Por Rodolfo Casen
10 Julio 2014
LOCURA POPULAR. Los concepcionenses celebraron durante varias horas el triunfo por penales de la Selección.
Un grito estruendoso se desató al final. Y, cargado de desahogo, pareció elevarse hasta los Nevados del Aconquija. La Selección lograba clasificar a la final del Mundial de Fútbol que se disputa en Brasil.
El triunfo por penales sobre Holanda aparecía como un merecido epílogo a tanto tiempo de emoción contenida. Aunque en todos los rincones del interior tucumano el match paralizó todas las actividades, en Alpachiri tuvo una demostración especial.
La pasión futbolera postergó ayer, por más de dos horas, la del folclore y la tradición en el Festival Celeste y Blanco. La tentación por ver las domas y la presentación de conjuntos folclóricos fue superada por la expectativa que generó la semifinal.
Por esa razón los organizadores decidieron suspender el festival por el tiempo que duró el partido. Y les brindaron a los espectadores la posibilidad de vivir la emoción del partido a través de una pantalla gigante instalada en el enorme escenario del club Los Grillos.
Ahí se reunieron todos con banderas, banderines e indumentarias azul y blanca. Los Huayras, Emilio Morales y otros folcloristas, anunciados en la cartelera, se entreveraron con el público y vivieron con muchos sobresaltos las alternativas del juego que, finalmente y a través de los penales, le dio el triunfo a la Selección .
El último penal que ejecutó Maxi Rodríguez y que selló la victoria Argentina, desató un griterío que permaneció ahogado durante los disparos desde el punto penal. Fue una explosión de alegría indescriptible. “Lo vivido fue inolvidable. Aquí se gritó y lloró de tanta emoción. Y no fue para menos, pues luego de más de dos décadas volvemos a ver a nuestra selección pasar a otra final de una copa mundial de fútbol”, acotó Daniel Varela, animador del festival.
“Fue acertado poner la pantalla gigante porque de lo contrario la gente iba a llegar a esta fiesta después del partido. Ahora disfrutamos de la victoria en medio de la alegría, matizada con la música folclórica que vuelve a ponerse en marcha”, añadió el locutor.
Ya al anochecer Los Huayras desplegaron el estímulo de su música, que hizo delirar al público, ebrio de tanta felicidad. “Lloré como no lo hacía desde hace tiempo. Y fue lindo porque estuvimos con suerte y le ganamos a un equipo que jugó para los penales. Ahora nos resta sufrir con Alemania que es un muy buen equipo”, opinó Brenda Pereyra, vecina de Alpachiri.
En Concepción
En la Perla del Sur miles de vecinos, tal como sucedió el sábado pasado, ganaron la plaza Mitre para festejar el triunfo argentino. Agitando banderas y banderines gritaron hasta el cansancio cánticos destinados a los holandeses y también a los brasileños.
Se movilizaron en todo tipo de vehículos y el delirio parecía no tener fin. En Aguilares el público se reunió en la plaza 25 de Mayo, mientras que en Alberdi en el paseo del mismo nombre de la ciudad. Los bares y confiterías permanecieron repletos durante el cotejo. Los vendedores de banderas, banderines, bocinas y camisetas con los colores de nuestra selección vivieron su primavera. Vendieron casi todo su stock. Han vivido una alegría por partida doble. Ahora esperan que la fortuna se repita el domingo próximo, en la final con Alemania.
El triunfo por penales sobre Holanda aparecía como un merecido epílogo a tanto tiempo de emoción contenida. Aunque en todos los rincones del interior tucumano el match paralizó todas las actividades, en Alpachiri tuvo una demostración especial.
La pasión futbolera postergó ayer, por más de dos horas, la del folclore y la tradición en el Festival Celeste y Blanco. La tentación por ver las domas y la presentación de conjuntos folclóricos fue superada por la expectativa que generó la semifinal.
Por esa razón los organizadores decidieron suspender el festival por el tiempo que duró el partido. Y les brindaron a los espectadores la posibilidad de vivir la emoción del partido a través de una pantalla gigante instalada en el enorme escenario del club Los Grillos.
Ahí se reunieron todos con banderas, banderines e indumentarias azul y blanca. Los Huayras, Emilio Morales y otros folcloristas, anunciados en la cartelera, se entreveraron con el público y vivieron con muchos sobresaltos las alternativas del juego que, finalmente y a través de los penales, le dio el triunfo a la Selección .
El último penal que ejecutó Maxi Rodríguez y que selló la victoria Argentina, desató un griterío que permaneció ahogado durante los disparos desde el punto penal. Fue una explosión de alegría indescriptible. “Lo vivido fue inolvidable. Aquí se gritó y lloró de tanta emoción. Y no fue para menos, pues luego de más de dos décadas volvemos a ver a nuestra selección pasar a otra final de una copa mundial de fútbol”, acotó Daniel Varela, animador del festival.
“Fue acertado poner la pantalla gigante porque de lo contrario la gente iba a llegar a esta fiesta después del partido. Ahora disfrutamos de la victoria en medio de la alegría, matizada con la música folclórica que vuelve a ponerse en marcha”, añadió el locutor.
Ya al anochecer Los Huayras desplegaron el estímulo de su música, que hizo delirar al público, ebrio de tanta felicidad. “Lloré como no lo hacía desde hace tiempo. Y fue lindo porque estuvimos con suerte y le ganamos a un equipo que jugó para los penales. Ahora nos resta sufrir con Alemania que es un muy buen equipo”, opinó Brenda Pereyra, vecina de Alpachiri.
En Concepción
En la Perla del Sur miles de vecinos, tal como sucedió el sábado pasado, ganaron la plaza Mitre para festejar el triunfo argentino. Agitando banderas y banderines gritaron hasta el cansancio cánticos destinados a los holandeses y también a los brasileños.
Se movilizaron en todo tipo de vehículos y el delirio parecía no tener fin. En Aguilares el público se reunió en la plaza 25 de Mayo, mientras que en Alberdi en el paseo del mismo nombre de la ciudad. Los bares y confiterías permanecieron repletos durante el cotejo. Los vendedores de banderas, banderines, bocinas y camisetas con los colores de nuestra selección vivieron su primavera. Vendieron casi todo su stock. Han vivido una alegría por partida doble. Ahora esperan que la fortuna se repita el domingo próximo, en la final con Alemania.
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