12 Julio 2014
TONOLEC. El dúo se presentará esta noche en el Teatro Alberdi. uncu.edu.ar
“La fusión, la integración, es el camino bifurcado por esta nueva generación de artistas y nosotros somos parte. Estamos del lado de la inclusión social, estamos del lado de las voces minoritarias”. Con estas sencillas palabras, respondidas a LA GACETA, Charo Bogarín asume un posicionamiento, el de Tonolec, el dúo que, en formato trío, tocará esta noche a las 22 en el Teatro Alberdi (Jujuy 99).
Tonolec está integrado por la cantautora Charo Bogarín y el músico Diego Pérez, quienes fusionan hace más de una década, los cantos nativos de las etnia toba (qom) y mbya guaraní con la música electrónica. En su música, ambos realzan el espíritu de los pueblos originarios y la identidad musical y no son pocos los que consideran que son parte de la nueva tendencia del folclore.
- Contame del show.
- Haremos un repaso de nuestros temas que más satisfacciones nos han dado, haciendo un recorrido por toda la discografía de Tonolec en el formato de trío electrónico. Cantos en lengua qom, en lengua guaraní y en castellano con un toque electrónico. Ahora sacamos el cuarto disco, uno doble llamado “Cantos de la Tierra Sin mal”, inspirado en la cosmogonía del pueblo mbya guaraní, producto de nuestro trabajo en las comunidades que habitan Misiones, donde salen de relieve los cantos para niños.
- En estos años, ¿se operó algún cambio en la propuesta?
- Encontrar un norte, un lenguaje propio en el camino artístico, creo que ya es un gran logro. Por lo tanto, seguimos profundizando este camino de investigación de nuestras raíces musicales, metiéndonos cada vez más hondo en sus formas musicales, en su lenguaje, componiendo nuestros temas en lengua qom y guaraní, sin olvidarnos del castellano, con el toque contemporáneo dado por los arreglos electrónicos de Diego y por la estética visual.
- ¿A qué le canta Tonolec?
- Desde el vamos hay una fuerte posición política y responsabilidad social en el trabajo musical. Estamos del lado de la inclusión social, estamos del lado de las voces minoritarias. Las canciones que compongo hablan del universo aborigen, de nuestra sangre nativa, de la naturaleza y los procesos que en ella van ocurriendo. Hablan del amor. Hablan de los desaparecidos, de rituales.
- Se presenta como una fusión de electrónica con étnica, es imposible medir cuánto de uno y cuánto de otro hay...
- Creo que es imposible medir, como bien lo has dicho. El trabajo de la parte electrónica es tan sutil en las manos de Diego, que no distinguís la frontera entre un sonido acústico y otro electrónico. Fue nuestro mayor desafío en esta integración de lo moderno con lo ancestral. Lograr que todo se mixture de manera orgánica. Que todo forme parte de un mismo cuadro.
- Todo lleva al concepto de fusión. ¿Es que no habría nada ya que no sea fusión?
- Es cierto, dado que es un género que los artistas principalmente hemos venido abordando desde hace más de una década, donde algunos no pasan del mero coqueteo y otros deciden transitarlo seriamente. Entiendo que hubo un entendimiento generacional en relación a la búsqueda de una voz y sonido propios; una resignificación de lo que veníamos entendiendo como folclore, como música popular... Entonces debimos asumir que somos como argentinos: una sangre integrada, un crisol de razas, somos todos los colores, somos “todas las etnias juntas”; asumirlo plantea un camino diverso y de integración. La gente se siente identificada.
Tonolec está integrado por la cantautora Charo Bogarín y el músico Diego Pérez, quienes fusionan hace más de una década, los cantos nativos de las etnia toba (qom) y mbya guaraní con la música electrónica. En su música, ambos realzan el espíritu de los pueblos originarios y la identidad musical y no son pocos los que consideran que son parte de la nueva tendencia del folclore.
- Contame del show.
- Haremos un repaso de nuestros temas que más satisfacciones nos han dado, haciendo un recorrido por toda la discografía de Tonolec en el formato de trío electrónico. Cantos en lengua qom, en lengua guaraní y en castellano con un toque electrónico. Ahora sacamos el cuarto disco, uno doble llamado “Cantos de la Tierra Sin mal”, inspirado en la cosmogonía del pueblo mbya guaraní, producto de nuestro trabajo en las comunidades que habitan Misiones, donde salen de relieve los cantos para niños.
- En estos años, ¿se operó algún cambio en la propuesta?
- Encontrar un norte, un lenguaje propio en el camino artístico, creo que ya es un gran logro. Por lo tanto, seguimos profundizando este camino de investigación de nuestras raíces musicales, metiéndonos cada vez más hondo en sus formas musicales, en su lenguaje, componiendo nuestros temas en lengua qom y guaraní, sin olvidarnos del castellano, con el toque contemporáneo dado por los arreglos electrónicos de Diego y por la estética visual.
- ¿A qué le canta Tonolec?
- Desde el vamos hay una fuerte posición política y responsabilidad social en el trabajo musical. Estamos del lado de la inclusión social, estamos del lado de las voces minoritarias. Las canciones que compongo hablan del universo aborigen, de nuestra sangre nativa, de la naturaleza y los procesos que en ella van ocurriendo. Hablan del amor. Hablan de los desaparecidos, de rituales.
- Se presenta como una fusión de electrónica con étnica, es imposible medir cuánto de uno y cuánto de otro hay...
- Creo que es imposible medir, como bien lo has dicho. El trabajo de la parte electrónica es tan sutil en las manos de Diego, que no distinguís la frontera entre un sonido acústico y otro electrónico. Fue nuestro mayor desafío en esta integración de lo moderno con lo ancestral. Lograr que todo se mixture de manera orgánica. Que todo forme parte de un mismo cuadro.
- Todo lleva al concepto de fusión. ¿Es que no habría nada ya que no sea fusión?
- Es cierto, dado que es un género que los artistas principalmente hemos venido abordando desde hace más de una década, donde algunos no pasan del mero coqueteo y otros deciden transitarlo seriamente. Entiendo que hubo un entendimiento generacional en relación a la búsqueda de una voz y sonido propios; una resignificación de lo que veníamos entendiendo como folclore, como música popular... Entonces debimos asumir que somos como argentinos: una sangre integrada, un crisol de razas, somos todos los colores, somos “todas las etnias juntas”; asumirlo plantea un camino diverso y de integración. La gente se siente identificada.
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