11 Julio 2014
COSECHA Y VENTAS. En los últimos días, en algunos supermercados ya comenzó a comercializarse frutilla. la gaceta / archivo
La genética de la frutilla que se cultiva en Tucumán actualmente, tiene poco que ver con la de unos pocos años atrás. En 2007, cuando el objetivo central de la producción era la industria y Tucumán era la principal provincia exportadora de frutilla congelada del país, el 95% del área frutillera se plantaba con la variedad “Camarosa”, y lejos le seguían otras variedades tales como “Camino Real”, con apenas un 3%.
Tucumán cuenta con 330 hectáreas de frutilla en la campaña 2014. De ellas, sólo el 9% está cubierta por “Camarosa”, mientras que “Camino Real” se ha convertido en variedad dominante con un 25%, seguida de “Festival”, con un 23%; “San Andreas”, un 22%. y “Benicia” con un 10%. En porcentajes menores, siguen en importancia Camarosa, Albion, Fortuna, Sabrina, Monterey, Elyana, Sweet Ann, Earlibrite, Splendor y Virtue. Es decir, hace 7 años se utilizaba una sola variedad (sistema monovarietal) y hoy la torta se reparte entre más de una decena de materiales genéticos (sistema multivarietal).
“Esto tiene que ver con el cambio de objetivo que tiene la producción actual, que apunta al mercado interno de fruta fresca primicia”, señaló Daniel Kirschbaum, Coordinador Nacional del Proyecto Frutilla del INTA.
En la década pasada, al ser la industria procesadora de fruta el principal segmento hacia el cual se canalizaba la producción de frutilla tucumana, interesaban las variedades de alto rendimiento, buen “brix” (contenido de sólidos solubles) y buen color externo e interno, sin interesar la época de producción. “La época de producción es el factor predominante en cuanto a la elección de la variedad, ya que se buscan variedades tempranas”, es decir, que produzcan “mucha fruta entre mayo y agosto, que es cuando la frutilla tiene los mejores precios del mercado interno”.
En este contexto, “caracteres tales como forma y firmeza del fruto son de central importancia”. Tucumán está alejado de los grandes centros consumidores (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza) y la frutilla debe viajar grandes distancias para llegar a ellos, siendo la firmeza una condición sine qua non para llegar a esos destinos con fruta de buena calidad. De las tres variedades más difundidas, San Andreas y Festival cumplen los requisitos mencionados, mientras que Camino Real, si bien no cumple con la precocidad, sí cumple las otras.
La genética se reparte entre varios programas de mejoramiento: Universidad de California (71% del área plantada en Tucumán: Camino Real, San Andreas, Benicia, Camarosa, Albion y Monterey); Universidad de Florida (25%: Festival, Fortuna, Elyana y Earlibrite) y programas privados de España y California (4%: Sabrina, Sabrosa, Splendor, Virtue y Sweet Ann). “La preferencia por variedades tempranas y disponer de los plantines en fechas tempranas (primera semana de abril), ha hecho que el productor vuelva a poner la mirada en Tafí del Valle como zona viverista”, comentó Kirschbaum.
Las plantas San Andreas que se plantaron este año en Tucumán provienen de viveros de Tafí del Valle. Esos plantines han alcanzado niveles productivos y fitosanitarios comparables a las plantas de la misma variedad provenientes de viveros de la Patagonia. Pero la disponibilidad temprana de plantines y la precocidad no son las únicas virtudes del Valle.
Sorprendentemente, la cantidad de plantines de San Andreas que ser producen en Tafí del Valle, en el primer año de experiencia, es de 2 a 3 veces superior que en El Maitén (Chubut). Estos resultados ameritan que las evaluaciones de Tafí del Valle, como zona de vivero para algunas de las nuevas variedades, continúen un par de campañas más para sacar conclusiones más sólidas.
Tucumán cuenta con 330 hectáreas de frutilla en la campaña 2014. De ellas, sólo el 9% está cubierta por “Camarosa”, mientras que “Camino Real” se ha convertido en variedad dominante con un 25%, seguida de “Festival”, con un 23%; “San Andreas”, un 22%. y “Benicia” con un 10%. En porcentajes menores, siguen en importancia Camarosa, Albion, Fortuna, Sabrina, Monterey, Elyana, Sweet Ann, Earlibrite, Splendor y Virtue. Es decir, hace 7 años se utilizaba una sola variedad (sistema monovarietal) y hoy la torta se reparte entre más de una decena de materiales genéticos (sistema multivarietal).
“Esto tiene que ver con el cambio de objetivo que tiene la producción actual, que apunta al mercado interno de fruta fresca primicia”, señaló Daniel Kirschbaum, Coordinador Nacional del Proyecto Frutilla del INTA.
En la década pasada, al ser la industria procesadora de fruta el principal segmento hacia el cual se canalizaba la producción de frutilla tucumana, interesaban las variedades de alto rendimiento, buen “brix” (contenido de sólidos solubles) y buen color externo e interno, sin interesar la época de producción. “La época de producción es el factor predominante en cuanto a la elección de la variedad, ya que se buscan variedades tempranas”, es decir, que produzcan “mucha fruta entre mayo y agosto, que es cuando la frutilla tiene los mejores precios del mercado interno”.
En este contexto, “caracteres tales como forma y firmeza del fruto son de central importancia”. Tucumán está alejado de los grandes centros consumidores (Buenos Aires, Córdoba, Mendoza) y la frutilla debe viajar grandes distancias para llegar a ellos, siendo la firmeza una condición sine qua non para llegar a esos destinos con fruta de buena calidad. De las tres variedades más difundidas, San Andreas y Festival cumplen los requisitos mencionados, mientras que Camino Real, si bien no cumple con la precocidad, sí cumple las otras.
La genética se reparte entre varios programas de mejoramiento: Universidad de California (71% del área plantada en Tucumán: Camino Real, San Andreas, Benicia, Camarosa, Albion y Monterey); Universidad de Florida (25%: Festival, Fortuna, Elyana y Earlibrite) y programas privados de España y California (4%: Sabrina, Sabrosa, Splendor, Virtue y Sweet Ann). “La preferencia por variedades tempranas y disponer de los plantines en fechas tempranas (primera semana de abril), ha hecho que el productor vuelva a poner la mirada en Tafí del Valle como zona viverista”, comentó Kirschbaum.
Las plantas San Andreas que se plantaron este año en Tucumán provienen de viveros de Tafí del Valle. Esos plantines han alcanzado niveles productivos y fitosanitarios comparables a las plantas de la misma variedad provenientes de viveros de la Patagonia. Pero la disponibilidad temprana de plantines y la precocidad no son las únicas virtudes del Valle.
Sorprendentemente, la cantidad de plantines de San Andreas que ser producen en Tafí del Valle, en el primer año de experiencia, es de 2 a 3 veces superior que en El Maitén (Chubut). Estos resultados ameritan que las evaluaciones de Tafí del Valle, como zona de vivero para algunas de las nuevas variedades, continúen un par de campañas más para sacar conclusiones más sólidas.
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