10 Julio 2014
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- En una instancia tan importante como lo es la semifinal de un Mundial, poner todo en la cancha es ley. De todos modos, muchas veces eso pone el riesgo la integridad de propios y extraños.
El claro ejemplo fue lo que sucedió ayer en el partido entre Argentina y Holanda, en el cual los europeos “castigaron” de lo lindo a los argentinos y preocuparon en más de una ocasión a la banca nacional y al entrenador Alejandro Sabella.
Primero fue el duro golpe que recibió Javier Mascherano, que le generó un serio mareo. Luego, una pierna fuerte sobre Lucas Biglia y también el choque de Pablo Zabaleta que le terminó dejando su boca rota.
Así son las batallas, y los argentinos demostraron que están preparados para afrontarlas en busca del objetivo máximo: quedarse con la Copa del Mundo.
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