Cartas de lectores
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12 Julio 2014

EL 9 DE JULIO (I)

El gobernador Alperovich declaró a LA GACETA con motivo de las fiestas del 9 de Julio: “creo que el homenaje a nuestros próceres se hace de esta manera, dando soluciones concretas, trabajando...” El ministro Florencio Randazzo dijo: “hemos festejado con una participación popular en tierra tucumana”. No es cierto, no trabaja para el numeroso e importante sector de la población que somos los jubilados y pensionados provinciales y municipales transferidos a la nación. Nunca nos dio solución a nuestros legítimos reclamos ordenados por ley y por sentencia judicial, y que es actualizar nuestros sueldos con el 82% de todo lo que gana el activo y determinar la deuda en concepto de retroactivos y sentarnos a discutir la forma de pago. Nunca en sus 11 años de gobierno nos concedió una audiencia y tampoco es cierto que estaba permitido al pueblo acceder libremente; mentira que ese pueblo participó en el desayuno con chocolate en la Casa de Gobierno. El pueblo y los jubilados no fuimos invitados, entre los miles, a comer empanadas y tomar vino. En su edición del día 10, LA GACETA nos informó que el festejo del 198 aniversario de la Declaración de la Independencia fue “nada”, que el gobierno contrató más de 500 colectivos para reunir gente desde las 7, cinco horas antes acatando órdenes de funcionarios, políticos y punteros para estar en primera fila; y tal vez lo más triste es que menos de 10 minutos permanecieron el nuestra Casa Histórica. Y en los discursos nadie habló ni mencionó a nuestros próceres; sólo hablaron de política. Triste festejo para los tucumanos de la fiesta patria que desde la escuela primaria aprendimos a amar y nos llenábamos de emoción y orgullo participando en los desfiles con ese guardapolvo blanco inmaculado que nuestras madres se esmeraban en preparar. ¿Cuando dirán la verdad los gobernantes? No debo privarme de mencionar que yo también me sumo a los cientos de miles de tucumanos avergonzados porque el penalmente procesado vicepresidente de la Nación presidió los actos de nuestra fiesta.

Ángel Ricardo Salguero

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EL 9 DE JULIO (II)

Jamás se nos dijo que el proceso independentista había terminado. Quienes comenzaron a forjarlo nos dejaron a las generaciones venideras la corresponsabilidad de continuarlo. Somos aún hoy, hacedores de patria. Y como corresponsables de la independencia, debemos luchar día a día para conservarla. Ser independiente es ser libre. Y la mayor libertad la ejercemos cuando con valentía expresamos lo que pensamos. Sin que por ello se nos considere adversarios o enemigos. Porque no se puede ver o crear enemigos permanentemente, simplemente por tener ideas distintas. “Las ideas no se matan”, decía Sarmiento. Ser argentinos es una dura tarea... serlo con libertad, ¡más aún! Pero no imposible mientras aprendamos que disentir puede llevar a diálogos fructíferos que nos ayuden a trascender lo que nos separa, para buscar precisamente, en “el ser argentino”, la identidad que nos permitiría madurar como país. Porque antes de ser de uno u otro partido , y aún después, somos, en esencia, argentinos. Debemos continuar construyendo una nación soberana, escribiendo páginas de esta historia que nunca se acaba. No podemos cantar “libertad, libertad, libertad...”, cuando aún son muchos los lazos que nos someten de varias maneras. Duele Argentina... tan impredecible... tan volátil... ¡pero tan nuestra! Sigamos luchando por ella. Y aún cuando las condiciones no sean las más favorables... no desfallezcamos... pero por sobre todo, ¡no tengamos miedo! El miedo paraliza. Y la patria necesita acción.

