11 Julio 2014
BUENOS AIRES.- El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, evitó hacerse eco de los análisis sobre la actitud de indiferencia e, incluso, de frialdad exhibida por varios funcionarios ante la presencia del vicepresidente, Amado Boudou, en el acto por el 9 de Julio, en Tucumán, y dijo no ser “clarividente ni psicólogo” para hacer esas interpretaciones.
En tanto, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, afirmó que “para nada había incomodidad” entre los miembros del gabinete nacional y Boudou en San Miguel de Tucumán.
Capitanich minimizó cualquier otro análisis: “todos los otros gestos o interpretaciones forman parte de una comidilla que no merece siquiera ningún tipo de adjetivación”, remarcó.
El ministro coordinador aseveró: “no soy ni clarividente, ni psicólogo, ni psiquiatra como para percibir actitudes de las personas respecto de la presencia del vice y el vínculo entre el vicepresidente y sus funcionarios”.
Según pudo verse en las imágenes que mostró la televisión pública, representantes del gabinete nacional siguieron casi con indiferencia el discurso que pronunció el vicepresidente, procesado por corrupción en el “caso Ciccone”.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, fue quien exhibió con más claridad su incomodidad ante la presencia de Boudou en ese acto, al recibir con un rictus tenso el saludo del vicepresidente al final de su alocución.
Capitanich buscó restar trascendencia a las reflexiones sobre la fría recepción de los representantes del gabinete al titular del Senado, quien debió encabezar el acto patrio por estar afectada la presidenta, Cristina Fernández, de un cuadro de laringofaringitis.
“Hemos festejado con una participación popular en tierra tucumana, que representa esta pasión argentina por los idearios de nuestros próceres de la Independencia”, subrayó.
Añadió que el 198 aniversario de ese hito histórico “nos debe generar a los argentinos un profunda reflexión, que es el rol de aquellos próceres que generaron las condiciones para la independencia, ratificada por Juan Domingo Perón con la independencia económica”.
A su vez, Rossi desacreditó los análisis sobre cierta incomodidad y criticó que se esté “haciendo una lectura política de un hecho absolutamente insignificante”. Si bien admitió que no fue “lo mismo que cuando va la Presidenta, que por su propia figura genera otras cosas y otros climas, fue un muy buen acto, con un muy buen discurso del vicepresidente y del gobernador, José Alperovich”. (DyN)
En tanto, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, afirmó que “para nada había incomodidad” entre los miembros del gabinete nacional y Boudou en San Miguel de Tucumán.
Capitanich minimizó cualquier otro análisis: “todos los otros gestos o interpretaciones forman parte de una comidilla que no merece siquiera ningún tipo de adjetivación”, remarcó.
El ministro coordinador aseveró: “no soy ni clarividente, ni psicólogo, ni psiquiatra como para percibir actitudes de las personas respecto de la presencia del vice y el vínculo entre el vicepresidente y sus funcionarios”.
Según pudo verse en las imágenes que mostró la televisión pública, representantes del gabinete nacional siguieron casi con indiferencia el discurso que pronunció el vicepresidente, procesado por corrupción en el “caso Ciccone”.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, fue quien exhibió con más claridad su incomodidad ante la presencia de Boudou en ese acto, al recibir con un rictus tenso el saludo del vicepresidente al final de su alocución.
Capitanich buscó restar trascendencia a las reflexiones sobre la fría recepción de los representantes del gabinete al titular del Senado, quien debió encabezar el acto patrio por estar afectada la presidenta, Cristina Fernández, de un cuadro de laringofaringitis.
“Hemos festejado con una participación popular en tierra tucumana, que representa esta pasión argentina por los idearios de nuestros próceres de la Independencia”, subrayó.
Añadió que el 198 aniversario de ese hito histórico “nos debe generar a los argentinos un profunda reflexión, que es el rol de aquellos próceres que generaron las condiciones para la independencia, ratificada por Juan Domingo Perón con la independencia económica”.
A su vez, Rossi desacreditó los análisis sobre cierta incomodidad y criticó que se esté “haciendo una lectura política de un hecho absolutamente insignificante”. Si bien admitió que no fue “lo mismo que cuando va la Presidenta, que por su propia figura genera otras cosas y otros climas, fue un muy buen acto, con un muy buen discurso del vicepresidente y del gobernador, José Alperovich”. (DyN)
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