física tras jugar 120 minutos en sus últimos dos partidos, se vio beneficiada por un equipo de Brasil sin tanto desgaste pero abatido mentalmente.
El final del torneo le dejó al anfitrión una crisis emocional que hizo añicos su sueño de conseguir un sexto título mundialista y aun peor, no logró olvidarse del Mundial que también perdió de local ante Uruguay en 1950.
Mañana se cerrará el torneo con la final entre Argentina y Alemania en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. (Reuters)
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