María Estela López
24 de Septiembre 1.431
Concepción-Tucumán

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TRES VALORES

En un interesante artículo el ex embajador de nuestro país ante la ONU, Emilio J. Cárdenas, escribió que un tríptico de valores fundamentales relacionados dinámicamente entre sí conforma la esencia de una república. Esos tres valores son la libertad, la igualdad y la fraternidad y conforman los pilares centrales del “pacto republicano”. La Libertad y la igualdad viven en tensión. Cuando de pronto la igualdad se impone sobre la libertad, la consecuencia suele ser el totalitarismo y las restricciones a las libertades individuales, aquellas que hacen a la esencia misma de la persona. Cuando, en cambio, la libertad triunfa sobre la igualdad, suelen aparecer sociedades injustas, por excesivamente individualistas. El equilibrio -sostenía- entre estos dos valores lo garantiza el tercero: esto es la fraternidad, que hace posible la unidad de actuación en busca del bien común y como tercer componente del pacto republicano tiene naturaleza moderadora y supone el compromiso libre de los ciudadanos para equilibrar libertad e igualdad. No de modo autoritario, impuesto desde el Estado, sino voluntariamente, con la mayor participación ciudadana posible y esto se logra por el camino del diálogo, la tolerancia, el respeto recíproco y la solidaridad. Según enseña la experiencia, así se construye la paz social duradera. No a los gritos. Ni a los palazos. La libertad, si es absoluta, puede conducir a la anarquía y generar inestabilidad. La igualdad, a su vez, es extraña a la naturaleza y parece más bien un ideal al que debemos apuntar que una realidad cotidiana normal. Cuando se la impone por la fuerza, aparecen los predestinados y los autoritarismos. La fraternidad, en cambio, supone acción moderadora sobre la libertad y la igualdad y procura armonizarlas posibilitando equilibrios, consensos, ecuanimidad y mesura. Cuando no se comprende el valor esencial de la fraternidad republicana, las divisiones proliferan. La siembra de odios, rencores y resentimientos se torna habitual, casi inevitable. En política deja de haber adversarios a los que se reemplaza por enemigos. El discurso único alimenta la intolerancia y las presiones o aprietes de distinto tipo reemplazan a la ley a a los tribunales. Cuando el plexo social argentino está crispado, tenso e intolerante como pocas veces en nuestra historia, recordar el valor social que debe asignarse a la fraternidad parece oportuno. Porque -concluye- en su ausencia la violencia asoma a cada vuelta de esquina, a manera de inevitable y lastimosa realidad.

Ramón Alfredo Maldones
Pellegrini 738
San Miguel de Tucumán

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EL PARO UNIVERSITARIO

El subsecretario de preuniversitarios de Adiunt declaró: “hemos sufrido un nuevo golpe. No sólo la miserable oferta del Gobierno -que ni siquiera cubre la inflación-, sino que sufrimos el golpe de la burocracia traidora que firmó ese acuerdo”, refiriéndose a la última propuesta ofrecida por el Gobierno nacional. Seguidamente, el movimiento Universika, alineado al kirchnerismo, atacó a los docentes, calificándolos de intolerantes: “Estas actitudes de intolerancia entran en abierta contradicción con la invitación al diálogo con la que se convoca a las asambleas de Adiunt”. Ahora , recién ahora, interviene el llamado “defensor del Pueblo”, dice estar muy “preocupado” y que le “interesa proteger, en primer lugar, a los estudiantes, que son los más débiles en esta situación, pero también entiende a los docentes”. Y volvemos a la perorata que se viene escuchando hace un tiempo: “entiende” a los docentes, pero “marchen presos”. Para el ombudsman, ¿qué es el “pueblo”? ¿Los hijos y la familia de los docentes no están “dentro” del eslabón más débil de la cadena? ¿No son parte del pueblo? ¿Por qué no demanda y denuncia, e inicia una campaña contra el gobierno nacional que cerró abruptamente las paritarias? En vez de unir al pueblo, se la “agarra”, como buen funcionario, con una parte de este, es decir los docentes. Para la rectora, luego de una conversación con el ombudsman, se abre la posibilidad de que promueva el diálogo entre las partes involucradas en el conflicto: “Ellos tienen una gran capacidad para realizar tareas mediación. Cuando el derecho de huelga, ejercido por muchos docentes que están luchando por la recomposición salarial, afecta el derecho de los alumnos, el mejor camino es el diálogo abierto”. Pero se equivoca la señora rectora en sus apreciaciones: ¿Puede mediar alguien que solamente “entiende” a los docentes? Por el contrario, la “mediación”, que deben fomentar el rectorado y el defensor del Pueblo, es entre los docentes y el Gobierno nacional, que cerró, abruptamente el “diálogo abierto”, y no entre padres y profesores. Los “débiles” y afectados, en este caso, por la situación, son padres y profesores, es decir el pueblo. Según el libro “Mediación educativa”, de Dolores Suárez Larrabure, la dinámica del conflicto tiene algunas características: “intereses confusos y genéricos”; “sólo hay una opción: La propia. Sólo puede usarse un criterio: el propio. Sólo hay una alternativa: escalar en el conflicto. Sólo hay una propuesta definitiva: la propia. Consecuencias: tensión, sentimientos heridos, peor relación”. Por último, los que atacan a la docencia universitaria no han tomando nota de que su lucha, como la de otros trabajadores, por ejemplo de los bancarios, va más allá de la cuestión salarial. Simplemente, están tratando de establecer una línea de resistencia a una situación límite, a la extrema pauperización y pérdida de condiciones de vida.

Pedro Pablo Verasaluse
[email protected]


TIMBRE MOLESTO

He leído la carta de la profesora Celia Aída Goihbarg, integrante de la escuelita para “adultos” de calle San Juan y Monteagudo, publicada el viernes 11/7, relacionada con el padecimiento psíquico que nos tiene sometidos a los vecinos de los edificios de Barrio Norte con la colocación de un enorme timbre que funciona estridentemente desde las 8 hasta las 22.30, todos los días. Siento vergüenza ajena, porque el tenor de su carta no sólo falsea la verdad, sino que esgrime, en su pobre relato, lo que es la ley del más fuerte. Los jóvenes que dicen ser alumnos son el terror de la vecindad. Encapuchados, invaden los comercios como patotas. A los gritos se desplazan por las veredas cuando salen de la escuela; desde las 10 hasta las 14.30. Nos atemoriza su violenta actitud. Es por ello que invitamos a las autoridades de la Secretaría de Educación a que realicen una adecuada “inspección” y colaboren con la tranquilidad que hemos tenido durante años. Si hubiera un mínimo de educación por parte de la profesora, hubiera revertido la colocación del timbre y hubiera enseñado a sus alumnos lo que es buena convivencia y pedido disculpas. Doy por finalizada la polémica.

Álvaro Antonio Sanz
[email protected]


POR AMOR A LAVEZZI

Este es un poema de amor para Lavezzi. Amo los tatuajes de Lavezzi y los tuyos dibujándose en la piel. Y tu nombre traduciendo esa estrategia entre las piernas, como Messi la gambeta de este afán de juego y ambrosía hecha huracán de glorias y triunfos. Jugando a ser un dios con la pelota, Mascherano y decirte frente a frente, hoy te convertís en héroe, Chiquito y sentirlo dentro tuyo como un soplo, “Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremo’ ” a ser campeones como en el ‘86. Lo más lindo de todo es mirarte desde la tribuna, y alentar de corazón a pecho abierto con la radio en máximo volumen, o la tele encendida cual incendio tropical de atardeceres, y la chispa de millones ardiendo en esperanzas en las calles, en las plazas, en las redes sociales de un país, de un mundo brindándose en tu copa. Admirarte y llenar tu corazón de orgullo y fuego. Ser pasión rugiendo en tu garganta. Hacerte latir como a un estadio, vibrar con emociones y deseos. Abrazarte fuerte cada vez cuando somos un equipo y te hago un pase por izquierda o por derecha y en un rapto de locura incontrolable, subís conmigo a la estratósfera, y al rato somos el delirio pasional fuera de órbita y la emoción atravesando nuestros cuerpos enloquecen los sentidos; y gritamos dentro nuestro, ¡somos uno, somos uno! ¡Metimos un gol! Somos campeones y el amor estalla. #SomosArgentina. Somos fiesta y algarabía. Somos banderas en el aire, flameando. Somos sol.

Marcos Bauzá.
[email protected]


TAXIS

Las autoridades municipales insisten en permitir toda clase de transgresiones a los principales autores del caos del tránsito en nuestra ciudad: los taxistas. ¿Quién puede explicar semejante apoyo oficial a este sistema Sutrappa?

Miguel Ángel Mejail
[email protected]


NARANJICIDIO

Naranjicida es un término que leí en LA GACETA y que cabe perfectamente en nuestro caso. Presentamos notas, fuimos personalmente y llamamos por teléfono hasta hartar, solicitando encarecidamente que la Dirección de Espacios Verdes y Arbolado Urbano nos asesorara sobre el naranjo que se halla en la vereda de mi domicilio. Comenzó a perder prematuramente los frutos y las hojas, luego la corteza, signo evidente de un enfermedad grave. Procedimos a podarla, le agregamos fertilizantes, pero resultaba evidente que eran necesarios especialistas, que nunca llegaron, y en consecuencia perdimos esta planta noble. Nada parece conmover a los representantes del cuidado y conservación de los árboles de la ciudad, nada de podas a tiempo, nada de cosechas a término y cuando lo hacen, depredan más que cosechar. En fin, estamos en manos de empleados municipales que no escuchan nuestros pedidos. No sabemos qué viene a continuación. ¿Cortamos ese naranjo? ¿Plantamos otro naranjo? No nos resignaremos a quedar sin la fresca sombra y el perfume de azahares. Una ciudad sin árboles, es una ciudad sin vida.

María Nieves Pérez
Santiago del Estero 1.370
San Miguel de Tucumán

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